miércoles, 17 de febrero de 2010

De Pianos, Vinos, Toreros, Toros y otros animales




Cristina Hazen

Son ya muchos, no diré cuantos los años que llevo escuchando a grandes y pequeños artistas, sus notas y sus palabras a la hora de seleccionar un piano. Voy a expresar los adjetivos que se colocan a los pianos, sobre todo de gran cola, durante su selección, por lo original que me resulta:

Empezaron los transportistas, cuando yo era niña, según cuenta mi padre, teníamos varios pianos de concierto, y ellos cuando venían a recogerlo preguntaban: ¿cuál toca hoy el negro o el “colorao”?, Pero no quedan aquí los términos taurinos, por circunstancias de la vida me he aficionado a los toros, cosa que cada vez más me cuesta defender en conversaciones de trabajo, amigos y familia.

Cuando asisto a las corridas, veo tantas similitudes con el pobre animal que el público exacerbado de Madrid rechaza después de que su ganadero lo ha mimado, alimentado, y preparado especialmente para su aparición en público, que no puedo evitar compararlo con los pianos. No me siento bien cuando le sueltan de golpe que no tiene fuerza, que le falta raza, que los toros ya no son lo que eran, de forma que cuando estoy en los toros me parece estar escuchando música y cuando estoy en una selección de pianos me parece estar en la plaza.

Una vez me quede especialmente impactada cuando un pianista probó dos pianos, en aquella ocasión y después de unos minutos de tocar la misma obra en los dos, dijo “este es macho y este es hembra”, la verdad, no quise profundizar demasiado en los detalles pero sí pensé para mis adentros, caramba, que serán los otros ¿“gays”?

Lo de “el cuerpo” si es curioso, se usa para el vino, se usa para el toro y se usa para el piano, pero me gustaría intentar enlazarlos en los tres casos. Lo que si está claro es que en el caso del toro y el piano, el cuerpo es sinónimo de robustez, no tanto en el vino, la copa que lo contiene no es voluminosa. He encontrado relación con el olfato, en el caso del vino está claro, pero el piano ¡ como huele el piano!, Que sensación abrir un piano nuevo, es increíble como transporta ese olor a la tienda de la calle Fuencarral, al taller, etc., el vino también huele, es agradable, los toros también, pero en este caso con un final mas desgraciado porque los pianos nunca mueren y los toros huelen a muerte, el vino también muere pero de forma agradable y eso sí bastante efímera.

El piano no muere. Una cuestión de tactos

Será por eso, porque el piano no muere, que se selecciona con tanta dificultad?. Generalmente es para el propio pianista, pero cuando se hace para otro, ahí ya es mas complicado, entraña una gran responsabilidad, le espera una larga vida y pasará por muchas manos, - llega el tacto-, oigo: es blando, o es duro, es frío o es caliente, canta, no me dice nada, proyecta, envuelve, se deja tocar, voy a ver como responde ante tal o cual obra, cantidad de sensaciones que se traspasan desde el momento que se pulsan sus teclas.

Creo que voy a tener que asistir a la selección de los toros para las corridas, estoy segura que los tocan y me gustaría saber cuales son los adjetivos que utilizan, no se porque tengo la impresión de que serán comunes. Nosotros a los pianos antes de exhibirlos también les miramos los dientes, las patas, la maquinaria, reciben también es verdad algún que otro puyazo, durante la entonación, afinación etc, cuidados personales para su puesta a punto antes de la selección, antes de su gran premiere.

Los pianos debieran elegir a sus pianistas

No hace mucho escuché a un ganadero decir que muchas veces los toros deberían elegir a sus toreros, también los pianos a sus pianistas?

Después llega la soledad, pianista ante el toro, torero ante el piano, mezcla de placer y terror, entrega a la audiencia no siempre acogedora y cuando todo termina. ¡¡¡ BRAVO!!!!, bravo al pianista, bravo al torero, bravo al toro, bravo al piano

Recibo hoy una carta de agradecimiento por el apoyo a un joven pianista en una de sus primeras grabaciones y comparan en ella nuestra sala de selección con un estanque de ballenas, grandes, negras y bonitas. Que curioso nunca pensé que ahora me tendría que introducir en las profundidades marinas para continuar buscando similitudes entre pianos y animales.


P.D.
Recientemente he recibido la visita de un gran pianista, que tocando en el famoso “Colorao” que preside la colección, me dijo emocionado, este piano me dice cosas que no dice ningún otro, ha hecho una “machada”, nos emocionamos los dos porque recordamos a mi padre, que dedico prácticamente su vida a los pianos y siguiendo con el tema de este articulo se me ocurrió de nuevo una frase torera : “Papa va por ti”

Ojala nunca demos muerte a los pianos, ahora que se fabrican sucedáneos digitales.

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