lunes, 8 de abril de 2013

Narciso Tardón ha expuesto su Pintura en el Ateneo de Madrid







Ateneo de Madrid
Ateneo de Madrid



Julia Sáez-Angulo

         Con su singular pintura figurativa, acumulativa de imágenes sobre  objetos, Narciso Tardón Botas (Madrid, 1942) ha expuesto sus últimos trabajos en la sala de exposiciones del Ateneo de Madrid, bajo el título de “El modelo inmóvil”.

         Óleos, pasteles, dibujos a lápiz y acuarelas, el pintor madrileño trabaja en un estudio sito en pleno centro de la capital, un estudio reflejo o modelo de su pintura. Allí hay estatuillas de bronce, cristal, muñecos, máscaras, cuadros, cuadritos, fanales, bustos, espejos, alfombras, cortinajes, sillas, taburetes, laudes, trompetas, bolsos, juguetes, cojines, teatrillos, marionetas…

         “Los objetos que me interesan me atraen como un imán, no necesito ir al Rastro como antaño, porque los encuentro a mi paso”, declara con humor Narciso Tardón. “Compro lo que más me gusta”, añade.

         El pintor recuerda que su padre se resistía a que él estudiara Bellas Artes, “una carrera de vagos”, pero él no lo ha lamentado. Pintar es lo suyo, incluso dentro de la docencia que ejerció como profesor de dibujo en un Instituto de enseñanza secundaria.

         “He ejercido a docencia creativa y lo he pasado bien enseñando y mis alumnos aprendiendo. Yo he hecho dibujar y pintar a los alumnos y todos hemos pasado muy buenos ratos trabajando”, dice Narciso Tardón con satisfacción.

       El autor recuerda que el título de su tesis doctoral a la que dedicó diez años: “Reconstrucción escenográfica de la comedia en Calderón de la Barca. Hado y divisa de Leónido y Marfisa en el Coliseo del Buen Retiro el 3 de Mayo de 1680”. Mereció la calificación de sobresaliente cum laude.

Ateneo

         Tardón es ramoniano en lo que a la acumulación de objetos se refiere, ya que el escritor madrileño Gómez de la Serna coleccionaba igualmente numerosos objetos en su despacho. De hecho uno de sus cuadros se titula “Homenaje a Ramón”.


         El estilo de la pintura de Tardón es solanesco, aunque menos sombrío en los tonos. Sus pasteles son espléndidos. Algunas veces trabaja los iconos de modo paralelo, en óleo y en pastel. Sus dibujos son soberbios y se exponían bien en el Ateneo, en pupitres a modo de vitrinas.

         Los cuadros de Tardón podrían agruparse según temas: brocados y cristales, juguetes, chinescos, bodegones, botamen de farmacia. El pintor ha expuesto dentro y fuera de España en su larga trayectoria.




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