domingo, 24 de enero de 2010

Circo Mundial, la magia de un espectáculo de humor, equilibrios y audacias con animales de selva



Julia Sáez-Angulo


Asombro, admiración, sorpresa, humor, destreza, alegría... todo esto se desprende del espectáculo del Circo Mundial que se ofrece en la plaza de toros de Las Ventas en Madrid. Ideas originales y números diferentes para cada temporada, que tiene su punto álgido en las vacaciones de Navidad pero que este año, a petición del público, se prolonga hasta mediados de febrero.

La música alegre y moderna lo envuelve todo en cada función, donde las atracciones se suceden sin solución de continuidad en una secuencia hermosa y bien ensayada.

La coreografía refinada, en blanco y lila con lentejuelas, de todos los participantes, abre y cierra la pista de actuaciones con su célebre música: “El circo es nuestra casa y nuestra vida, un modo diferente de vivir”, donde se anuncia a la gran familia de los participantes.

Arturo, el poeta del aire abre la sesión y sorprende como una mariposa que vuela, sube y baja con dos grandes bandas textiles que caen del techo. Los Caín Boys asombran con su fuerza y equilibrios ante un público de niños, jóvenes y adultos. También Messohudy Family de Australia.

La cama elástica se presta a subidas imposibles del Grupo en el que una mujer joven intenta el triple salto mortal en el aire. Aplausos atronadores responden admirados ante su actuación.

Lalo y Charletto son los dos clowns que entretienen mientras montan en la pista el nuevo número que va a aparecer, por ejemplo, la gran esfera metálica en la que cuatro muchachos mexicanos corren con sus motos a una velocidad endiablada sin obstaculizarse. Sencillamente ¡son prodigiosos! Charletto ensaya después con una orqueta improvisda con gente del público que resulta desternillante.

El tronco de caballos andaluces hace su aparición para divertirnos y dejarnos perplejos con sus cabriolas y pasos, entre ellos los de una modelo en la pasarela. Son capaces hasta de bailar sevillanas para regocijo de todos. Natalia y Noelia, bien enjaezadas son sus maestras.

UN MAGO PRODIGIOSO

El mago es de lo mejor que haya podido verse. Hace aparecer leones, togres blancos y siberianos en unas cajas enrejadas minúsculas, al tiempo que hace desparecer a la mujer que se escondió dentro. Después, los animales pasean por el borde alto de la pista. Los ojos de todos se nos agrandan ante el prodigio. Fue de las actuaciones más aplaudidas. Es el Magic Show Polo.

La manada de elefantes con una bella domadora al frente obedece las órdenes como soldados de un ejército. Suben a cuatro patas en una mesa; se apoyan en un soporte mínimo; desfilan cogidos del rabo y saben llevar en su trompa el látigo, el bastón o una fusta... Miss Aurori es la bella domadora.

Hay que volver al circo para aprender de su gracia y elegancia, de su cortesía al ayudar a las damas o compañeros a saltar o regresar a la base de la actuación; para esbozar la sonrisa sincera de entrega y del más difícil todavía...

El Circo nunca dice adiós sino hasta siempre, porque cada año se renueva y se presenta en pista cubierta con excelente calefacción para todos.

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