miércoles, 17 de diciembre de 2014

"PRIM MUCHO MÁS QUE UNA ESPADA", libro de Emilio de Diego publicado por Editorial Actas






L.M.A,

"El asesinato de la calle del Turco" cambió sin duda la historia de España, pero el General Prim fue más que eso: desde soldado ascendió a Capitán General, vencedor en mil batallas y héroe de Los Castillejos en la Guerra de África, admirado no solo por sus soldados sino por el pueblo; revolucionario, líder de la del 68; conspirador, principal actor en la caída de la monarquía de Isabel II; hombre de Estado y Presidente del Gobierno. Un personaje de primera magnitud según nos desvela el libro de Emilio de Diego, PRIM : MUCHO MÁS QUE UNA ESPADA. 





La historia hace a los hombres sabios
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PRIM
MUCHO MÁS QUE UNA ESPADA
Emilio de Diego


El nombre de Prim figura junto al de otros militares que en la España del siglo XIX desempeñaron un importante protagonismo: Espartero, Narváez, O’Donnell, Serrano... Todos ellos se batieron por la causa liberal, pero tanto el duque de Valencia como el de Tetuán o el de la Torre acabaron siendo percibidos como liberticidas por amplios sectores de la sociedad de su tiempo.

Motejados de “espadones”, Narváez, O’Donnell, Serrano..., fueron generales de “arriba” a “abajo”, mientras Espartero y Prim lo fueron de “abajo” a “arriba”, es decir, profundamente enraizados en el elemento popular, pero el conde de Reus fue mucho más.

Don Juan Prim concibió el proyecto de conciliar la monarquía con el pueblo, armonizando la soberanía nacional con la Corona como garantía de la libertad en el marco de la Constitución. A esto  acabaría entregando su propia vida. El magnicidio de la calle del Turco cambió el rumbo de la historia de España.

Catalán grande y grande de España, supo conjugar el sentimiento y  la entrega a la patria chica y a la patria común y su vida constituye una lectura positiva de nuestra historia.
Defensor del proteccionismo, en el terreno económico, como convenía a los intereses catalanes, supo finalmente transigir con los vientos librecambistas que iban imponiéndose en Europa.

Hombre de Estado, en la nómina de los pocos que esta condición son capaces de alcanzar, fue a la vez el caudillo de la guerra de África, el militar y diplomático en México, el eje político de la revolución del 68, el gobernante que había aprendido a escuchar...

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