viernes, 12 de septiembre de 2014

Conclusiones y recomendaciones del programa de investigación para la conservación preventiva y régimen de acceso de la cueva de altamira  




L.M.A.

  1. Con respecto a la gestión

  1. La inclusión de la cueva de Altamira en la Lista de Patrimonio Mundial supone el reconocimiento de unos valores universales excepcionales y la  responsabilidad para el Estado de poner en marcha un Plan de Gestión que garantice su preservación. En este sentido, el Plan de Conservación Preventiva (PCP) de la cueva de Altamira, basado en el conocimiento científico, es la mejor herramienta para cumplir el compromiso de conservación y para transmitir directamente sus valores patrimoniales a las generaciones presentes y futuras, y debe ser integrado en ese Plan de Gestión.
  2. Para la implantación del PCP es necesaria una gestión adecuada y la planificación y dotación de  medios económicos, humanos e instrumentales, garantizando su continuidad.
  3. La implantación del PCP debe apoyarse en un órgano técnico colegiado,  dependiente del Patronato.
  4. Es absolutamente necesario iniciar el PCP en septiembre de 2014. La interrupción de los estudios supondría la pérdida de valor de los resultados.
  1. Con respecto a la salud y seguridad para las personas

  1. Del estudio de microorganismos patógenos se desprende que “el riesgo  absoluto para las personas es mínimo y no hay elementos para pensar que sea superior al de otras actividades humanas habituales. A lo sumo, la visita a Altamira podría suponer un riesgo relativo, por el momento imposible de definir en términos cuantitativos, para pacientes inmunodeprimidos o con enfermedades crónicas graves. Estas circunstancias deberán reflejarse en las normas de acceso a la cueva para investigadores, personal del museo y eventuales visitantes.
  2. Aplicando la normativa vigente sobre límites de exposición al radón para los trabajadores, y teniendo en cuenta el valor promedio anual de concentración en el interior de la cueva, se establece un máximo de 50 horas anuales de permanencia.
3.    Es necesario aplicar los protocolos referidos a las normas de acceso, las medidas de seguridad y los procedimientos recogidos en el PCP, que deberán ponerse en marcha en caso de que se produzcan incidencias en el entorno  de la cueva o en su interior.
  1.  Con respecto a las condiciones de las pinturas
  1. Las pinturas que han llegado hasta nosotros lo han hecho a pesar de su antigüedad, fragilidad, condiciones del medio natural y de la actividad antrópica  que ha modificado irreversiblemente las condiciones materiales, ambientales y ecológicas de la cueva y su área de influencia.
  2. Los procesos de deterioro de origen natural son inevitables y están asociados a la evolución geológica de la cueva y a la hidrogeoquímica de las aguas.
  3. Los procesos de deterioro de origen antrópico están asociados a las transformaciones que ha experimentado la cueva y su entorno con el fin de conservar y proteger sus pinturas, facilitar el acceso e incrementar su conocimiento. Su impacto es irreversible. Por ello, cualquier actuación que afecte a la cueva o a su entorno deberá decidirse después de evaluar su conveniencia y su impacto en las condiciones de conservación de esta.
  4. La cueva está sometida a diferentes factores de alteración físico-químicos. En la actualidad el principal deterioro que afecta a la conservación de las pinturas es la pérdida de pigmento por lavado. Esto se ha producido a lo largo de milenios y ha conllevado la alteración o desaparición de parte de las pinturas, concentrándose los daños de forma preferente en el sector sur del techo de la Sala de Polícromos, frente al mejor conservado sector norte (panel de los bisontes).
  5. Durante el Programa de Investigación las pérdidas de pigmento se han producido de manera episódica en zonas concretas y muy reducidas en el techo de la Sala de Polícromos. Entre 2013 y 2014 se ha perdido en una zona de control una superficie de 1,8 mm2.
  6. Estos procesos de pérdida de pigmento están relacionados con varios factores: caudal de infiltración y condensación, composición del agua, relieve del soporte y  relación con la red de fracturas. Durante este Programa no se ha detectado ninguna relación evidente causa-efecto entre la presencia de investigadores y visitantes en la Sala de Polícromos y la pérdida de pigmento.
  7. El principal riesgo biológico que afecta en la actualidad a la conservación de las pinturas es el potencial desarrollo de colonias visibles de microorganismos. 
  8. En el inicio del Programa de Investigación se ha constatado la existencia de colonias visibles sobre áreas del soporte pétreo y de las pinturas. Durante el estudio no se ha observado su crecimiento en las zonas de control. Se ha detectado la presencia de colonias en zonas sin policromía, previamente no documentadas. Se recomienda establecer nuevas zonas de control y realizar una cartografía detallada.
  9. La cueva de Altamira es un ecosistema abierto con una microbiota natural, estable en las condiciones ambientales actuales. Para mantener este equilibrio se debe evitar cualquier modificación tanto en el interior como en el entorno.
  10. Las poblaciones microbianas encontradas en las colonias visibles son más parecidas a las que se encuentran en suelo y roca. Las poblaciones microbianas en el aire son diferentes. Esto sugiere que su diseminación se produce más probablemente a través de la película de agua que recubre la roca que a través del aire. Para confirmarlo es necesario realizar análisis microbiológicos del agua.
  11. Durante el Programa de Investigación no se han detectado variaciones significativas en los parámetros ambientales, respecto a los valores recogidos por Villar, IPHE y CSIC en otros momentos.
  12. Para entender el estado de conservación del techo de la Sala de Polícromos es necesario realizar un estudio detallado acerca del carácter incrustante o corrosivo de las aguas de infiltración, mediante la puesta a punto de una metodología que tenga en cuenta sus variaciones temporales y espaciales.
  13. El estudio del 13C indica que la principal fuente de CO2 en la cueva de Altamira es la actividad biológica en el suelo, presentando valores isotópicamente enriquecidos en verano y más ligeros en invierno y primavera. A partir de este estudio, y vinculándolo con los datos de aerobiología, no se ha detectado  una entrada de aire en la Sala del Pozo.
  14.  Las variaciones de periodo corto (diario) observadas en la concentración de radón muestran intercambios puntuales de aire con el exterior en las zonas más próximas a la entrada de la cueva, no predichos por las tendencias estacionales, que han de ser tenidas en cuenta a la hora de analizar el impacto de visitas.
  15. En relación a la segunda puerta se confirma que el intercambio de aire entre Policromos y Vestíbulo se ha reducido, y que existen evidencias cualitativas de que esta puerta actúa como “barrera” de entrada y/o salida de humedad. 
  16. Teniendo en cuenta el considerable aumento del CO2 en determinadas épocas del ciclo anual, y las imperceptibles tasas de ventilación en la Sala de Polícromos, es necesario estudiar la posibilidad de establecer una ventilación a través de la segunda puerta, evaluando su incidencia en la conservación del soporte, de la pintura, en la microbiología y en el intercambio de materia.
  1. Con respecto al impacto de los investigadores

  1. Hasta 1978 el acceso máximo semanal a la cueva fue de 3.800 personas; la propuesta de Villar fijó como límite el acceso de 216 personas a la semana, con un tiempo de permanencia de 10 minutos en la Sala de Polícromos. Teniendo en cuenta estos datos, la “carga” de investigadores –expresada como número de personas durante un tiempo definido en un área concreta- ha sido mínima durante los doce meses de monitorización.
  2. La apertura y cierre de la puerta de acceso a la cueva tiene relación con el número de bacterias y hongos en el aire, y debe valorarse conjuntamente con el número de personas en tránsito y los tiempos de estancia.
3.    Es necesario seguir estrictamente el protocolo de acceso de los investigadores y minimizar su impacto, de acuerdo con lo establecido en el PCP.
  1. Con respecto al impacto de las visitas controladas 

  1. Para el diseño de las visitas experimentales se partió de las propuestas de Villar y CSIC, fijándose como modelo actual un grupo de  6 personas, un día a la semana, durante 30 minutos, 10 de ellos en la Sala de Polícromos.
  2.  Se ha constatado que el impacto de la “carga” de las visitas ha sido mínimo en las condiciones ambientales
  3. Los cambios en la humedad relativa se producen en un lapso de tiempo muy corto y se recuperan en una hora. El incremento de la temperatura (0,15-0,22ºC) se revierte en 2 horas. Las concentraciones de CO2 tardan más de 8 horas en recuperarse; no obstante, las variaciones naturales diarias de CO2 en determinadas épocas son superiores a las del impacto humano.
  4. El tránsito de visitantes en la Sala de Polícromos no produce un aumento de microorganismos en el aire.
  5. El análisis de los datos obtenidos durante el Programa de Investigación confirma que las pérdidas de color observadas en los últimos 20 años son sucesos independientes de la visita en régimen controlado, por lo que el cierre de la cueva no detendría los procesos de deterioro de las pinturas.
  6. Deben continuar las visitas experimentales con el régimen y protocolo de acceso actual, así como las mediciones asociadas hasta que se cumpla un ciclo anual (febrero de 2015). En ese momento se evaluará la incidencia y se recomendará tomar la decisión de interrumpir, mantener o modificar el número de visitas.
  1. Con respecto al entorno social

  1. Altamira ha tenido en el pasado una relevancia social mayor que en la actualidad. Esta aparente pérdida de relevancia debe ser entendida como una normalización del valor de Altamira, antes que como una pérdida del mismo.
  2. En torno a Altamira se construyen identidades, se producen tensiones y conflictos y se dan vínculos emocionales que difieren entre generaciones, de unos lugares a otros y de unos agentes a otros. Todo esto gira en torno a la competencia en la tutela y gestión del sitio.
  3. Para la mayoría de los agentes consultados, la conservación de la cueva debe ser responsabilidad de los expertos, que deben ejercerla de forma transparente y científicamente argumentable. Las necesidades de conservación de Altamira pueden ser, en sí mismas, objeto de interacción y diálogo entre la comunidad científica y el público.
  4. Es conveniente desarrollar una estrategia de comunicación de la cueva de Altamira  para transmitir los principios de identidad,  valor cultural y función social del patrimonio, y contribuir a la sensibilización social acerca de su fragilidad y de la  necesidad de conservarlo.  Esta actuación responderá a los planteamientos de transparencia propuestos e iniciados en el Programa de Investigación y puede ser realizado en el ámbito del Centro Categoría 2 de la Unesco, con el fin de que la experiencia de Altamira sirva para otros muchos bienes culturales en el mundo
  5. El Museo de Altamira, gestor de la cueva, a partir de la peculiaridad y singularidad de la misma, reforzará su papel como instrumento de concienciación y sensibilización de los ciudadanos hacia el patrimonio y su conservación.
  6. La compleja historia de Altamira, desde su descubrimiento en época contemporánea, es única y singular. Es un factor de atracción patrimonial diferenciador que ha generado una gran cantidad de documentación histórica y actual que podría ser utilizada por el museo en su actividad.
  7. Altamira tiene  un impacto considerable en la economía cántabra que es independiente del régimen de acceso a la cueva; una hipotética apertura de la cueva, a la luz de los datos existentes, no tiene por qué tener impacto económico.


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