jueves, 6 de junio de 2013



Albano Hernández, “Génesis”, un quiebro en su Pintura en el Taller del Prado


Obra de Albano Hernández



Julia Sáez-Angulo

          “Atlas” es el título de la última serie presentada por el pintor residente en Madrid, Albano Hernández (Ávila, 1988) en el Taller del Prado. La primera parte de esta serie se denomina “Génesis”. Un quiebro en su pintura respecto a la serie paisajística anterior Walkiria, a base de cactus, resuelta fundamentalmente en blancos y verdes, que presentó en la galería Alfama de Madrid; Prates de Lisboa y en Uruguay.

         La nueva serie resulta menos naturalística, más despojada y conceptual, en el sentido de que es la geometría a base de rectángulos dibujados o pintados, todos ellos superpuestos y junto a un damero de ajedrez, que otorga a la composición un protagonismo sugerente, por la fuerza de la alternancia del banco y el negro.

       El artista ha aparcado, al menos temporalmente los verdes que caracterizaban su obra anterior.





         “La ausencia, como el color, ha sido una constante en mis trabajos; pero es algo que yo no persigo, surge por necesidad. Las obras son elementos comunicativos, precisan de múltiples recursos para llevar a cabo su función, y particularmente no me interesa decorar los lienzos, sino establecer un diálogo, que nace entre el cuadro y yo, para después tornarse hacia el exterior, cuando las obras salen del estudio o las visita algún amigo, y ahí surge el milagro, aunque no siempre es así”, explica Albano en la entrevista de presentación en el catálogo de la muestra, llevada a cabo por  Ana Ballesteros Sierra.

         El pintor continúa: “Anteriormente me interesaba la búsqueda de “lo particular” a través de una obra de ecos líricos con aproximaciones paisajísticas, es decir, hablar del ser a través de su espacio; poder indagar en el terreno de lo personal, de la identidad individual, mientras vivimos inmersos en una superabundancia espacial que alienta el simulacro de universos, sumergidos en la búsqueda de experiencias donde se hace difuso el límite Real / Virtual.  Como artista me interesaba afrontar la materialización de la idea, en concreto, cómo comunicar formalmente algo tan abstracto como la identidad a través del paisaje, destacadamente en esa experiencia que sufre el espectador frente a la obra. En ATLAS la pintura es mucho más introspectiva y revisionista; con lazos muy interesantes a toda mi producción anterior. El espectador tiene que hacer uso de su libertad y en ese terreno estamos en igualdad de condiciones”.




        



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