miércoles, 6 de marzo de 2013




IDIOMA/LENGUA



Joan Oliver i Torrents

Con la intención de llegar al Paseo Marítimo iba caminando absorto en mis pensamientos de abuelo,  reviviendo el maravilloso domingo que pasamos con mis nietas Lucia y Margarita.
De repente me encontré a mí amigo Tomeu. Con él  me gusta dialogar compartiendo pareceres en temas puntuales o de actualidad.
Aún estaba ensimismado con las vivencias de mis nietas cuando a bocajarro, Tomeu, me hizo la siguiente pregunta ¿Cual es para ti el idioma más importante, bonito,  agradable, fácil de expresarte,…, en una palabra el que más quieres?
Su interés fue tan rápido e inesperado que no me dio tiempo a pensar.
Para ganar tiempo se la repetí a él. ¿Tomeu,  para ti cual es el idioma más importante, más…?
Tomeu, intuí,  debía estar cavilando su preocupación igual que yo estaba con mis vivencias de abuelo,  me contesto al instante: Ahora estoy hablando contigo y lo hago en mallorquín [catalán]. Cuando voy a Madrid o a la Península por negocios, lo hago en castellano, en Francia en francés, en Alemania en alemán y en  Inglaterra en inglés. Con estos idiomas me comunico bien, me gusta hablarlos, me son fáciles y todos tienen unas características que me ayudan a comunicarme y a conocer la personalidad e idiosincrasia particular de mis interlocutores. De aquí viene mi pregunta para saber que opinas de un tema tan actual.
Estábamos en la Plaza Mayor de Palma, nos sentamos en la terraza de un bar y pedimos un chocolate caliente y ensaimada. Más centrados en el tema continuamos intercambiando nuestros  sentimientos lingüísticos.
Tomeu tenía el dilema de elegir cual de las lenguas que hablaba era o debía ser su preferida. Él era un ciudadano del mundo y no tenía problemas de comunicación con otras personas. Todos los idiomas que dominaba le parecían importantes, bonitos, útiles, etc. Ninguno, para él, sobresalía a los otros.
Escucha Tomeu  ¿que piensas que nos contestaría un belga, franco o flamenco, un suizo de habla alemana, francesa, italiana, reto-románica o romance,  un ruso, un chino, un japonés, un centro africano o un habitante de cualquier rincón del mundo a tú pregunta?
¿Qué contestaría éste originario anónimo que  sólo conociese su idioma nacional o regional?
El dilema estaba planteado  y debíamos razonarlo. ¿Cual idioma era el más importante del mundo?
Tomeu,  para intentar dar luz a nuestra disquisición te hago otra pregunta  ¿Qué opinaría Ramón Llull  (*) nuestro vecino? Estábamos a cincuenta metros de la casa donde nació.
Ramón Llull, gran comunicador, estaba convencido de que el hablar es el mejor medio para participar a los otros lo que uno siente, y, para ello, debíamos hacerlo con nuestra lengua vernácula -castellano, catalán, gallego o vasco-. Si ésta no nos era común  deberíamos utilizar el latín.
Exacto. Siguiendo el espíritu luliano deberíamos hablar/escribir nuestro idioma propio -                            castellano, catalán, gallego o vasco- y el castellano cuando el propio de los dos o más interlocutores no lo es. Los cuatro son idiomas españoles.
Tomeu, la pregunta no esta contestada, es más interior, más íntima, más concreta, ¿verdad? Lo de Ramón Llull es para dar carácter histórico e indicar que desde hace muchos años existe la cuestión.
En España, al igual que en otras partes del mundo, existen diferentes formas de hablar, idiomas. Contestar a tu pregunta es muy fácil. El idioma más importante, más bonito, más fácil, más fonético, y todos los “más” que quieras ponerle es sólo uno: EL QUE NOS ENSEÑARON NUESTROS PADRES. El llamado IDIOMA MATERNO. ¡No hay otro! Es un patrimonio de cada uno de nosotros. Sólo nuestro. Nadie puede quitárnoslo.
Joan, tú dirás lo que quieras pero si repasamos un poco la historia vemos que no ha sido así.
Tomeu, ya lo se, pero es importante que vayamos avanzando y nos convirtamos en una sociedad adulta, tolerante y culta en la que respetemos los derechos e idiosincrasias de las otras personas y tengamos las ideas claras. El idioma es una pertenencia sagrada. Nos lo dieron nuestros padres, repito; NOS LO DIERON NUESTROS PADRES. ¿Tú crees que hay alguien con más derechos que nuestros progenitores para cambiarnos o imponernos nuestra forma de hablar?
Joan, te comprendo pero parece que hay personas, o fuerzas vivas, que quieren tener unos derechos, sobre nosotros, superiores a los de nuestros padres, o nuestros sobre nuestros hijos, y de aquí viene mi preocupación y demanda de opinión.
Tomeu, tú tranquilo, en España hemos pasado otras épocas en que por intereses varios han intentado cambiar nuestra identidad. Tengámoslo presente para no volver a caer en la misma equivocación. España se presentaba, no se si aún lo siguen haciendo, en foros internacionales lingüísticos con el siguiente slogan “ESPAÑA CUATRO CULTURAS, CUATRO IDIOMAS: CASTELLANO, CATALÁN, GALLEGO Y VASCO”. Es la realidad de España que no podemos cambiar.
Supongamos que un ministro de habla catalana, gallega o vasca quisiera imponer su idioma materno a los castellano-parlantes. ¿Te imaginas la revolución que armaría? Lo mismo deben  pensar los que quieren hacer lo mismo con los otros idiomas. Las imposiciones contra-natura no deben progresar.
Que un ministro intente cambiar, después de un estudio serio, la velocidad de circulación,  me parece bien. Pero que intente cambiar el modo de hablar que me dieron mis padres, no creo tenga ningún derecho.
No me gusta hablar de políticos, me precio de tener algunos amigos en mucha consideración, pero en el tema de los idiomas hay mucho que hablar y no se pueden repetir situaciones pasadas que van en contra de las personas. Repito, en contra de las personas. No hablo para nada de votos. Pienso en todos y cada uno de los españoles que tienen su riqueza lingüística heredada de sus padres. Esto es sagrado, no son votos, hay que respetarlo.
Joan,  ¿crees posible  qué con un solo idioma nos pudiéramos entender mejor los españoles y no tener los problemas que los cuatro ocasionan a veces?
Tomeu, en España no es posible la uniformidad lingüística. Debemos conocer y respetar nuestra historia.  Te repito mí parecer. Si somos españoles debemos hablar nuestro idioma materno, y, cuando éste no es común, hacerlo en castellano que es el vehicular para todos nosotros. Tener cuatro idiomas es una riqueza cultural que no podemos despreciar y que debemos aceptar, todos, para no tener problemas.
Referente a los problemas, que a veces ocasionan, es más por tozudez ,  intransigencia e incultura de las personas que de nuestras lenguas. Recuerdo el caso de un escrito, en catalán, enviado por un funcionario de un juzgado de Cataluña a otro juzgado de Extremadura. El funcionario extremeño contesto, en castellano, que no conocía el idioma extranjero, el catalán, del escrito recibido, pero que si conocía otro idioma extranjero, el portugués. En esta ocasión fallaron, pienso yo, los dos por su sectarismo demostrando ser poco españoles al no aceptar la diferencia del otro. El fanatismo conlleva problemas. Si  conociésemos  la historia de España entenderíamos que existan cuatro idiomas y los aceptaríamos como una riqueza nacional. Crear rivalidades posibilita dificultades. ¡España tiene más de tres siglos de historia! Debemos conocer nuestra historia ¿Qué territorios formaban España? Antiguamente la constituían toda la Península Ibérica. En 1179  el Papa Alejandro III reconoce a Portugal como nación independiente. ¿Qué territorios forman hoy España? ¿Qué etapas y años transcurrieron para la reunificación española? ¿En ésta unión española que características y particularidades tienen los territorios que la forman hoy? Etc.
Nos sobra instinto impositor. Creemos que sólo nosotros tenemos razón y muchas veces queremos imponer nuestras ideas. Una de las riquezas, repito, de España es que tenemos cuatro culturas y cuatro idiomas. Quién no lo ve así es que reconoce una España muy pequeña.
Problemas más graves del idioma los tenemos y son los que precisan  dedicación e ideas. Es una cabezonada o despistar a los ciudadanos para que no hablen de asuntos más graves.
Joan, tienes razón, hay muchos problemas más graves, pero concretando con el de los idiomas, creo se deberían racionalizar algunos comportamientos u obligaciones.
A que te refieres Tomeu.
Estamos en época de crisis. No es lógico que nuestros senadores precisen interpretes en Madrid. Es un gasto inútil. No nos lo podemos permitir, ni es necesario. El ministro correspondiente debería eliminar el gasto que pagamos todos los españoles por estos interpretes y por la organización que conlleva. La solución es simple; Todo partido que quiera presentar candidatos tiene que obligarles a saber hablar, escribir y comprender el castellano, que es el idioma oficial para todos los españoles. Igual te digo para los eurodiputados que a más de saber el propio y el castellano deben dominar el francés y el inglés. Y no digamos de los ministros o presidentes de gobierno, obligatorio saber inglés y francés. Ver a un ministro o a un presidente de gobierno que no puede comunicarse con sus homólogos,  ridiculizan a España. Aquí hay una buena labor para el ministro correspondiente; Imponer la obligación de saber castellano para los políticos que quieren ser elegidos. Francés e inglés para los eurodiputados, ministros y presidentes. El alemán también es necesario y conveniente.
En Palma de Mallorca se hacen certámenes o concursos literarios en catalán y castellano. Para acabar con estas situaciones propongo se organicen certámenes y concursos en los cuatro idiomas, en Madrid. Que el Gobierno  patrocine y promocione el castellano, el catalán, el gallego y el vasco. Si esto ocurre se acabaran  muchas rencillas idiomáticas y  los españoles sabremos que España tiene cuatro idiomas y que Madrid, capital de España, es también la capital de TODOS LOS ESPAÑOLES.
El concepto actual de España debe ser el de la totalidad de idiosincrasias de  todos los territorios actuales, sin que ninguno se considere más o menos español que los demás.
Nuestra lengua vehicular debe ser el castellano y la lengua vernácula -castellano, catalán, gallego y vasco-, debe ser con la que nos comuniquemos en las regiones propias. Todas son españolas, todas merecen ser protegidas, no atacadas. Que agradable es oír hablar castellano a un español no castellano parlante. Hay que valorar su acento no castellano al hablar un idioma que no es el suyo materno. Es bonito y es español. Respetémoslo.
Joan, se ha hecho tarde y debemos regresar a casa. Gracias por aclararme y recordarme que el idioma más importante es el materno, el que nos dieron nuestros padres.

(*) Ramón Llull (1232-1316). Escritor, filósofo, místico, misionero,  viajero etc.. Conocido como Doctor Inspiratus, Doctor Iluminado o Arabicus Christianos. Autor de 265 obras. Es el creador del lulismo,  escribía en catalán, latín y árabe pero para hablar a universitarios en la  Facultad de Artes de Paris, en la de Montpellier, a musulmanes o italianos, lo hacía en francés, árabe, italiano o romance llano. 


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