domingo, 11 de enero de 2015

Exposición de Linda de Sousa en el Museu das Artes de Sintra






L.M.A.

         La artista hispano-lusa Linda de Sousa, expone en el Museu das Artes de Sintra, Portugal,  su serie Las Señoritas de la Montera, en la que muestra un gran cuadro matérico que abre la exposición, 25 digitografías, una gran instalación de dibujos en acetato sobre “Las señoritas de la Montera” y un video con la performance titulada Virgen.

         La exposición, que se ha inaugurado ayer sábado 10 de enero y permanecerá abierta durante dos meses.

         Entre los textos escritos en el catálogo sobre  la muestra figura el de Julia Sáez-Angulo, miembro de la Asociación Española de Críticos de Arte:

“Si hay algo por lo que lucha la artista Linda de Sousa en su obra es por la visibilidad de la mujer, ocultada sistemáticamente en la historia, la sociedad, la vida, la cultura o el arte. Pero hay una visibilidad que denuesta y entristece la condición de la mujer: la prostitución femenina. Una situación explotada y “tutelada” en la mayor parte de los casos por hombres, que aprovechan los factores de fragilidad o debilidad de las mujeres.

La artista portuguesa, afincada en Madrid, ha llevado a cabo instalaciones donde recrea y pone ante nuestros ojos el triste paisaje de las mujeres que son sólo vistas como materia erótica, como objeto de desahogo y satisfacción de instintos mediante pago. Un comercio carnal con mujeres de alquiler, que produce rechazo en muchas sensibilidades y que ha merecido prohibiciones legales y/o firma de acuerdos internacionales en su contra, lo que no ha impedido su tolerancia más o menos solapada.

La mujer es vista como objeto y materia, sin un ápice de espíritu –no digamos de alma- por lo que es de inmediato susceptible de violencia y menosprecio, desde los menosprecios verbales que les dirigen, hasta violencia más sangrienta y deplorable. No en balde, la denominada industria del sexo es uno de los campos más peligrosos, por ser campo abonado y abundante del delito.

En la conocida calle de prostitución de la Ballesta de Madrid, Linda de Sousa –entre otras artistas- recreó una sórdida habitación en una antigua casa de lenocinio, -algunos las denominaban mueblé- donde la escasez de espacio y la miseria en una mini celda producían grima y rechazo del espectador, al tiempo que despertaban cierta compasión por esas mujeres que tenían que vender su cuerpo, en muchos casos para  sobrevivir ella  su familia, a falta de otro medio de subsistencia social. Cerca, muy cerca, merodea siempre el proxeneta, el chulo explotador del negocio de la materia erótica. El negocio dela carne es peligroso; ciertamente se necesita un protector y, ¡eh aquí! que siempre, necesariamente  es un hombre el que lo hace y por tanto el que se enriquece.



Lacras sobre la mujer

N olvidemos que las dos grandes losas que pesan sobre la mujer son la pobreza y la misoginia global.

No todas las mujeres están libres de decidir en la lacra de la prostitución, pero ciertamente los pingües beneficios no redundan en ella. El negocio es muy rentable y se crean redes internacionales para asegurarlo; en ellas se enredan o atan a mujeres llegadas de la pobreza, la emigración, el desvalimiento legal o la desesperación. Detrás hay con demasiada frecuencia intereses de poder, de lucro, y tolerancia interesada de origen insospechado.

Linda de Sousa da vida plástica a ese mundo de la prostitución, donde se narra y denuncia la erótica de la materia, a través de instalaciones artísticas en dibujos sobre acetato u otros materiales, que se nos imponen ante los ojos  y nos plantean interrogantes a la vez que denuncian el estado de la cuestión.

Todo un mundo plástico, donde el concepto, la reflexión y las formas artísticas se entrelazan en un lenguaje que habla de la erótica de la materia”.




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