lunes, 4 de agosto de 2025

PILAR SUJA prepara su serie pictórica "Piedra viva/Living stone", tras "Las Barrocas""

Pilar Suja Engelmo, pintora
Cuadro de la serie "Piedra viva/Living stone"


Julia Sáez-Angulo
        Fotos: J. S. A.

4/8/25 .- Madrid.- La mente de la pintora Pilar Suja Engelmo (Ibiza) es hoy un hervidero de ideas estéticas sobre su pintura. Después de su serie pictórica “Las Barrocas”, está inmersa en una nueva, “Piedra viva/Living Stone”, donde dice que investiga y aprende al mismo tiempo. La pintura absorbe ahora su pasión y a ella le ha dedicado su tiempo y energía en su taller/estudio de El Escorial. Al mismo tiempo disfruta de un galardón y la selección como finalista, en el Centro Cultural Mira de Pozuelo de Alarcón.
Tanit, diosa de Ibiza, entonada en azules, recibe a la entrada de su casa. Es un cuadro pintado por Pilar Suja en 2025, durante los largos días de lluvia.
“Piedra viva/Living Stone” es una serie en la que la autora parafrasea a Miguel Ángel que extraía las esculturas del mármol la piedra en la que estaban ocultas. Pilar Suja quiere extraer los rostros humanos que laten en los bloques de piedra de donde parecen emerger.
“Quiero que las caras surjan de la dureza de la piedra y se vayan metarfoseando en arcilla, siguiendo el relato bíblico de que venimos del barro”, explica la pintora, al tiempo que muestra como los rojos, ocres, amarillos de la “arcilla” compensan cromáticamente el gris de la “piedra”.
El resultado de esta serie promete. Hay una evolución en cada cuadro pintado, de una planitud de origen a una pintura ligeramente matérica, que en algunos casos ofrece un trampantojo.
“Los efectos se consiguen con la utilización de los distintos materiales y su aplicación, desde el acrílico de origen al óleo aplicado con pincel o paleta, además de los aerosoles, lápices, tizas…”
Pilar Suja es una dibujante consumada, que ya llamaba la atención sobre su destreza en el colegio. Para su pintura dibuja mucho, prepara con cuidado los bocetos. Sus cuadernos de trabajo están llenos de ojos, labios, narices…Ahora, la pintora cuenta con la herramienta auxiliar del computador. Me muestra la paleta donde aparecen sus modelos previos, ante de llevarlos al lienzo. “Es un proceso previo importante, antes de ponerme a pintar”, afirma la pintora.
Dentro de la serie "Piedra viva/ Living stone", Pilar Suja ha querido incorporar la imagen de la joven de la perla, de Vermeer, para igualmente hacerla emerger de la "piedra" a la pintura. El cuadro está en marcha y viene a ser un homenaje a la belleza de esta bella figura en la Historia del Arte. Pilar Suja no renuncia a la belleza.
El tiempo le cunde a Pilar Suja, porque cuenta que no ve la televisión, si bien escucha podcasts mientras pinta, algo que le ayuda también a sentirse informada de temas como la arqueología y la antropología, cuando escucha a Juan Luis Arsuaga sobre el yacimiento de Atapuerca, por ejemplo. Le gusta trabajar en formato grande, porque se ajusta mejor a su lenguaje y su búsqueda.
La pintora reconoce a sus mejores maestros: Manuela Picó y Pablo Rubén. "A. ambos los he visto pintar sus cuadros" Con el último dio un curso de acuarela en el Museo ABC de Madrid.
    Pilar Suja sueña también con hacer escultura, con el modelado, al tiempo que me muestra un pequeño ejemplar en barro, "Gnomo". "Pero todo a su tiempo. Una cosa detrás de otra". La mente de Pilar Suja es un hervidero de ideas.

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Sobre el cuadro "La joven de la perla", cuadro en el que sigue trabajando P. Suja
Pilar Suha junto al cuadro que pintó de la diosa Tanit
"Guau", pintura y modelo (2024)
Pilar Suha y modelo masculino, que replicará en "piedra viva"

Pilar Suja, Julia Sáez Angulo y Pilar Engelmo brindan en el jardín con una piña colada

RECUERDOS FAMILIARES XIII.- Mi hermana Elisa. Los pagos a san Antonio. Discrepancias sobre Marc Chagall

Elisa Sáez Angulo, Dama de Honor de la Almudena
Juana Pericás y Elisa Sáez Angulo recibieron los Diplomas de Excelencia entregados por María Eugenia Martínez, presidenta de la Tertulia Ilustrada de Madrid.

Julia Sáez-Angulo

3/8/25.- El Escorial .- Aunque el afecto era el mismo, mi hermana Elisín era la favorita de mi padre, ella era simpática, graciosa. Yo lo era de mi madre, porque sacaba buenas calificaciones académicas y eso le gustaba. Mi hermana era cuatro años menor que yo. Cuando mi Elisín era adolescente, tenía las piernas tan largas, que mi padre decía que parecía una cigüeña. Hoy, su nieta adolescente, Isabel, es como ella.

La llamábamos Elisín, porque llevaba el nombre de mi madre, Elisa, y había que diferenciarlas. Mi padre decía que, al teléfono teníamos las voces idénticas y no podía diferenciarnos. Los hijos de los vecinos en Uruñuela (La Rioja) se llamaba Felisín, Basilín, Ambrosín y Jesusín -no me lo estoy inventando, es real-, por lo que cuando ellos y mi hermana estaban jugando por el patio o las huertas respectivas, y oían el grito familiar de un nombre acabado en “in”, decían que era llamada para el otro, o acudían a la vez para saber que querían de ellos.

Mi hermana tenía buen carácter y caía muy bien. En Uruñuela, saludaba a todo el mundo interesándose por la familia. Yo era más expeditiva con la gente. El resultado era, que a ella le regalaban peras, manzanas, tomates, lechugas… y a mí, nada.

Elisín estudió Políticas, pese a su bachillerato en Ciencias. Se casó con un abogado, Guillermo Slöcker, apellido austriaco de un descendiente del médico que trajo la reina María Cristina de Habsburgo Lorena de Viena, el Dr. Slöcker, que se afincó en la península. Mi hermana decidió estudiar Derecho para enriquecer el despacho conyugal, porque le convalidaban numerosas asignaturas. En vez de la abogacía, ella ejerció como procuradora de tribunales para practicar la conciliación familiar. Los juzgados en Madrid están tan dispersos , que ella decía que tenía que andar toda la mañana corriendo como "geisha por arrozal", para llegar puntual a sus obligaciones jurídicas. Suspiraba por la Ciudad de la Justicia que unificaría a todos los juzgados.

Tenía buen humor y se tomaba la vida con gachonería. Paseaba a Chuy, un perro juguete, cuya raza no recuerdo. Un día lo dejó en mi casa, porque asistíamos a una boda, y el animal se quedó en el jardín, pero el can como era diminuto se escapó por la gatera. Al no ver a Chuy cuando regresamos en la tarde, Ely -también la llamábamos así- se puso nerviosísima y fuimos a buscarlo al cercano parque Eva Duarte. Entre tanto le iba ofreciendo dinero a San Antonio, para que le ayudara a encontrarlo. Nunca le fallaba el santo, según decía. Ella preguntaba a todo el mundo por su perro perdido y, al fin, unas señoras le dijeron que lo habían visto con otra mujer, que pensaba llevarlo al veterinario o a la perrera. Mi hermana se asustó con esta última posibilidad. Fue subiendo la oferta a San Antonio, porque decía que era un santo muy interesado en favor de sus pobres. La llamada de su veterinaria la tranquilizó. Chuy estaba con ella en la clínica. San Antonio cumplió y ella le entregó doscientas mil pesetas en su cepillo para sus pobres. “Si mi marido lo sabe, me mata”.

Otra pérdida también le costó un dinero. Al bajar del autobús, por la noche, en plena nevada madrileña, se le cayó el anillo de oro con un escudo del apellido, muy en boca en los 70. Ella y tres pasajeros más que descendieron, le ayudaban a buscarlo entre la nieve, pero el anillo no aparecía. De pronto uno de ellos se puso a imprecar a los otros porque el anillo había caído allí y si no aparecía era porque alguno de ellos se había quedado con él. Mi hermana, perpleja, trataba de calmarlo y los otros, incómodos, se despidieron. Elisín me contó la historia por la noche, calificando de energúmeno al que reprochó a los otros. Ella seguía ofreciendo dinero a san Antonio para encontrar su anillo. A la mañana siguiente, ella volvió al lugar, rebuscó entre la nieve ya marrón y casi derretida. Allí estaba la joya. Su tesis era que el energúmeno se llevó su anillo, y que san Antonio le depositó otro en el lugar para ella. Le había ofrecido una buena cantidad para sus pobres y no quiso desperdiciarla.

En los comienzos de la Transición, a partir de 1975, Elisín se afilió al partido carlista -una linea familiar paterna- con objetivos cooperativistas. Trató de cerca a don Carlos Hugo de Borbón, al que me presentó un día. Era un hombre inteligente y atractivo. El nombre de Elisa figuró en el listado de las papeletas electorales. No llegaron al cinco por ciento que se requiere legalmente para continuar como partido. El carlismo se disolvió. Don Carlos Hugo acabó separado de su esposa la princesa Irene de Holanda y dando clases en una Universidad norteamericana.

El arte de Marc Chagall

A Elisín le gustaba el arte y acudía a los cursos que el Obispado de Madrid impartía en Alcalá de Henares. Ella daba, a su vez, algunas conferencias de arte, en el aula de la iglesia de San Ginés los sábados en la mañana. Un día dio una sobre Marc Chagall (1887-1955) y dijo que era un pintor excelente de las vanguardias parisinas, uno de los más relevantes de la primera mitad del siglo XX, un colorista excepcional… En el coloquio, le llevé la contraria: Chagall no era un gran pintor, era un ilustrador colorista, un narrador de historias por encima de la pintura, un dibujante de cuentos, un cuenta-cuentos… La pintura es otra cosa, enfaticé. Nos enzarzamos un poco y el auditorio escuchaba perplejo nuestro debate. Terminó en tablas.

Mi hermana murió en 2015 de un infarto. Fue terrible. Se desplomó en el vestíbulo del Colegio Profesional de Procuradores de Madrid.  Un médico forense acudió rápido en su ayuda, pero no había nada que hacer. Yo me pellizcaba, porque no creía lo sucedido. Ella era más joven que yo. Iba contra natura. Creo que lloré más mi pérdida que su muerte. Dios me perdone. Ella había heredado el piso de mis padres, donde vivía, cerca de mi casa y yo me prometía una jubilación cercana a ella, con las ventajas afectivas que ello suponía. Teníamos muchas complicidades. Nos gustaba hablar de la familia y calificar con humor a cada miembro. La historia de Caín y Abel nos parecía inconcebible. Elisa fue una mujer irrepetible. Quienes la conocieron me recuerdan lo encantadora y elegante que era. Dicen, que Dios se lleva primero a los buenos, a los que están preparados y listos. Yo tengo para rato.

    El Colegio de Procuradores de Madrid le dedicó una placa, con el nombre de Elisa Sáez Angulo, en su sede.

Sé que la semblanza hecha de mi hermana Elisa Sáez Angulo ha quedado pobre. Ella merecería algo más serio y profundo. Queden estos párrafos como un simple apunte de recuerdos y cariño.

De mi hermano Luis no hablaré, porque afortunadamente sigue vivo. Estudió Periodismo y fue director adjunto del periódico “La Rioja”, diario al que consagró toda su energía profesional. Su única hija Ainhoa, es mi adorada ahijada. La familia, con todas sus ocasionales contradicciones, ofrece, sobre todo, raíces, además de alegrías y satisfacciones.

    Más información

https://lamiradaactual.blogspot.com/search?q=Elisa+S%C3%A1ez+Angulo 

https://lamiradaactual.blogspot.com/2012/07/virgenes-de-madrid-historia-y-tradicion_02.html

Placa en el Colegio de Procuradores de Madrid.
Elisa Sáez-Angulo, primera a la izda, con un grupo de amigos.


domingo, 3 de agosto de 2025

OBITUARIO. Ha fallecido Juan Jiménez, pintor. dibujante y fotógrafo



Juan Jiménez, pintor y dibujante


J.S.A.

3/8/25.- Madrid.- Ha fallecido, el pintor, dibujante y fotógrafo Juan Jiménez, a los 83 años, de una insuficiencia cardiaca, en Madrid, a la 13,30 de la tarde,. El pintor estaba casado con la artista pluridisciplinar Linda de Sousa. Su cuerpo presente estará el tanatorio de San Isidro de Madrid, mañana lunes, día 4, a partir de las 10 de la mañana, y será incinerado el martes, día 5, a las O9 de la mañana en el tanatorio de El Escorial.
Sus últimos trabajos han sido los retratos de personajes del mundo de la cultura, la empresa y sociedad, a plumilla, en los que era capaz de captar con agudeza la mirada de todos ellos. Los realizaba en su casa durante los últimos años, porque ya salía menos a la calle.
Una de sus especialidades era el desnudo femenino y las escenas taurinas. Como fotógrafo contaba con un rico archivo de fotografías de exposiciones de arte y artistas visuales.
Era un hombre de carácter afable y contaba con un buen humor.
Descanse en paz.

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Linda de Sousa y Juan Jiménez (Foto: Luis Magán)



FIESTAS DE "MOZOS, CASADOS, VIUDOS" en El Escorial.- Viene del sigIo XVI con historia de Don Juan de Austria. Exposición Historia de la Hermandad de la Herrería. Desayunos con mayores, meriendas con niños, paella para todo el pueblo. Caballos...


Una de las presidentas de la fiesta


Julia Sáez-Angulo
Fotos: J.S.A.

3/8/25.- El Escorial.- A mí todas las fiestas de pueblo me recuerdan a “Bienvenido Mister Marshal (1 953) y a “La vaquilla”(1985) de Luis García Berlanga, películas que adoro, por la gachonería de su director. La fanfarria de las bandas le pone a uno en ambiente y se dispone a ver gente más o menos endomingada, según la hora y los actos programados por la Concejalía de Cultura, vestida de serranos y serranas o hermandades y peñas. En El Escorial se ha celebrado durante un largo finde, la fiesta de “Mozos, casados, viudos”, cuyo origen se remonta al XVI, con pasacalles, misas y bendiciones, fútbol, exhibición ecuestre, desayunos para mayores, meriendas para los peques, y paella para todos en el parque, feria y tiovivos. Los fuegos artificiales ponen el broche lumínico a las fiestas dejando un regusto de tristeza, melancolía o nostalgia, según los casos.
Las presidentas de las fiestas lucían jóvenes y bellas sus trajes largos coronados por altas peinetas y mantilla española. 
    La historia de "Mozos, casados y viudos" se remonta a 1567, con motivo de la visita de Don Juan de Austria, medio hermano del rey Felipe II. Don Juan organizó una corrida de toros, a la que no asistió el rey, porque el papa Pío V había condenado con excomunión a quien asistiera a corridas de toros, pero Gregorio XIII dio permiso a Don Juan de Austria para poder hacerlo. Al no asistir el rey, presidieron la corrida las Infantas Isabel Clara Eugenia y Margarita Micaela, de ahí que sean presidentas y no reinas, la que figuran en estas fiestas.

Algunos dicen que los veraneantes no socializamos mucho con los del antiguo pueblo serrano. Quizás tengan razón. Yo, es la primera vez que, bajo la paella de paella y sangría, en el parque Lorenzo Fernández Panadero, porque había quedado con una amiga reciente y su marido.
En el parque, tuve el gusto de coincidir con el señor alcalde de El Escorial, hostelero del restaurante La Villa, para recordarle como lamentaba la falta de ortografía notoria, repetida cada día y poco ejemplar, del bar “El Salón Antigüo”, vecino a la Casa Consistorial, pese a mi reclamación por escrito y Registro del pasado año. ¡Esa diéresis inadecuada me hace daño como periodista, escritora y ciudadana!
Me gustó escuchar que yo no era la única que se había quejado o protestado por ello. No me gusta ser la hinchapelotas solitaria de turno. “A veces me lo dicen hasta por la calle, pero no puedo hacer nada jurídicamente. El dueño no está dispuesto a ello”. Pienso que, con una normativa al respecto sí podría solucionarse la patada al diccionario, aprobado por 28 Academias de la Lengua, y, para más inri, la nuestra Real Academia, frente a este terco sanchopancista que se opone por su palurda gana. Le insistí al alcalde: “Querer es poder. Ese tipo ofende o perjudica a todo el pueblo. Hay que ser mosca cojonera con él”. Un buen asesor jurídico municipal sí encontraría tipificado un delito o falta al respecto. Si viviera mi hermana abogada, la encontraría. Cuando a buenas no se quiere, ya se sabe...
Parafraseando a Groucho Marx: yo nunca entraría en un local así, con tamaña falta de ortografía”.
    Desde mi terraza, contemplé las alturas de los fuegos artificiales. Veré mejor los de las fiestas de San Lorenzo el próximo 10 de agosto. No hay veraneo sin fiestas. Las de la Asunción del 15 de agosto están desparramadas por toda la geografía de la piel de toro. No solo de naturaleza o de playas vive el veraneante, también puede o debe  incorporarse a las fiestas.


Don José Fernando, el párroco, bendice la exposición de la Hermandad N.S. de la Herrería, en Casa Miñana