jueves, 1 de julio de 2010

Juan Carlos Búrdalo, lectura poética en el Casino de Madrid




Julia Sáez-Angulo


El poeta Juan Carlos Rodríguez Búrdalo (Cáceres, 1946), miembro de las Academias de las Letras de Toledo y Córdoba, ha llevado a cabo un recital poético en el Casino de Madrid, que ha sido un recorrido por sus libros y los temas claves de su obra: la infancia, la geografía personal, el amor y desamor, el paso del tiempo y el destino inexorable de la muerte.

Alfredo Gómez Gil, director del Aula Poética del Casino, hizo la presentación del poeta que pasó su infancia en Piedras Albas, un pequeño pueblo cacereño de trescientos habitantes. Búrdalo ha publicado dieciocho libros en treinta años, de los que sólo once son originales y el resto selección de poemas o antologías.

Para el autor toda la obra es, de un modo otro autobiográfica o auto-referencial, ya que sigue el pulso y los avatares de la propia vida del hombre y el poeta, “exactamente mi vida”, como señala Pinto d´Amaral. Búrdalo está considerado un poeta elegíaco que canta lo que ha perdido, sin bien el profesor Jaime Gil de Biedma, de la Universidad Complutense, lo considera más bien memorialista. “Vivir y no vivir es un instante”, dice uno de sus versos”

“La luz ardida”, publicada en 2006 es la gran antología del poeta cacereño, un hombre castrense, general de la guardia civil ya retirado, que se une a la ilustre saga de la pluma y la espada en las letras españolas, de Jorge Manrique a Garcilaso de la Vega o Cervantes. Para Búrdalo la formación militar de hoy ha cedido, por necesidades del oficio, a la ingeniería técnica y la ciencia, por lo que ha tenido que ceder en las Humanidades. “El militar y el médico son profesiones que comparten cierta espiritualidad, lo que explica que de ambas hayan nacido escritores y poetas”.

Programa de lecturas para un poeta

El poeta cacereño, residente en Madrid, declaró que después de ocho años de sequía o página en blanco, ha vuelto a escribir poemas y comenzó por el titulado “Hussmann”, en honor a un generoso mendigo neoyorquino que conoció. Antes del poema “Ciudades”, explicó que, por su carrera militar, ha debido residir en distintas ciudades y de todas ellas guarda un excelente vínculo y recuerdo.

Búrdalo se considera un poeta sin grupo o generación, si bien ha estado unido a poetas como Ángel García López, su profesor, que le ayudó a ordenar los poemas de su primer libro para que no fueran una simple carpeta; también se ha relacionado con Luís López Anglada o Leopoldo de Luís. Expresó su opinión en torno a los poetas de vocación y los profesores-poetas – que no poetas profesores como Salinas- que vienen del campo de la Filología o la docencia.

Su programa de lecturas de formación como poeta, después de Lope, Góngora, Quevedo, Juan Ramón Jiménez y el “descubrimiento” de Bécquer durante el bachillerato, pasó por los Machado, Jorge Salinas, Francisco Brines, Claudio Rodríguez y otros contemporáneos. “El poeta es un hombre con hiperestesia y dominio de la estética de la palabra”, concluyó.

Entre los asistentes al acto, diversos artistas como Lynda de Sousa, María Antonia Román Prado o Juan Jiménez o escritores como, Luís Español Bouchéo Alejandro Riera Guignet.

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