viernes, 21 de junio de 2013

JULIO CORTÁZAR ON LINE EN LA WEB DE LA FUNDACIÓN JUAN


 EN EL CINCUENTA ANIVERSARIO DE LA APARICIÓN EN BUENOS AIRES DE SU NOVELA RAYUELA


*Desde 1993, la Fundación Juan March posee la biblioteca personal del escritor argentino, que tenía en su casa de París al morir en 1984

*Casi cuatro mil libros, propios y ajenos, anotados, comentados, dedicados, originales y traducidos, un legado que nos habla de sus intereses, de sus maestros, de su universo intelectual

*La Biblioteca virtual Julio Cortázar permite no solo rastrear el índice de obras que escribió y sus traducciones, sino los libros que conservó durante toda la vida, así como muchos de los libros que recibió con sus correspondientes dedicatorias, además de su pasión por los libros de arte, raros y de ediciones limitadas




L. M. A.

Si el novelista Enrique Vila-Matas escribió hace años un libro de celebraciones literarias de escritores, sin atenerse a fechas concretas conmemorativas, que es un recurso muy habitual y periodístico, un libro que tituló Para acabar con los números redondos, lo cierto es que el 28 de junio de 1963 –hace ahora cincuenta años, pues-  salió por primera vez, en Buenos Aires, en la Editorial Sudamericana, la primera edición de Rayuela, el libro –novela o artefacto narrativo- más célebre de Julio Cortázar (1914-1984) y uno de los más conocidos del llamado boom de la literatura latinoamericana, esa novela, o lo que fuese, que principia con la célebre frase “¿Encontraría a la Maga?”, un libro que muchas generaciones de lectores en lengua española han leído desde entonces de una de las dos maneras que el propio autor recomendaba en su “tablero de dirección”, a modo de consejo de navegantes, como si Rayuela fuese a la vez uno o dos libros, según el orden de capítulos escogidos. Juegos de autor. Sugerencias. Seducciones.

Lo cierto es que a finales del mes de junio de este año se cumplen 50 años de la primera edición y se han cumplido 20 años de la donación que hizo Aurora Bernárdez, que fue su mujer, de la biblioteca personal que tenía el escritor al morir, el 12 de febrero de 1984, en su casa de la Rue Martel en París, donde está enterrado. Aurora Bernárdez decidió que en Madrid, en la sede de  la Fundación Juan March (www.march.es, también Facebook y Twitter:@fundacionmarch) se conservase su biblioteca personal, así como sus manuscritos literarios y sus papeles estén depositados en las Universidades de Texas (Austin) y Princeton (Nueva Jersey) y su abundante archivo fotográfico en el Centro Galego de Artes da Imaxe en A Coruña.

En la biblioteca personal de Cortázar se encuentran muchos de los libros que le acompañaron desde muy joven, algunos traídos desde Buenos Aires, y aquellos que incorporó en París fruto de paseos por las librerías de la ribera del Sena, regalados y dedicados por sus autores (Alberti, Neruda, Onetti, Lezama Lima, Octavio Paz, Carlos Fuentes, y tantos otros), ediciones artísticas, ilustrados, anotados, algunos con papeles sueltos en su interior, como recordatorio de una circunstancia, de un instante.

Esta biblioteca que ha ido aumentando en todos estos años con las diferentes ediciones o trabajos sobre el autor que se han ido sucediendo ha estado, todo este tiempo, a disposición del lector, admirador o curioso, o del investigador en la Biblioteca de la Fundación Juan March. Los fondos estaban convenientemente digitalizados y ahora, coincidiendo con los 50 años de la publicación de su novela más famosa y de los 20 de la donación de Aurora Bernárdez, la Biblioteca de la Fundación Juan March, como homenaje al escritor ha generado una visita digital (http://www.march.es/bibliotecas/cortazar)  a los libros que formaban su biblioteca en el momento de su fallecimiento en el piso de la Rue Martel, de París,  y de aquellas nuevas ediciones que sobre su obra se han producido desde 1984 en adelante. En total 3786 registros bibliográficos en los que se pueden consultar la portada, la firma, la dedicatoria del autor, y los papeles que contiene el libro: un recorte de periódico, un billete de metro, una carta, un dibujo… traspapeles que recuerdan un instante, que acompañaron al lector en su viaje. 3786 títulos en 26 lenguas diferentes, de los que 855 libros contienen la firma de Cortázar, 515 libros están dedicados por sus correspondientes autores y amigos, 48 ejemplares guardan marcadores y "traspapeles", 397 contienen sus anotaciones, y 17 son singulares libros objeto.


La visita digital se ha organizado a través de índices de las obras escritas por Cortázar encabezadas por su título en castellano y seguidas de todas las traducciones conservadas en su biblioteca; el listado de otros trabajos de Cortázar como editor, prologuista, traductor, fotógrafo o ilustrador; la larga nómina de autores de la literatura y la cultura universal representados; la variedad de temas que corroboran su amplia curiosidad, sus gustos literarios, su compromiso creativo. Un índice de lenguas en las que figuran 26 idiomas diferentes para recordarnos la lectura en la lengua original de los autores clásicos, y su labor como traductor de Poe, Yourcenar, o Gide.

También se puede visitar la biblioteca a través de sus singularidades. Libros firmados, dedicados, libros especiales. Un aspecto que habla del amor de Cortázar por el objeto libro es la colección de 17 libros cuya edición, composición y formato los convierte en libros objeto de arte, de ediciones limitadas y raras. Un libro de poemas escritos a mano en un nivel de carpintero, un libro de poemas cuyos versos el lector combina y personaliza generando nuevos y únicos poemas, libros encuadernados como sacos, con cartón, con una simple anilla… Libros que se descomponen y que el lector recrea en cada lectura, sólo para él.

La Biblioteca Julio Cortázar en Internet, además, añade una sección “Recordando a Cortázar” que reúne los actos que se han realizado en la Fundación con motivo de la donación o para la difusión de su obra. Ya en 1976, recién inaugurado el edificio de la Fundación Juan March (en enero de 1975), el profesor y escritor Ricardo Gullón, dentro de un ciclo dedicado a “Novelistas hispanoamericanos de hoy” dio una conferencia sobre “Julio Cortázar: Rayuela”. En 1985, el profesor universitario Andrés Amorós, autor de una muy difundida edición anotada de Rayuela,  ofreció un ciclo de cuatro conferencias con el título de “Las búsquedas de Julio Cortázar”. En abril de 1993, el ensayista argentino, Saúl Yurkievich, buen amigo de Cortázar y de Aurora Bernárdez, impartió otro curso universitario de cuatro conferencias, con el título de “Julio Cortázar: sus mundos y sus modos”.

En ese mismo mes de abril de hace 20 años se realizó, en colaboración con la editorial Alfaguara, un acto público de presentación de la donación de la Biblioteca y de homenaje –multitudinario- al escritor en un acto, en el que además del director entonces de la Fundación Juan March, José Luis Yuste y de Aurora Bernárdez, participaron los escritores y editores José Maria Guelbenzu y Juan Cruz y el actor y director teatral José Luis Gómez, quien leyó el capítulo 7 de Rayuela. El mismo que se conservaba en la voz del propio Cortázar en una vieja grabación, que pudo oírse: “Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano…” Se cerró el acto con un breve concierto de jazz a cargo de Pedro Iturralde y Horacio Icasto.

Si los audios de esas conferencias, como el resto de conferencias programadas en la Fundación Juan March desde 1975 pueden escucharse desde hace tiempo en nuestra web, no así ocurría con este acto especial de homenaje a Cortázar que tuvo lugar en abril de 1993, hace veinte años. Las palabras de los intervinientes, la lectura de José Luis Gómez, el audio del propio Cortázar, con su personalísima voz, arrastrando las erres,  así como el concierto de jazz se recogen ahora, por primera vez, en esta Biblioteca virtual, que acaba de ponerse en marcha.


           
 “EL JAZZ DE CORTÁZAR. EN LOS 50 AÑOS DE RAYUELA
        
Como todo lector de Cortázar sabe, al escritor argentino le gustaba mucho el jazz. Otro gran aficionado a este género, el escritor José María Guelbenzu dio una conferencia, en noviembre de 2006, en un ciclo sobre jazz que tituló: “’Yo podía escribir ese piano, dijo Cortázar’ (Charlie Parker, Thelonious Monky y Bill Evans)”. El audio puede escucharse igualmente en esta Biblioteca virtual. Aquel ciclo de conferencias se organizó entonces para iniciar en paralelo, los conciertos matinales de los sábados que desde entonces se dedican, los meses de noviembre, al jazz. En este año conmemorativo, del 16 al 30 de noviembre,  se ha organizado un ciclo titulado “El jazz de  Cortázar. En los 50 años de Rayuela”, que reúne a los compositores y obras evocados en tres de sus textos más musicales: la crónica que escribió tras el mítico concierto de Thelonious Monk en Ginebra, los capítulos de ambiente jazzístico de Rayuela y El perseguidor, cuyo personaje se inspira en Charlie Parker. Este ciclo se acompaña de una muestra con materiales bibliográficos relacionados con el jazz extraídos de la biblioteca personal del escritor.


         De esta forma, con la Biblioteca virtual y este ciclo, la Fundación Juab March conmemora los 50 años de Rayuela y los 20 de la donación de su biblioteca personal, antesala todo ello de lo que podrá ser, el año siguiente, 2014, el Año Cortázar, con el centenario de su nacimiento y los 30 de su muerte. A pesar de Enrique Vila-Matas y su ingenioso método Para acabar con los números redondos.


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