lunes, 27 de mayo de 2013



Jacobo Alba, Novela sobre el padre de la Duquesa de Alba

 



Julia Sáez-Angulo

         Los duques de Alba son los nobles que despiertan más interés entre los españoles, quizás por su antiguo linaje en un país donde pronto se abortan las tradiciones. Jacobo Fitz-James Stuart y Falcó (Madrid, 1878-Lausana. Suiza, 1953)-,  XVII dique de Alba y padre de la actual duquesa Cayetana ha sido objeto de una vida novelada por la periodista Emilia Landaluce.

Una novela histórica si se quiere utilizar la terminología al uso, si bien la autora confiesa que ha alterado algunos lugares, fechas y nombres –lo que produce cierta perplejidad-, dada la dificultad que ha tenido para acceder a los archivos privados. El libro lleva una cronología que ayuda a centrarse al lector en el periodo histórico en que se desarrolla la vida de este hombre

La publicación corre a cargo de la editorial La Esfera de los Libros.

         El personaje tiene uno ingredientes ciertamente novelescos. Siempre fiel a la monarquía, incluso en los tiempos de Franco, lo que no impidió que aceptara ser embajador de España en Londres en tiempos del dictador. Utilizó sus relaciones con la familia real inglesa y su amistad con Winston Churchill para favorecer las relaciones de Gran Bretaña con España. Abadonó la embajada de Londres cuando Don Juan de Borbón hizo el manifiesto monárquico en Lausana en 1945.

         Hombre culto y erudito restauró el palacio de Liria, obra que fue continuada por su hija después de la guerra civil de 1936-39.




         Un personaje de los tiempos en que nobleza y honor iban unidos –hoy resulta obsoleto a juzgar por algunos de los consortes de la propia nobleza y realeza. Jacobo Fitz-James Stuart, un hombre de gran patrimonio económico,  fue diplomático, político, mecenas, viajero cosmopolita y personaje de la alta sociedad. Se dice que estuvo secretamente enamorado de la reina Victoria Eugenia, la esposa de Alfonso XIII, su buen amigo, el rey, al que le unió una gran lealtad.

Jacobo Fitz-James Stuart quedó viudo muy pronto, pues su esposa Rosario falleció de tuberculosis dejándole una única hija, Cayetana que fue la pasión de su vida. Unos opinan que la educó muy bien y otro que no tanto. El resultado está a la vista en la XVIII duquesa de Alba, cuya trayectoria es cuanto menos polémica en los distintos sectores de la sociedad española.


         En suma, un libro ameno sobre un personaje fino y admirado de la nobleza española de los que pensaban de veras que “Noblesse oblige”. Lástima que se empecinara en seguir llevando el apellido de bastardo británico y no recuperara el Álvarez de Toledo de la cuna de los Alba.


           



         

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