lunes, 10 de diciembre de 2012

Albano Hernández expone su serie pictórica “Pásalo” en la galería Antonio Prates de Lisboa



Galeria António Prates
Rua Alexandre Herculano, 39A
1250-009 Lisboa
Del 6 de mayo al 4 de junio de 2011





L.M.A.



El joven pintor Albano Hernández (Ávila, 1988) , en cuarto curso de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid, es uno de los artitas más premiado en los diferentes concursos que se celebran en España. Actualmente expone en Portugal. El crítico de arte Juan Manuel Bonet califica su pintura de “pura, luminosa, esencial” y escribe en su catálogo:

“Albano ha visto su obra seleccionada en numerosísimos certámenes, se ha alzado con algunos galardones de prestigio, ha obtenido una beca tan relevante como la que lleva el nombre del siempre recordado Mario Antolín y que otorga el jurado del Premio BMW, ha celebrado alguna individual –la más importante, en 2007, en la madrileña Galería Alfama, fundada precisamente por Antolín-, ha sido becario de grabado en el Taller del Prado, ha participado en cursos impartidos por artistas como Venancio Blanco, Antonio López García o José María Rueda, ha asistido a otros de carácter teórico…”

“Aunque desde hace unos años reside en Madrid, casi a la sombra de la mole de la Telefónica, lo principal de la obra de Albano, ha salido del estudio que ocupa durante los fines de semana, y durante los veranos, un estudio amplio, ubicado en el sótano de la casa paterna en las afueras de Ávila, en una aldea de una cincuentena de habitantes, llamada Berrocalejo de Aragona –¡los maravillosos nombres castellanos!-, y desde la cual ya se divisa el alfoz de la ciudad de Santa Teresa y de La gloria de Don Ramiro. Camino de esa casa, una placa nos informa de que cruzamos la Calle de las Tinieblas, un nombre como para apropiárselo y titular con él un libro de poemas.
Ninguna tiniebla en el estudio de Albano, sino los testimonios de su fervoroso culto de la pintura, una pintura que inicialmente practicó en clave figurativa, pero que hoy se le ha tornado abstracta y lírica.”

“Albano alcanzó una primera madurez feliz con cuadros, a menudo de gran formato, en los cuales dijo jardines, huertos, árboles, anchos cielos, paisajes despojados como el que se contempla desde esta casa de la meseta castellana, las propias murallas de Ávila siempre en el pensamiento –como reza el título de una de sus visiones de las mismas-, el río Adaja, el monasterio de Arenas de San Pedro, el soriano Cañón del Río Lobos, el melancólico parque madrileño del Retiro con sus estatuas, sábanas y desiertos africanos (África, un sueño se tituló su individual de 2009 en la Galería Calir, de Ávila), la tierra vista desde el aire gracias a “Google Earth” o una manera de seguir haciendo figuración –una figuración con algo de cartográfico- con la ayuda de las nuevas tecnologías… Cuadros que hemos ido viendo en orden disperso, especialmente en certámenes por toda la geografía nacional. Un color, el verde, poco a poco ha ido adquiriendo más y más protagonismo, hasta convertirse en su color favorito, un verde poblado de matices, un verde difícil de adjetivar, y en ese sentido lo mejor es hablar, como lo ha hecho en 2010 Tomás Paredes –uno de los descubridores del pintor-, en un artículo en Tendencias del mercado del arte, de… “verde Albano”.

Una galería que promociona artistas españoles

“La tercera individual de Albano, titulada Pásalo, por el Pass It de Bob Marley, va a tener por marco la galería de António Prates, que tanto ha hecho por dar a conocer en Portugal a nuestros artistas, desde veteranos como Eduardo Arroyo, Rafael Canogar, Luis Feito, Antonio Saura, Antonio Suárez o Manuel Viola, hasta jóvenes como Andrés Alcántara, Hilario Bravo, José Manuel Ciria, Xurxo Oro Claro, Esther Pizarro o Alberto Reguera. En una nueva vuelta de tuerca, la obra que va a enseñar es una obra sustancialmente abstracta, aunque tras esa abstracción, lata un sentimiento del paisaje.
En efecto sigue Albano manifestando, en estos cuadros que esta misma tarde, tras mi visita a su estudio, van a marchar para la capital portuguesa, ese sentimiento de la naturaleza que de siempre se ha manifestado con fuerza en su pintura. Si en otros momentos esta ha dicho explícitamente el río, el ciprés, el seto, la nube, las murallas o –detalle prosaísta- los cables del teléfono, hoy todo eso sigue ahí, por debajo.

El abulense lleva ya algún tiempo navegando por aguas abstractas líricas, y concediéndole gran importancia a la extensión, y al vacío, activado por ciertas zonas o núcleos matéricos, a veces con algo de islotes en la inmensidad del océano”.

“Aguas abstractas líricas: lo que hoy hace Albano, y que él mismo relaciona con la teoría de los “no-lugares” de Marc Augé, ha de ser contemplado en el ámbito de la herencia de las poéticas “fifties”. Si a propósito de sus dibujos, Tomás Paredes pudo citar, pertinentemente, al poeta-pintor Henri Michaux, veo conexiones entre el trabajo actual del abulense, y el de Zao Wou-Ki, el chino de París y gran amigo del anterior; y el de Sam Francis, Joan Mitchell y otros norteamericanos afrancesados; y muy especialmente el del Olivier Debré que en su estudio a orillas del Loire, estudio que frecuentemente trasladaba… al césped, pintaba cuadros inmensos, e impregnados de sentimiento de la naturaleza. Como todos ellos, a varios de los cuales efectivamente admira, Albano practica una pintura en expansión, una pintura “all over”, una pintura de respiración ancha. Algo especialmente palpable, dentro de esta exposición, en los cuadros horizontales, de formato por así decirlo panorámico. Cuadros despojados, entre los cuales me parecen especialmente afortunados los seis del ciclo El afuera: gran extensión de verde, con un tratamiento muy pictoricista de la superficie, y muchos matices, y una zona, en los bordes, más definida, en la cual se concentra la acción y se precisan (algo) las (leves) referencias paisajísticas, con toques de amarillo o de rojo... Referencias a un paisaje no concreto, sino genérico, aunque de repente encontremos un cuadro también panorámico, Diálogo entre valkirias, en el cual su autor ha querido sintetizar sus recientes andanzas por Arizona, tierra desértica, de horizontes sin fin, y de cactáceas…".




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