jueves, 21 de noviembre de 2013

Belén Esteban. Memoriade de una chica de barrio que llegó a princesa del pueblo


 
Julia Sáez-Angulo
 
         Belén Estaban (1973) es un fenómeno sociológico a la par que mediático. Pertenece a ese tipo de personas que hacen de sí mismas un personaje que salta a través del famoseo a la cultura mediática y así se crea su propia imagen, su propio trabajo y su propia dependencia del personaje.
         Junto al personaje similar, Boris Izaguirre, ha dictado sus memorias donde cuenta sus episodios biográficos, desde la infancia en San Blas a toda su movida televisiva, pasando por su unión al torero Jesulín de Ubrique, quicio en el que se apoya su catapulta, su maternidad, segundo matrimonio, abandono, salud, retirada provisional de la TV y más cosas.
         Sus memorias se titulan Ambiciones y Reflexiones, en un juego y guiño al nombre de la finca de Jesulín, donde tantas veces estuvo, solar de familia y personajes del papel cuché. El libro, redactado por Boriz Izaguirre a base de encuentros, durante los siete meses que Belén Esteban se puso a descansar de la televisión, ha sido publicado por la editorial Espasa.
         Un prólogo de Boris Izaguirre centra las memorias de Belén y su gestación. “Este libro empezó en el momento en que Belén Esteban me esclareció cómo fue su último día en Ambiciones, la finca propiedad de Jesulín de Ubrique, padre de Andrea, su única hija, de donde la echaron”.
         El libro lleva una serie de fotos en blanco y negro o color que animan las 308 páginas. Los diferentes capítulos que aborda llevan por título: Un poquito de confianza; Una chica de barrio; La diabetes; De niña a mujer; Benidorm, verano del 95; Un mundo nuevo; Falcon Crest, pero con toros; Sin mirar artrás; “Mamá, quiero que bajes con el visón al superpercado”; Batallas televisadas; Fiestas, fiestones y resacones; Novietes de transición; Fran; El mejor padre del mundo; “Ni que yo fuera Bin Laden”; Año nuevo, rostro nuevo”; La princesa del pueblo; Cuernos y mentiras; Adicta a la vida; Mi Andrea; Mi madre; Ambiciones y Reflexiones; Gracias a la vida.
         En los agradecimientos, Belén, como una floklórica, se dirige “a mis seguidores, mi público, mi audiencia, los verdaderos incondicionales que no me habéis fallado nunca”.
 

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