martes, 22 de enero de 2013




Juan Miguel Domínguez, poeta místico en “Trovar Leu”


 J.M Domínguez"Anunciación" del poeta

Julia Sáez-Angulo

Juan Miguel Domínguez se manifiesta es un poeta místico en el libro “Trovar Leu”. Cantos apropiados, publicado por la editorial Huerga y Fierro. Los poemas los ha leído en la tertulia “A Orillas de Ávila”, dirigida por el poeta José Félix Olalla y presidida por Agapito Rodríguez Añel.

Juan Miguel Domínguez Prieto (Madrid, 1963) reside actualmente en Gaudalajara. Está casado y tiene dos hijas. Licenciado en Filología Románica por la Universidad Complutense, es miembro del grupo de poesía Gerardo Diego, del Ateneo Insular Internacional.

El poeta madrileño es autor de libros como “Iconos del agua viva”, “El silencio de los poetas” y “Altizaro”. Hombre de cultura y gran fe cristiana, le gusta comentar el origen o nacimiento de sus poemas, así como la intertextualidad con la Sagrada Escritura. Poesía interiorista de gran alcance en la que se adivina prolongados momentos de contemplación, oración y “haber visto”.

El libro “Trovar Leu”, dedicado a la memoria de su hermano el reverendo Pablo Domínguez, pretende ser un “cantar leve”  al modo del románico literario en la Provenza, patria del amor cortés, según expuso el autor.

Uno de los poemas va dedicado a Isabel Guerra, la monja pintora realista, que ha expuesto con frecuencia en Madrid --en la desaparecida sala Sokoa--, sus lienzos llenos de espiritualidad y sencillez.

“Porque la fruta mansa/ porque la mano y la loza/ visitadas vienen de tu Salvador, Luz para alumbrar de tu cabello”, dice unos versos referidos a la pintora. Mirra, áloe, barro, cántaro… son algunas de las palabras que resuenan de los poemas de Domínguez, quien afirma “areópago es la lengua”.
 

La Luz es muy importante para el poeta, la Luz en sentido trascendente, metáforico, analógico. “Las palabras van de la alabanza a la Luz”, declara J.M Domínguez. “Un místico no es un iniciado”. “Somos pecadores tocados por la gracia y donde hay gracia hay alabanza”. “El poeta tañe con su propio vaciamiento o martirio”, fueron algunas de sus afirmaciones durante el recital de poemas.

“La poesía es una tentación de silencio que hospeda la palabra”, dijo Domínguez en otro momento. “Escribir poesía es una forma de ser amado por la belleza. Recuperar a Dios como suprema Belleza que habla a la belleza del corazón”.

El poeta se hizo eco del salmo “Cantaré al Señor mientras viva. Tañeré al Señor mientras exista.

El poeta señaló que su libro “Trovar leu” respondía a un año de contemplación” y que “la poesía es el tabú de la intimidad”. “Dios no puede desobedecerse en ser amor”.





        


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