martes, 5 de febrero de 2013



Pintura al Aire libre en el Museo Thyssen-Bornemisza


 
Claude Monet

Julia Sáez-Angulo

         No estuvo muy fino el director artístico del Museo Thyssen-Bornemisza cuando calificó de “local próximo” y de “sucursal del Museo d´Orsay” de París, a la exposición de la cercana Fundación Mapfre, donde tiene lugar una exposición sobre el pos-impresionismo. Se notó demasiado la contrariedad por la coincidencia de pintura, periodo y exposiciones, aunque no sean calcadas, entre ambas instituciones. Las calificaciones fueron muy muy comentadas entre los medios de comunicación.

         La exposición “Impresionismo y aire libre. De Corot a Van Gohg” en el Museo Thyssen-Bornemisza consta de 113 obras, y aborda la pintura al aire libre desde los paisajistas del siglo XVIII, en su carácter formativo, sobre todo desde Italia, hasta las derivaciones expresionistas del siglo XX. Hay por tanto un más allá antes y después del Impresionismo, que es la bandera de enganche del título de la muestra, para mejor captación del público que siempre imagina “agrado y placidez” al contemplar pintura impresionista.

         El orden seguido es el clásico y apuntado por Pierre-Henri de Valenciennes, que dejó un libro escrito sobre el aprendizaje de la pintura al aire libre: Ruinas, azoteas y tejados; Rocas; Montañas; Árboles y Plantas; Cascadas, lagos, arroyos y ríos; Cielos y Nubes, y El Mar.

Pintura de Théodore Caruelle d´Alligny

La exposición no completa siquiera el espacio de las muestras temporales del Museo Thyssen, porque falta el habitual patrocinio de Cajamadrid, hoy Bankia, dadas las circunstancias. Quizás esto tenga la ventaja de concentrar en una sola sede un discurso articulado y evitar esos traslados incómodos de periodistas y público, que con frecuencia dejaba a medias la total contemplación de la muestra.

También pudiera ser la “concentración en lo esencial”, que apuntara el director artístico Guillermo Solana, en la conferencia de prensa –que no rueda de prensa como se dice en la convocatoria. Ni siquiera se atendió un brazo en alto pidiendo preguntar.

 ¿Existen ruedas de prensa sin preguntas o al menos opción a hacerlas?, porque no dan opción los organizadores del Thyssen, dado el inmediato “pasemos a ver la exposición”, sin pesar si quiera que probablemente no las haya dado el cansancio de los informadores ante una prolongada  aunque interesante conferencia más que presentación a los medios. Son los mismos organizadores los que se cansan de su propia prolongación en el tiempo de su exposición.

En muchos casos los comisarios y organizadores se dedican a atender en las salas, no a los periodistas, sino a los coleccionistas, prestamistas y conservadores de museos o visitantes ilustres que están presentes, incluso a los jefes de comunicación del museo, más que a los periodistas, a los que se pretende sacudir de encima de inmediato. El Museo Reina Sofía provee de cascos para seguir al menos con atención las explicaciones del comisario en la sala.

Nos cansamos de denunciar esta falta de respeto a los informadores en las ruedas de prensa sin preguntas, que se hace desde la Asociación de Críticos de Arte, pero algunos gabinetes de comunicación no parecen reaccionar y siguen impávidos.

Por lo demás, la exposición en el Museo Thyssen ha sido digna y bien explicada en su explayada “conferencia de prensa” por el comisario Juan-Ángel López-Manzanares, conservador de la colección Carmen Thyssen-Bornemisza, colección que cuenta y ha aportado varios cuadros a la muestra.

A preguntas, fuera de rueda de prensa y porque se impuso la periodista verbalmente a la salida de la rueda de prensa, el comisario declaró que se habían restaurado algunos cuadros de Van Gogh para la ocasión, que calculaba que en España hubiera unos 70 cuadros impresionistas en total, si bien no alegó cifras del número de pinturas impresionistas de la baronesa, el museo Thyssen o las colecciones públicas.
No quisiera que esta crónica obviara el interés didáctico de esta exposición sobre la pintura al aire libre, que no se había hecho de esta manera hasta ahora en Madrid y que, pese a utilizar los propios y conocidos cuadros de los Thyssen, cuenta con piezas de interés, entre otros de Cezanne, Hodler, Turner, Constable, Courbet, Monet, Sisley, Sorolla, Haes y otros.


        

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