lunes, 3 de junio de 2013


Manuel Jabois y Henrique Alvarellos llevan la emoción de ser padres a sendos libros


 Manuel Jabois

Julia Sáez-Angulo

         Dos escritores, Manuel Jabois y Henrique Alvarellos ha escritos sendos libros sobre la zozobra y el placer de ser padres en sendos libros. Jabois en el titulado Manu. Diario de un embarazo (Editorial Pepitas de Calabaza, 2013) y Alvarellos en el titulado Diario dun pai acabado de nacer (Edicións Xerais de Galicia, 2008).

         Resulta curiosa la coincidencia de estos dos autores gallegos en un tema que, por pudor, no siempre los hombres suelen afrontar y ambos en forma de diario.

         Manuel Jabois Sueiro (Sansenxo, Pontevedra, 1978), periodista del diario El Mundo ha presentado recientemente su libro en Tipos Infames, una librería de la zona madrileña de Malasaña, donde Elvira Lindo hizo de madrina al comentar Manu. Diario de un embarazo. El humor y el distanciamiento de todas sus páginas llevan a las tres últimas en las que el autor ya refleja su ternura, emoción y casi entusiasmo por ser padre.

El temor a reflejar los sentimientos o más bien a caer en el ternurismo o el sentimentalismo pareciera que le hace contenerse en esa honda satisfacción de ser padre, de entrar en esa extraña y antigua y exultante cadena de la vida, al tiempo que muere su abuelo.

Javois se confesó lector de Camba, de Millás, de Alvite, Espada, Gistau… en los que humor e ironía son componentes esenciales.

Henrique Alvarellos


Henrique Alvarellos Casas (Lugo, 1968), licenciado en Filología Hispánica es escritor, periodista y dirige la editorial Alvarellos, una de las más antiguas de Galicia en la que trabajaba su padre y trasladó a Santiago de Compostela.

Escrito en gallego, Diario dun pai acabado de nacer es un libro que comienza en el mismo instante en que conoce que iba a ser padre. Empiezan así los días salteados en que recoge anécdotas, inquietudes, zozobras, risas, preocupaciones, esperanzas… Páginas iniciáticas de un padre que registra lo más granado de la contemplación de su hijo, Pablo, hasta los cinco años en 111 páginas. Curiosamente el autor también sufre la pérdida del padre en este tiempo. 

Emocionantes las anotaciones de la ceremonia del bautismo de Pablo, en las que también se leyó un poema de Pablo Neruda, homónimo del niño:

 Esta vez dejadme/ ser feliz,/ Nada ha pasado a nadie,/ no estoy en parte alguna,/ sucede solamente que soy feliz/ por los cuatro costados / del corazón, andando,/ durmiendo o escribiendo./ Qué voy a hacerle, soy/ feliz (…)

Nada como este poema de Neruda para reflejar el placer de ambos escritores en sus respectivos libros  el hecho de ser padres.





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