sábado, 18 de mayo de 2013




740 Mujeres exponen en el Museo Reina Sofía


Por D.S.C. crítica de arte

En el día de hoy 18 de mayo de 2013 a las 22 horas la obra de 740 artistas será proyectada en la fachada del Museo Reina Sofía en Madrid esta acción orquestada por el colectivo “Yo expongo en el Reina” que sólo cuenta con los apoyos psicológicos, del MAV, del Museo Reina Sofía, y para la rueda de prensa el del Centro de Arte Vasari dirigido por Aurora Piñero García y por supuesto el de las setecientas cuarenta mujeres que han apostado por la propuesta.

Este grupo de seis mujeres ilusionadas ha conseguido motivar a 740 artistas para que participaran en el proyecto, todas han enviado la imagen de su obra y para todas hay una postal - dado que este es el formato elegido para presentar la obra de las artistas participantes - como apuntaba Concha Mayordomo durante la rueda de prensa, esta es una de las más antiguas forma de comunicación- hay que felicitar al colectivo por la extraordinaria labor que está llevando a cabo y esperamos ver esta noche el resultado del mismo, durante la proyección podremos ver obra de artistas de la categoría de Mayte Spínola, que cuenta con un museo con su nombre y obra en Marmolejo, se puede decir que es de las pocas artistas vivas que tienen un reconocimiento de este calibre en nuestro país.

Basta entrar en la página del MAV (Mujeres en las Artes Visuales) para ver las pobres estadísticas de la representación de la mujer en los museos españoles, gracias a las redes sociales el colectivo ha tenido tanto éxito que hay artistas de todos los continentes por citar una, la brasileña Cleusa Rossetto, la italo/venezolana, Nathaly Piña, también las universidades están representadas por ejemplo del CES de Aranjuez,  María Jesús Abad Tejerina, Marta Linaza, Emma García Castellano… de la Autónoma, Pilar Pérez Camarero… de Murcia, Amparo Alegría o Diana Coca quien mandó su obra desde China, Pilar V de Foronda y Linda de Sousa ambas mujeres concienciadas en la lucha por la igualdad entre sexos, en el anterior artículo que publicamos en la Mirada Actual podéis leer los nombres de todas y cada una de las participantes, María Jesús Aragoneses, nos comentaba que no habían querido seleccionar- ya llevamos muchos años discriminadas por la selección, han entrado todas las artistas que enviaron su obra y sus datos dentro del plazo exigido.

 Olga Isla presentó a la prensa una pequeña muestra de cómo iban a ser las imágenes proyectadas en la fachada de la Reina que tendrán un tamaño de dos metros por tres, el colectivo hará un homenaje a Cecilia Bazaga Agudo fallecida en el 2004 quien según su familia no pudo ver cumplida su ilusión de exponer en el Museo Reina Sofía.

Todo se puede resumir en ilusiones, ilusiones, ilusiones, de muchos mujeres a las que el colectivo supo llegar desde aquí les deseamos mucho éxito.


Fotos Juan Jiménez


viernes, 17 de mayo de 2013




 
José Ramón Lozano expone "Esencias" en la galería Bat de Madrid
 
 
 
"Esencias"
Martes 21 de mayo a las 20 horas
(del 21 de mayo al 20 de julio de 2013)
 
 
 
Fernando Rodríguez Salas escribe en la presentación de la exposición del artista:

Lo primero que llama la atención al ver la pintura de José Ramón Lozano es la fragmentación de sus figuras, y no desde el punto de vista compositivo porque en su caso no es el encuadre el que las delimita sino el que se muestren o no a vista del espectador. Así, unas veces nos encontramos con lo que podría ser un cuerpo entero que, sin embargo,  está desprovisto de cabeza y en su lugar hay un borrón, como si el espacio se hubiera, nunca mejor dicho, comido esa parte de la figura. Y digo figura porque el pintor no pinta personas humanas sino tan sólo recuerdos de ellas en un mundo donde los humanos se han extinguido y solo quedan esas imágenes borrosas que no siempre se dejan ver en su totalidad. Esa inquietud nos paraliza al contemplar sus visualizaciones y nos hace concebir sus cuadros figurativos como pinturas abstractas plagadas de contenido existencialista.

Otras veces nos encontramos con rostros de amplia magnitud en actitud pensante o ensimismada, que cruzan su mirada con la del espectador, conscientes de que están siendo observados. Incluso podemos ver lo que piensan, perdidos como estamos en la superficie del lienzo.  Nos sorprende su expresión y nos preguntamos ¿por qué nos miran? Dentro de la eternidad en la que están atrapadas sentimos miedo de la sola idea de permanecer para siempre anclados en el tiempo y la leve idea de la muerte, la ruptura, el fin nos tranquiliza. En definitiva la duración, lo que empieza y lo que acaba, como esa pincelada dinámica que modela las formas pero que contradice el estatismo de las figuras transformadas en ensoñaciones, pensamientos dibujados en el lienzo del tiempo.
 
El espacio es neutro pero no plano, convirtiéndose en el magma del que surgen las evocaciones del artista, esas figuras que parecen nacer por iniciativa propia al mezclarse la pintura con la tela. Una atmósfera que modela las formas y decide que mostrar, concibiendo el conjunto como una unidad, como elemento orgánico, ya que es imposible pararse en los detalles. El fondo crea la figura y al mismo tiempo la abstrae de la realidad más inmediata transportándola a mundos más etéreos en una volubilidad remarcada por la débil delimitación de los bordes de las formas transparentes. Efigies de colores pálidos como los tintes del pensamiento.


 

"La Belleza Encerrada.. De Fra Angélico a Fortuny", exposición en el Museo del Prado







La belleza encerrada en el Museo del Prado. 21 mayo-10 noviembre


Edificio Jerónimos. Salas A y B
Comisaria: Manuela Mena, Jefe de Conservación del siglo XVIII y Goya
El Museo del Prado presenta, gracias al patrocinio de la Fundación BBVA, “La belleza encerrada. De Fra Angelico a Fortuny”, una exposición inédita que reúne más de 280 obras de la colección del Museo que tienen como característica común su pequeño formato. Ordenadas de forma cronológica, trazan un intenso recorrido por la historia del arte que relata el Museo y la excelencia de sus grandes artistas, desde finales del siglo XIV y principios del XV con Fra Angelico hasta llegar al siglo XIX con Fortuny.

El resultado es un resumen de la colección del Museo y de los orígenes del arte de este género en todos sus soportes, que permitirá al espectador no sólo poder admirar cada obra en las mejores condiciones de proximidad y recogimiento debido al especial montaje que se ha ideado, sino también tener la oportunidad de encontrarse con piezas rara vez mostradas en sus salas. Gracias a una amplia campaña de restauración, el público podrá, además, apreciar la extraordinaria belleza que cada obra encierra, su originalidad y rareza, concentradas en sus mínimas pero singulares características.

Las salas de exposiciones temporales del Museo se han convertido en una sucesión de gabinetes ordenados a lo largo de 17 espacios de mayor o menor amplitud y de distintos formatos para dar la bienvenida a las 281 obras a través de un recorrido histórico-artístico que, por primera vez en la historia de la institución, analiza los orígenes de las obras de pequeño formato y resume la colección del Prado más íntimo.

Todos los géneros y los temas -desde la mitología, las imágenes de devoción y los retratos, a la naturaleza, a la reflexión sobre el ser humano, la exaltación del poder y la vida cotidiana-, y también, los diferentes soportes y técnicas -cristal, mármol, tabla, lienzo, pizarra, cobre y hojalata- se mezclan en esta inédita exposición para reflejar la riqueza y variedad de este resumen de la colección del Museo.

Habitualmente a la sombra de los grandes cuadros de la colección, bocetos preparatorios, pequeños retratos, cuadros de gabinete, esculturas y relieves se muestran aquí en todo su esplendor para acaparar la atención preferente del espectador en unas condiciones ideales de proximidad y reflexión que no se consiguen en las salas de la colección permanente.

Correspondiente a todo el arco temporal que abarcan las colecciones del Museo, de  finales del siglo II dC –la escultura en mármol Atenea Partenos- a los umbrales del siglo XX –Fortuny, Madrazo y Rosales entre otros-, este conjunto de obras cobra un inédito protagonismo en la exposición a través de un sorprendente montaje que facilita su contemplación más íntima y su inmersión en la extraordinaria belleza que encierran, su originalidad  y su rareza.

La constante invitación al público a mirar las pinturas expuestas a través de recursos expositivos diferentes a los habituales como ventanas, ‘cámaras oscuras’ o el colgado de las obras, que están a la altura de los ojos del visitante, permitirá disfrutar en “privado” y en detalle de este Prado, exquisito y concentrado, que no siempre goza de la posibilidad de exponerse o que, aún expuesto, encuentra dificultad para captar su atención. Un resumen de la excelencia contenida en las colecciones del Museo en su más mínima y particular expresión.

Precisamente, con el fin de asegurar la idónea apreciación de estas bellezas encerradas, el Museo ha hecho un extraordinario esfuerzo para restaurar más de setenta obras de la exposición. Algunas de estas obras, unas cincuenta no se habían visto en los últimos años y cobrarán un inusual protagonismo en esta exposición.




Carmen Santos, autora de "El sueño de las Antillas"
 
El apasionante viaje de una mujer en busca de sus sueños en la Cuba colonial de mediados del siglo XIX. Una tierra prometida que, como ella, avanzaba inexorablemente hacia su independencia.
De la autora de Días de menta y canela

Una historia inolvidable con todos los ingredientes de las grandes sagas
 
 


Imágenes integradas 4
A la venta en junio de 2013 en Grijalbo


Con el pulso firme y sagaz de los grandes novelistas, Carmen Santos ha tejido una historia inolvidable que tiene mucho de las grandes sagas. De las calles habaneras al prostíbulo y de allí a los fastuosos salones de la alta sociedad isleña, enriquecida hasta lo inimaginable con el cultivo de la caña de azúcar, El sueño de las Antillas nos cuenta la historia de una mujer fuerte, valiente y carismática que, en una época de intrigas políticas por la independencia de Cuba y por la abolición de la esclavitud, se debate entre la ambición, la venganza y el amor verdadero.


La Habana, 1858. Valentina se deja arrastrar por los sueños de su marido de hacer fortuna en Cuba, una isla «... donde jamás se apagaba el verano, donde crecían frutos dulces como la miel y el azúcar brotaba de la misma tierra; donde la gente se divertía bailando hasta el amanecer y un hombre trabajador podía labrarse un futuro sin importar cuán bajo fuera su origen ». 

Así, deciden dejar sus empleos y se embarcan en el viaje, pero su esposo fallece durante el trayecto y Valentina llega a una isla que dista mucho de ser la tierra que soñaban, donde sin el aval de algún residente no se puede llegar a ninguna parte. Las habilidades que Valentina había aprendido durante años como doncella de una marquesa en Madrid son totalmente inútiles: en Cuba, ninguna gran dama criolla le va a pagar por algo que puede obtener totalmente gratis gracias a sus esclavas. Cuando Tomás Mendoza, un idealista y atractivo médico le propone un matrimonio de conveniencia, ella, orgullosa, lo rechaza. Sola y desamparada, a Valentina sólo le queda algo valioso: su belleza… L’Olympe es el prostíbulo más exclusivo de La Habana. Allí Valentina se convierte en Calipso, la cortesana más codiciada de la colonia. Hasta que un día, un puesto hacendado, Leopoldo Bazán, entrará en el lupanar y cambiará para siempre su vida… 

El destino de Valentina ya ha empezado a entretejerse y, tal como se lo adivina una esclava en una tirada de caracoles, la fortuna le sonreirá, pero vendrá acompañada de una gran traición.


***

Situada en la Cuba colonial, El sueño de las Antillas es el apasionante viaje de una mujer desde la pérdida de la inocencia hasta la búsqueda de la venganza, desde el placer sensual hasta la humillación, desde la sumisión hasta la forja de su propio destino, desde el odio hasta el amor, desde las vastas y pesadas telas hasta el ligero lino.
 
 



ROCÍO HERNÁNDEZ TRIANO, GANADORA DEL XXX PREMIO "CARMEN CONDE" DE POESÍA DE MUJERES 


 
ROCÍO HERNÁNDEZ TRIANO, con su libro Los seres quebradizos, ha resultado ganadora del XXX Premio "Carmen Conde" de Poesía de Mujeres, convocado por Ediciones Torremozas, fallado el 16 de mayo de 2013. 
 
La autora premiada nació en Sevilla en 1976. Obtuvo el premio extraordinario de licenciatura en Filología Hispánica por la Universiad de Sevilla. Es profesora de Lengua y Literatura y ha participado en diversas antologías y revistas literarias.

Ha sido galardonada con el premio del XXV Certamen literario "Joaquín Lobato" de relato, en 2012.

Tiene publicado los poemarios Viento de cuchillos (Sevilla, 2010) y Equilibristas (Sevilla, 2010).

 
El Jurado estuvo compuesto por: María del Pilar Palomo, Jesús Hilario Tundidor y Antonio Porpetta.
A esta convocatoria se presentaron un total de 115 originales de diversos países.
 
La obra ganadora será publicada en la Colección Torremozas de Poesía de Mujeres.






Lara Almarcegui en la 55 Bienal de Venecia



Lara Almarcegui representará a España en la 55ª Bienal de Arte de Venecia con una amplia instalación en el Pabellón de España que incluye un proyecto de investigación sobre la isla Sacca San Mattia de Murano.

La obra de Lara Almarcegui (Zaragoza, 1972) parte de la toma de conciencia de la ciudad, de sus descampados  y de sus edificios  como punto para reflexionar  sobre la evolución  de la propia urbe y los elementos que la componen. Con proyectos comprometidos como sus guías de ruinas modernas y de descampados  urbanos, o sus montañas de escombros,  Almarcegui ha llevado su trabajo a capitales
como Londres, Beirut o Viena y ha participado en eventos internacionales de arte contemporáneo tan importantes como Manifiesta 9 (2012) o la Bienal
de São Paulo (2006).


Bajo el comisariado  de Octavio Zaya, Almarcegui lleva a la cita italiana —el mayor acontecimiento del mundo del arte contemporáneo dos propuestas relacionadas que inciden en su línea de trabajos anteriores. Una de ellas aborda el espacio físico del Pabellón de España en los Giardini, mientras que la otra investiga
un terreno vacío junto a la isla de Murano.



En el Pabellón, una gran instalación  escultórica reacciona a la arquitectura del edificio construido por Javier de Luque en 1922, extendiéndose por todo su interior.  Esta intervención está formada por montañas de diferentes materiales de construcción, los mismos y de igual cantidad  que los empleados para erigir el propio  edificio en el siglo pasado.

Como eje principal, una gran montaña formada por escombros  de cemento, tejas, y ladrillos convertidos en grava— ocupa su sala central, haciendo casi imposible acceder directamente a este espacio. Otras montañas menores hechas, cada una, de un solo material (serrín de madera, cristal y la mezcla de escoria y ceniza de acero), estarán ubicadas en las salas perimetrales, por donde el público podrá circular rodeando  el montículo de mayor tamaño.

Los materiales provienen  de restos de demoliciones que, tras ser reciclados según el proceso de tratamiento de escombros  de Venecia, se han transformado en grava”, explica la artista sobre su intervención.

A su vez, junto a Murano, Almarcegui ha desarrollado  Guía de la Sacca San Mattia, la isla abandonada de Murano, Venecia una investigación en torno a la Sacca San Mattia, una isla que se ha formado  con escombros  de cristal de la industria de Murano. El proyecto consiste en el estudio de un descampado en dicha isla, cómo se formó, el presente geológico y medioambiental del lugar, los proyectos que se han planeado para él y por qué estos no se han llevado a cabo.

Sobre este proyecto, Almarcegui desvela: “la investigación previa la he realizado a través de conversaciones con urbanistas y arquitectos de Venecia que me indicaron los planes que se van a llevar a cabo, de modo que pudiera localizar los descampados  y terrenos vacíos que se van a ver afectados por estas transformaciones. Para seleccionar  el más significativo realicé un recorrido por estas zonas”. Y añade, “la Sacca San Mattia me pareció el descampado
más adecuado en el contexto de Venecia debido  a su compleja  y extraña configuración a partir de capas de restos de la industria del cristal y la construcción”. Se trata de un antiguo vertedero  abandonado  creado entre las décadas de 1930 y 1950 con rellenos de escombros  y dragados de la laguna. Con 26 hectáreas de extensión sin construir, es el espacio disponible vacío más amplio de Venecia, lo que da lugar a toda clase de especulaciones, como el controvertido proyecto de excavar un tren bajo la laguna para comunicar el
aeropuerto con la ciudad, que tendría una parada en la zona.






Sobre la obra de Lara Almarcegui



  

Materiales de construcción de la sala principal,  Secession. Viena, 2010
Fotografía: Wolfgang Thailer

Depósito de agua: materiales de construcción. Falsburgo, 2000

En 1995, una joven artista inicia, durante un mes, la restauración  de un antiguo mercado a punto de ser demolido en San Sebastián. Aunque sabía de antemano que fracasaría en su intento  de salvar el edificio, fue su primer gran proyecto.
Le seguirían otros como la creación de un hotel gratuito en una antigua estación de tren abandonada cerca de Zaragoza (1998), o su serie de 9 pósters titulada “Demoliciones, descampados,  huertas urbanas (1995-2002).

“Me interesan los descampados  como espacios que no encajan en ningún diseño urbanístico. Son espacios importantes por mismos”, ha comentado la artista,
y puntualiza me siento muy a gusto en ellos. Me dan una sensación de libertad muy agradable”. Las guías de descampados  se han convertido en sus obras más difundidas. Son un modo de conservar esos espacios —que desaparecerán con el desarrollo de la ciudad—. El solar, protegido durante la intervención de la artista, rompe momentáneamente la cadena económica de desarrollo que rige la lógica urbana, pero también su historicidad. La existencia de estos espacios cobra sentido dentro de la ciudad como resto arqueológico de su pasado, pero también como una potencialidad de lo que el espacio vacío puede llegar a ser.

Por otra parte, sus investigaciones sobre materiales de construcción y demoliciones la han llevado a trabajar con los elementos constructivos de
los propios edificios  como materia prima. En el año 2000, junto a un depósito de agua del siglo XIX a punto de ser demolido en la localidad  francesa de Phalsbourg, dispuso los mismos materiales con los que se había construido el depósito.  Deconstruyó la edificación en los elementos que se habían empleado para levantarla.

En una fase posterior de este proceso deconstructivo, Almarcegui ha llegado a reducir una inmensa megalópolis como São Paulo, convirtiendo la suma de sus componentes (cemento,  piedra, madera, asfalto...) en toneladas de peso como crítica al crecimiento acelerado de la ciudad. “Intento hablar de algo, evitando presentar una imagen. Son formas de cargarme cualquier idealización  del espacio. Presentar un edificio como 100 toneladas de hormigón, 30 de acero
y 10 de ladrillo es reducirlo a su realidad bruta y física. Además, mostrar los
ingredientes de un edificio permite  imaginarse un lugar tal y como fue antes de ser construido y tal y como será tras ser demolido en un futuro”, declaró recientemente.




Lara Almarcegui ha estado trabajando  en la frontera  entre la regeneración y la decandencia urbanas, y realizando proyectos expositivos  que hacen visible lo que escapa a nuestra atención  o incluso a nuestro conocimiento. Desde mediados de los noventa, ha investigado y estudiado los espacios de transición donde el orden urbano se encuentra  con el orden natural: los procesos de planificación urbana y de transformación de los descampados  periféricos de las ciudades  provocados por los cambios y desarrollos económicos, sociales o políticos.  A la vez, a través de demoliciones, excavaciones o exposiciones,  Almarcegui ha venido analizando monumentos, edificios  y elementos urbanos y arquitectónicos que raramente tomanos en cuenta o que apenas consideramos.

Deconstruyendo edificios  y otros monumentos y construcciones, Almarcegui desenreda lo que entendemos  como morada y residencia, mostrando los materiales, desnudos e inexpresivos,  de los que están hechos los edificios,  o descubriendo los productos de reciclaje que utilizan y en lo que a su vez se terminan convirtiendo, para acercarnos a la naturaleza entrópica inherente  de la civilización. Así, para el Pabellón de España en los Giardini,  Almarcegui está creando una amplia instalación  de varias montañas de la misma clase y la misma cantidad  de los materiales que se utilizaron para la construcción del Pabellón mismo. Estos amontonamientos de diferentes materiales ocuparán todo el espacio principal de exposición del Pabellón.

Almarcegui documenta sus investigaciones a partir de guías, mapas o folletos, funcionando como una arqueóloga  del presente que dirige una investigación de campo, para concentrarse en elementos o áreas marginales en la complejidad de
la realidad urbana, descubriendo las conexiones que nos informan  sobre la relación entre nuestro pasado y nuestro futuro.  En el contexto de su instalación  en el espacio principal del Pabellón de España, y simultáneamente con éste, Almarcegui ha enfocado su atención  sobre un descampado en la Sacca San Mattia de Murano para investigar la historia y las circunstancias que crearon esta isla a partir de los desechos y vertidos de la industria del cristal de Murano. El resultado de esta investigación se exhibirá en otra área del Pabellón y será publicado como una guía del lugar.

En definitiva, estas obras conectan  los exteriores con los interiores,  y el interior  con
la conciencia de mismo, en un proceso dialéctico de conocimiento. Porque la obra de Almarcegui no es solo estética, formal u ontológica, sino también social, en cuanto apunta a la naturaleza histórica, reciclante, de las construcciones materiales que utiliza, y aborda las complejas interacciones entre los materiales, la economía
y el espacio. En efecto, también tiene una dimensión  política en la medida que entiende y emplaza la arquitectura y el urbanismo, sus desarrollos y sus dimensiones históricas, en el marco de la compleja  ecología de nuestro tejido social y político.

Octavio Zaya
Comisario





Lara Almarcegui



















Octavio Zaya

Nacida en Zaragoza, vive y trabaja en Roterdam. Estudió Bellas Artes en la Universidad de Cuenca y en De Ateliers, Amsterdam.  Ha realizado exposiciones individuales en importantes museos e instituciones españolas e internacionales, entre los que se incluyen MUSAC, León (2013); CA2M, Madrid (2012); Künstlerhaus, Bremen (2012); Secession, Viena, y Ludlow 38, Nueva York (2010); Gallery Ellen de Bruijne Projects, Amsterdam  (2008); el Centro de Arte Contemporáneo, CAC de Málaga (2007); el FRAC Bourgogne, Dijon (2004) o INDEX, Estocolmo (2003). Entre sus exposiciones  colectivas  más recientes se incluyen Manifesta 9, Genk; TRACK, Gante (2012); Radical Nature, Barbican Art Centre, Londres (2009); Bienal de Atenas (2009); Bienales de Taipei y Gwangju (2008); Bienal de Sharjah (2007); la 2 Bienal de São Paulo (2006); la Seville Biennial (2006); (Public Act), Lunds Konsthal, Lund (2005); y la Bienal de Liverpool (2004). Almarcegui está representada  por la Galería Parra y Romero de Madrid y por Ellen de Bruijne Projects de Amsterdam.




Nacido en Las Palmas de Gran Canaria, Islas Canarias, es escritor, comisario  y editor de arte residente en los Estados Unidos desde 1978. Es Director de Atlántica: Revista de Arte y Pensamiento, que publica el Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM), Las Palmas de Gran Canaria. Es comisario  externo del Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (MUSAC), así como comisario-colaborador del CAAM. Es miembro de Comité Asesor de Performa, Nueva York, y de NKA: Journal of Contemporary African Art, Duke University Press; editor-colaborador de Flash Art; y colaborador habitual
de varias publicaciones de arte, incluyendo Art Agenda/e-flux, Nueva York, y ART-IT, Tokio. Fue uno de los comisarios de Documenta  11, bajo la dirección de Okwui Enwezor, y comisario  de la 1ª y Bienales de Johanesburgo. Ha sido comisario  de más de 25 exposiciones  en museos e instituciones como el Centro de Arte Reina Sofia, MNCARS, Madrid; Guggenheim Museum, Nueva York; Helsinki City Art Museum; MARCO, Vigo; Nordjyllands Kunstmuseum,  Aalborg, Dinamarca o el Palau de la Virreina, Barcelona. Ha publicado más de una veintena de libros monográficos
y catálogos de artistas contemporáneos, entre los que se incluyen Cerith Wyn Evans, Paul Pfeiffer, Shirin Neshat, Georges Adéagbo, Candice Breitz, Yinka Shonibare,

y Miki Kratsman, además de haber colaborado en muchas otras publicaciones.