lunes, 26 de diciembre de 2011

Ricardo Sanz realiza un soberbio retrato al pintor Antonio López




Julia Sáez-Angulo




El pintor donostiarra, residente en Madrid, Ricardo Sanz (San Sebastián, 1957), ha pintado un soberbio retrato del pintor realista Antonio López (Tomelloso, Ciudad Real, 1936), una suerte de homenaje del joven artista al veterano maestro.

No se trata de un retrato académico o áulico sino uno en el que Antonio López aparece sentado y descansando en un momento de su trabajo, por lo que está revestido de un delantal blanco y largo con el que se protege de las manchas del óleo mientras pinta. Las gapas del pintor cuelgan de su cuello y el artista está atento con una mirada sagaz y serena al mismo tiempo.

Antonio López es el pintor realista más cotizado de la pintura española, que ha sido galardonado con el premio Velázquez, máximo galardón del arte en el área hispana. Expone habitualmente en la galería Marlborough y recientemente ha llevado a cabo una amplia exposición de su obra en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid y en el Museo de Bellas Artes de Bilbao.

Ricardo Sanz es uno de los pintores realistas más relevantes, que, además de paisajes, sobre todo de la costa norte, ha llevado a cabo numerosos retratos de la alta sociedad, así como el primer retrato en que los Príncipes de Asturias aparecían juntos por vez primera.

El amor a la figura humana de Ricardo Sanz se traduce en numerosos cuadros de escenas de danza, particularmente bailaoras de flamenco, en las que el pintor puede lucir su dominio de los ritmos y colores de los trajes de faralaes.

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