sábado, 16 de enero de 2010

Cristina Hazen, Colección de Pianos que aspira a Museo

Julia Sáez-Angulo


Medio centenar de pianos históricos de gran valía atesora la Colección Hazen del Piano que se muestra en un moderno edificio en la localidad madrileña de Las Rozas. A ello se suman numerosos objetos, documentos, fotografías o cuadros relacionados con la música, que constituyen un espléndido conjunto y bien merecería una amplia exposición museística.

La firma Hazen comenzó su andadura en España en 1814, siempre en manos de la misma familia de apellido holandés. Juan Hazen Hosseschrueders instaló un taller de pianos en Madrid, que fabricó instrumentos hasta que la guerra civil de 1936-39 acabara con la fabricación de los mismos. Su sede estuvo en la calle Fuencarral hasta su ampliación y traslado a Las Rozas.

A partir de los años 40, la familia Hazen se convirtió en representante e importador de las grandes firmas de pianos, sobre todo de Yamaha, y hoy tiene sus establecimientos abiertos en Las Rozas y en la calle Arrieta de Madrid.

Félix Hazen creó la Fundación Hazen Hosseschueders para conservar el rico patrimonio de la colección de instrumentos y llevar a cabo distintas actividades culturales en su sede, sobre todo con alumnos del Conservatorio y con distintos colegios.

La Fundación Hazen, además de los pianos con la firma de su nombre, conserva también otros hechos en Madrid y Barcelona, además de los ejemplares utilizados por los compositores valencianos José Iturbi y Joaquín Rodrigo.

Hay pianos de mesa, verticales, de cola y otros instrumentos como organillos, armonios o pianofortes. La Fundación Hazen sueña con un gran Museo en el que puedan exhibirse las piezas con más espacio del que se dispone actualmente. Madrid, a diferencia de Barcelona no cuenta con un Museo de la Música y sería el lugar idóneo para hacerlo.

La emoción de algunos intérpretes

“Algunos intérpretes de piano que nos visitan se emocionan al poder tocar algunos de estos viejos instrumentos que atesora la Fundación”, explica Cristina Hazen, hija, directora y sucesora de Felix Hazen, fallecido el año pasado. Es la primera vez que la firma Hazen, que dentro de cuatro años celebrará su bicentenario, está dirigida por una mujer.

“Para muchos alumnos del Conservatorio, ver los antiguos ejemplares de piano les permite comprender mejor la sonoridad y evolución del instrumento”, añade la señora Hazen

El siglo XIX fue el más singular en la producción de pianos Hazen y la empresa recibió diversas medallas en las exposiciones industriales. Aunque se han recuperado únicamente pianos de mesa y verticales tipo jirafa de la casa Hazen, se conoce la construcción de un piano de cola y de arpas.

Cada ejemplar de piano en la Fundación tiene su historia y una de las más singulares es la del “Colorao”, llamado así por el color especial de su madera de palisandro. Un piano que ha sido restaurado después de diversos avatares en su agitada trayectoria. Hoy Yamaha vende un eejmplar dinominado "The Red Piano", serie limitada y numerada, apoyada por la figura de Elton Jonhn.

Recientemente se ha instalado en la sala de juntas de la Fundación Hazen, un retrato de Félix Hazen, su antiguo presidente, realizado por el pintor Alfonso Sebastián.

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