jueves, 6 de mayo de 2010

Juan de la Cruz, silencio y creatividad en la poesía



Juan de la Cruz. Silencio y creatividad
Rosa Rossi
Traducción de Juan Ramón Capella
Editorial Trotta
Madrid, 2010 8173)




Julia Sáez-Angulo

Es la cima de poesía en lengua castellana. San Juan de la Cruz es un referente para muchos vates después de leer sus libros en los que “voló tan alto que le dio a la caza alcance”. Un Papa, Juan Pablo II, hizo una tesis doctoral sobre su obra, lo que le llevó a estudiar previamente la lengua española.

Rosa Rossi (1928) ha escrito el libro “Juan de la Cruz. Silencio y creatividad” para darnos su lectura personal, sus reflexiones únicas. Un libro que empieza con el capítulo titulado “El hijo de Catalina”, donde estudia el núcleo familiar del futuro fraile carmelita, del futuro poeta místico.

“Fue el hambre, el espectro del hambre, lo que empujó a Catalina a mudarse de Fontiveros, donde había nacido Juan en 1542, primero a Arévalo y luego a Medina (del Campo), donde cumplió el destino de Juan Yepes” (1542 - 1591), escribe la autora.

“En Medina, donde vivió desde los nueve hasta los veintidós años, Juan irá a la escuela, a la elemental primero y luego a la superior. En Medina ha de hacerse fraile y en Medina ha de encontrar a Teresa (de Jesús), concluye”.

El “Cántico Espiritual”, la “Noche Oscura”, la “soledad sonora” son títulos y expresiones de la obra poética de san Juan de la Cruz, que se han trasvasado junto o otras varias en la estructura de nuestro idioma.

Sus paradojas y aliteraciones son bellísimas: “el ruido con que rueda la roca tempestad”, “un no sé qué que queda balbuciendo”. Un poeta que alcanzó la cumbre mística y la cima de la lengua al mismo tiempo.

La particular biografía de Rossi, escrita en 1995, dice en la presentación: “no se podía emprender este camino hacia Juan de la Cruz y con Juan de la crus, sino remontándonos, más allá de las biografías a las fuentes más cercanas a su persona. En primer lugar había que volver a los testimonios de amigas y amigos del Carmelo (…) y en segundo lugar había que releer los escritos de Juan.”

Al final del libro, se publica una Cronología muy útil para el lector que da cuenta de la presencia del poeta de Fontiveros en los distintos lugares –pueblos y ciudades- que recorrió a lo largo de su vida Por regiones: Castilla y Andalucía. Por sitios: , además de los citados: Toledo, Pastrana, Valladolid, Salamanca y otras.

“La marcha hacia el fondo del alma” dice la autora italiana, que ofrece un perfil de san Juan de la Cruz intenso, dramático y paradójico. Resiliente como las rocas de granito a todos los avatares que se presentaron en su vida.

El convento de Pastrana venera la cueva donde escribió el “Cantico Espiritual”, durante uno de sus encierros. Un convento que los carmelitas varones no supieron o quisieron rescatar como reliquia, después de la Desamortización de Juan Mendizábal (1836) y que hoy pertenece a los franciscanos
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