sábado, 10 de septiembre de 2011

Marcos Giralt Torrente, bella escritura en “Tiempo de vida”



Tiempo de vida”
Marcos Giralt Torrente
Editorial Anagrama
Barcelona, 2010 (200 pags)






Julia Sáez-Angulo


Escribir narrativa sobre el padre o la madre que ha fallecido es siempre una tentación temática para el escritor. No siempre resulta fácil abordarlo porque está en la entraña del autor, pero sirve como catarsis y reto literario al mismo tiempo. Marcos Giralt Torrente (Madrid, 1968), nieto del escritor Gonzalo Torrente Ballester ha logrado un hermoso libro, “Tiempo de vida”, donde recuerda la existencia del padre tras su muerte. Su gran logro está en el estilo y tono de la escritura que lo hace cercano e interesante para el lector. Ha sabido distanciarse lo necesario para no hacer memoria sentimental sino literatura.

Marcos Giralt informa al comienzo del libro sobre los distintos autores que han intentado narrar la muerte de sus progenitores o parientes cercanos: Albert Cohen, Paul Auster, Richard Ford, Philip Roth, Naipaul... También lo hizo la académica Soledad Puértolas en “Con mi madre”, libro publicado por la misma editorial Anagrama.

La figura del padre, que se va perfilando a lo largo de la lectura de “Tiempo de vida”, es la perfilada por el autor a lo largo del tiempo, desde la infancia del hijo hasta el fallecimiento del progenitor, haciendo incursiones en los orígenes de abuelos y bisabuelos, para ilustrar sobre antecedentes, sin caer en el psicologismo excesivo de la relación causa-efecto.

Un pintor importante y respetado

El padre del autor no es otro que el pintor Juan Giralt (Madrid, 1940 – 2007), casado con Marisa Torrente Malvido. Un artista respetado y considerado en el medio artístico, aunque no tuvo todo el reconocimiento institucional que mereciera –esto suele pasar con frecuencia. Pero el libro de su hijo no focaliza tanto la mirada en la obra plástica del pintor sino en la relación personal entre ambos, no siempre plácida o fácil, incluso conflictiva en algunos períodos de sus vidas. La rebeldía juvenil es siempre la más complicada y Marcos Giralt Torrente dice que se hizo escritor, no por su abuelo, Premio Cervantes, sino por llevar la contraria a su padre pintor. De hecho, cuando era niño dibujaba y pintaba con su padre en el taller de éste, pero hizo derivar su afición por otro lado.

El autor de “Tiempo de vida” –buen título- no denomina a las personas ni las singulariza con detalles concretos o realistas de identificación inmediata en Madrid, por ejemplo, donde su padre expuso en algunas notables galerías de arte. Lo que le interesa en su escritura es el deslizamiento de la vida común entre padre e hijo, la escritura que cuenta los hechos, sentimientos y emociones de alguien que siente la pérdida y necesita recopilar los momentos del pasado con sus luces y sombras, con responsabilidades o culpas difícil de achacar en el río de la vida que no cesa. El autor describe no solo su propia posición sino la intuida del padre, que ahora explicita en la escritura del libro.

Giralt Torrente es una joven promesa entre los escritores españoles. Recientemente ha ganado un concurso de cuentos convocado por la asociación de productores de la Ribera del Duero. No queda sino esperar la siguiente publicación de este autor.

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