viernes, 12 de diciembre de 2014

Ana Queral prepara una exposición sobre “Las Moradas” de Santa Teresa de Jesús en Villanueva de la Jara






Julia Sáez-Angulo


         Ana Queral, pintora hispano-mexicana, nacida en La Habana, y residente en Madrid, prepara una gran exposición sobre Las Moradas de Santa Teresa, en el Centro Teresiano de la localidad de Villanueva de la Jara (Cuenca), que depende del monasterio de monjas carmelitas, décimo tercera fundación de la Santa reformadora. La muestra, repartida en siete espacios, en correspondencia a las siete moradas, será inaugurada el 21 de febrero de 2015 y se inscribe dentro de la celebración del V centenario del nacimiento de la santa.

         María Dolores de Cospedal, presidenta de la Comunidad de Castilla-La Mancha, visitó el lugar donde ya se ha comenzado a pintar los espacios e instalar algunas obras. La presidenta saludó a la artista Ana Queral Quesada (La Habana. Cuba, 1950) y ambas hicieron el recorrido conjunto previo a la inauguración.

         Las carmelitas del lugar contemplan la posibilidad de dejar la instalación artística en las siete estancias y constituir allí un museo teresiano. Recordemos que fue la venerable Ana de San Agustín, fiel colaboradora de Santa Teresa, quien consolidó la fundación de la Santa Madre en Villanueva de la Jara.

Artista interdisciplinar, Ana Queral Quesada está en continuo contacto con el monasterio carmelita, del que depende el Centro Teresiano, así como con el párroco de Santa Ana y los arquitectos Manuel Cuadrado y Luciano Moreno que están llevando a cabo las restauraciones en el Centro y en el monasterio.

La autora está orgullosa de este proyecto artístico de gran plasticidad, pues abarca dibujos, pinturas, esculturas, instalaciones… trabajo que le ha llevado un año intenso, pero que da por bueno, ya que es una gran entusiasta de la obra de santa Teresa de Jesús en la que se ha metido a fondo. Queral ha incorporado algunas obras existentes en el monasterio de Fray Pedro de la Virgen del Pilar o del gran escultor local Luis García Codina, que realizó una escultura sobre Teresa de Jesús.

         Cada objeto y cada color en la instalación tiene un profundo sentido simbólico, al tiempo que se alternan con citas teresianas escritas en los muros, frases que invitan a la meditación entre los visitantes. Hay que llegar a la “habitación de oro” que es la séptima estancia en e recorrido del castillo interior, para estar cerca de Cristo.



Visión espiritual por la artista hispano-mexicana

Ana  Queral explica así su visión particular de la lectura del libro teresiano:                                 
Ejemplo de camino espiritual santificante es el libro de Las moradas de Santa Teresa de Jesús, fundadora y doctora de la Iglesia y que vivió en carne propia estos estados del alma hasta llegar a ser una con Dios. Lo escribió por obediencia en 1577 para sus monjas Carmelitas Descalzas y bajo la inspiración del Espíritu Santo.
Para poder explicar estos estados de gracia, la Santa utilizó muchos signos tangibles, los cuales he tomado para representar su obra en estas ambientaciones.

La Primera Morada presenta la oración, una puerta de entrada al castillo interior de nuestra alma, bella como un diamante o una perla oriental. Allí hay muchos aposentos. En Jn.14-2 dice: En la casa de mi Padre hay muchas moradas y, según la Santa, en el centro está Dios, como un Sol que alumbra a todas sus criaturas.
A la derecha están representadas las almas en estado de gracia. Para comenzar a vivir las Siete Moradas es necesariotrabajar libremente como las abejas, para el bien de todos, e iniciarse viéndose a si mismos. Viven libremente en la naturaleza divina. Así está el árbol plantado que se sustenta de agua viva y da buenos frutos.
Al contrario, las almas en pecado mortal no gozan de la gracia de Dios. Es como colocar un paño negro para evitar ver la luz de Dios. Sus aguas oscuras y de mal olor no dan frutos y, si los dan, viven sumergidos en la confusión, en la desolación y en la angustia. Mueren en un mundo de mentira y falsedad y roídos por las sabandijas y alimañas del demonio y están fuera del Castillo.

En la Segunda Morada vemos las almas que aún no dejan las cargas del pecado venial, pero reciben la gracia deescuchar la palabra del Señor y deciden seguir Su luz.  Muchas se quedan cautivas, sordomudas y tullidas por las tentaciones del demonio. Otras luchan contra este y lo vencen con la mejor arma que es la Cruz de Cristo y que comienzan a cargar  con  la determinación de reconocer en si mismos, sus pecados y sus virtudes.

La Tercera Morada representa El Camino de Liberación. Allí llegan las almas que se liberan de sus cargas y deciden seguir el camino de la Verdad y de la Vida. Los ermitaños del Monte Carmelo ya sabían la necesidad de despojarse de las cosas del mundo y de sí mismos para vencer las tentaciones del demonio y tener a Dios en el centro del alma. No pasó así con el joven rico del Evangelio, un creyente que deseaba seguir a Jesús, pero su corazón estaba en otras cosas. Quizás no recapacitó que todo en este mundo se acaba y sólo Dios permanece.

En la Cuarta Morada comienzan las cosas sobrenaturales. Aquí llegan las almas que disfrutan de la oración de recogimiento y experimentan los principios de las influencias divinas. Las potencias se sienten atraídas a lo interior con un llamamiento especial de Dios. Se deleitan pensando en Él y en Sus misericordias. Si la respuesta es sincera, sus almas trascenderán la materia despreciando las cosas que no son de Dios.  En la oración de quietud se deleitan en alabar a Dios y trabajan para Él, por Él y con Él. Como La Virgen, son fuentes de agua viva por donde se desborda el Amor.

 La Quinta Morada está reservada para las almas escogidas a quienes Dios otorga el don de la oración de unión, por medio de  la voluntad, el entendimiento y los sentimientos. Dentro de un mundo repleto de creación vital, el alma goza de sabiduría y fortaleza para  arrepentirse profundamente por haber ofendido a Dios en su vida. Se reconoce insignificante.  Como un gusano construye su capullo para interiorizarse y procesar ese tesoro escondido en su alma. Es un proceso de contemplación-concentración. Después del tiempo necesario, saldrá de la crisálida convertida en una mariposilla blanca llena de Espíritu Santo.

            La Sexta Morada parece ser el proceso más largo, pues Santa Teresa le dedica once capítulos. Dice que esta experiencia sobrenatural es para las almas privilegiadas. Son situaciones delicadas y tan elevadas que conllevan grandes trabajos interiores y exteriores. Es como una la Noche Oscura donde Dios y el alma se juntan en un Compromiso Espiritual. Dios le comunica gracias maravillosas de éxtasis y arrobamientos, hablas interiores, vuelos de espíritu, abrazamientos de amor divino y visiones intelectuales.

         La Séptima Morada es la “habitación de oro”, donde se da el matrimonio espiritual con Cristo. Allí hay dos corazones que laten. La persona ya está equilibrada después de haber pasado por las otras moradas purificadoras.

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