domingo, 19 de febrero de 2012

Miguel Roig escribe un libro sobre Letizia Ortiz en la monarquía española



"Las dudas de Hamlet”
Letizia Ortiz y la transformación
De la monarquía española
Miguel Roig
Prólogo de Christian Salmon
Editorial Península; Barcelona,
2011


Julia Sáez-Angulo



El periodista y escritor
argentino Miguel Roig (Rosario, Argentina) va de la figura del personaje Belén
Esteban a la de Leticia Ortiz, ambos procedentes, curiosamente, de la pequeña
pantalla televisiva. Una es conocida como la “reina del pueblo”, otra aspira a
ser reina de España. El libro “Las dudas de Hamlet. Leticia Ortiz y la
transformación de la monarquía española, sucede al publicado anteriormente por
el mismo autor: “La fábrica de porcelana. La figura sintomática de Belén Esteban”.

Los capítulos del libro llevan
rótulos tan sugerentes como: “El frío de Descartes”, “La larga noche de
Sthendal”; “El aire loco de Loëwe”; Las monedas de Juan carlos I”; “El rabillo
del ojo de Robert Hughes”; “La baguettina de Francec Altarriba”; “El hambre de
Isabel de Baviera”; “El perro de Saura”; “El miedo escénico de Quincy Jones”;
La carcajada de la señorita Angélica Sedàra y la felicidad de Bendicò”; La
aparente enajenación de Enrique IV; La ventana de Frank” y “Las dudas de Hamlet”.

El prólogo de Christian Salmon,
que se titula “El aura trágica de Letizia Ortiz, dice: “De Belén a Letizia, Miguel Roig no se
desplaza solo de la base a la cumbre de la sociedad mediática, desliza un
desplazamiento flagrante de las trayectorias de la legitimación, de la
elevación social, las mudas del poder y de su “fama”.
“La “novela” de Letizia Ortiz no
se reduce, por tanto a un cuento de hadas de una cenicienta ennoblecida por la
magia del amor de un príncipe; la periodista accede ciertamente al status de
princesa por su matrimonio, pero aportándole una notoriedad adquirida en las
pantallas de televisión, hace que la monarquía
acceda a la modernidad”, añade el prologuista.

Algunos también vieron que el
príncipe se había dejado llevar por un capricho mediático, -incluso en la cercanía
de su entorno-sin sopesar si Letizia Ortiz era la consorte adecuada para un futuro
rey de España, al ser ella una mujer con pasado nutrido de otro matrimonio y
aventuras afectivas y personales, circunstancias que, pese a la condescendencia
con que los periodistas tratan a la monarquía española, salen a flote
periódicamente.

También sorprende el muro de
silencio y cierre con siete llaves sobre el divorcio de Letizia y la losa
silenciosa que se ha impuesto a la sentencia del primer divorcio de la hoy
princesa española. Letizia es, sigue siendo un enigma, que quizás solo se ponga
de manifiesto cuando tenga el poder de ser reina si esos días llegan.

El hecho de que Marichalar y la
Infanta Elena se haya divorciado, tras la conducta peculiar de aquel, de que el
caso Urdangarín se haya disparado con indicios razonables de apropiación indebida…
hace pensar que torpedos muy inoportunos hasta perforado el buque monárquico.
Son muchos los que esperan el fallo de Letizia para abalanzarse en picado sobre
la institución. Hoy por hoy la familia real de sangre goza de respeto; son los
consortes los que han de andarse con más cuidado y Letizia será clave en este
campo.
El libro “Las dudas de Hamlet, Letizia
Ortiz y la transformación de la monarquía española” es un conjunto de
reflexiones interesantes sobre el personaje femenino.

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