viernes, 23 de octubre de 2009

Mario Campaña publica "Pájaro relojero" sobre poetas centroamericanos

Pájaro relojero. Poetas Centroamericanos
Selección y prólogo de Mario Campaña
Galaxia Gutember/Círuclo de Lectores
Barcelona, 2009 (877 pags)





Julia Sáez-Angulo

Gran experto en la poesía de América Latinoamericana, el escritor Mario Campaña ha llevado a cabo una excelente antología de la poesía centroamericana del siglo XX guiándose por el patrón de la excelencia y no de la representatividad por países, de ahí que no figuren nombres de Honduras ni Costa Rica. En una exposición magistral, habló de los autores seleccionados en el libro que, bajo el título de “Pájaro relojero. Poetas Centroamericanos”, ha publicado el Círculo de Lectores/Galaxia Gutemberg.

Los trece nombres que figuran en la obra son: Salomón de la Selva, Luis Cardoza y Aragón; José Coronel Urtecho (nicaragüense); el gran maestro de Pablo Antonio Cuadra, Joaquín Paso, Ernesto Mejía Sánchez, Ernesto Cardenal; Carlos Martínez Rivas; Otto-Raúl González e Isabel de los Ángeles Ruano (guatemaltecos), Roque Dalton y Alfonso Kijadurías (salvadoreños) y la salvadoreño-hondureña Claribel Alegría. “Todos ellos cuentan entre lo más granado de la poesía en lengua española del siglo XX y todos ellos dialogan y discuten de alguna manera con el gran vate Rubén Darío”, señala el antólogo. Les ha faltado el apoyo y la difusión de su obra en sus propios países.

“Salomón de la Selva escribió en Estados Unidos “El soldado desconocido” y así empezó la andadura que sólo desde una perspectiva histórica cabe considerar como origen de la otra vanguardia (tras Rubén Darío); casi al mismo tiempo, Luis Cardoza y Aragón publicaba en París “Maelstrom”. Se trata de dos libros vanguardistas, sobre todo porque sustituyeron lo perspicuo por lo humilde como matriz del hecho poético. Otra lengua es desde entonces la poesía”, declara Campaña.

El propio Ernesto Cardenal –más conocido por sus andanzas políticas- reconoció en su día que el gran poeta de Nicaragua no era él sino Carlos Martínez Rivas, del que recibieron aliento otros autores guatemaltecos y de ello se haría constancia en América algún día. Fue el primero en crear los anti-poemas, antes que el chileno Nicanor Parra, más apoyado en su país.
Escritores que estudiaron con los jesuitas

El antólogo reconoció que la mayoría de los poetas seleccionados pertenecen a la clase alta y cultivada –muchos de ellos estudiaron con los jesuitas- descendientes de europeos, en su mayoría españoles, a juzgar por sus apellidos. Algunos ejercieron la diplomacia en Europa. No figura ningún poeta indígena, aunque algunos vates como Pablo Antonio Cuadra tejió una gran mitología en torno a leyendas y canciones sobre el gran lago nicaragüense, que es para los nativos como el Mediterráneo a la poesía griega. Al mismo tiempo, Cuadra fue un escritor católico creyente y su poesía religiosa está entre las más bellas”, subrayó Mario Campaña.

El antólogo, que ha investigado en la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, donde hay más de 120 millones de ítems, en el Centro latinoamericano de Berlín y en el de Bruselas, recuerda que la sociedad centroamericana vivió largas dictaduras durante el siglo XX, todas ellas protegidas por la política de los Estados Unidos, lo que llevó a una sociedad fracasada, pero no al fracaso de los poetas. Su obra se fraguó la mayoría de las veces en el compromiso.

Sólo dos mujeres se incluyen en la antología y una de ellas, Isabel Alegría, vive hoy mendigando por las calles, después de haber escrito un poema premonitorio sobre la mendicidad. Mario Campaña ha llevado a cabo otra interesante antología sobre poetisas latinoamericanas, publicadas por la editorial Bruguera.

El acto de presentación de este libro tuvo lugar por el poeta Nicanor Vélez y a él asistieron otros poetas como Javier Lostalé, Manuel Quiroga y la argentina Susana Roberts.

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