lunes, 23 de marzo de 2015

Luis Landero, quinta edición de su libro “El balcón en invierno”, publicado por Tusquets






Julia Sáez-Angulo

         El arte salva. La literatura es un lenitivo seguro ante la vida y eso lo muestra el protagonista de El balcón en invierno,  la novela del escritor Luis Landero, publicada por la editorial Tusquets y que ya va por la quinta edición. El libro se encuentra en la colección Andanzas.

         Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad Complutense, Luis Landero (Albuquerque. Badajoz, 1948) es un escritor acendrado en la letras españolas, con títulos importantes a sus espaldas como Juegos de la edad tardía; Caballero de fortuna; El mágico aprendiz;  Hoy, Júpiter; Retrato de un hombre inmaduro o absolución.

         El escritor de Albuquerque ha ganado diversos premios literarios de primer orden y ha ejercido la docencia en la Escuela de Arte Dramático de Madrid y en la Yale University de los Estados Unidos. Con esta trayectoria bien merecería ser académico.

                  El balcón en invierno narra las vicisitudes de un niño hijo de labradores, que se instala más tarde en el barrio madrileño de Prosperidad, conocido como La Prospe, que ejerce diversos oficios al tiempo que estudia por la noche; que descubre la literatura  y parece redimirse de un pasado de pobreza al que mira con amor, porque sabe de las vidas luchadoras que lo sustentan.

         El libro es autobiográfico y certero sobre un mundo que ha sido y existió, que se ha vivido por el autor quien no escatima realidad envuelta en estilo, en definitiva en la literatura que tanto ama. No falta el desgarro, pero hay mucha empatía. Hay observación del pasado, memoria, análisis y capacidad narrativa. No se puede contar mejor,  ha dicho la crítica de El balcón en invierno de Luis Landero.

         Los títulos de los capítulos hablan de: No más novelas; El sonido más triste del mundo (Septiembre de 1964); Ningún libro en ninguna casa (Hacia 1950); Huérfano del mundo; Grandes descubrimientos; Breve viaje sentimental por mi biblioteca; Los hijos de los hojalateros; Una mano amiga sobre el hombro, o Un grano de alegría, un mar de olvido.

         Un libro para leer y disfrutar, para observar sensibilidades en un mundo que fue y que hemos conocido de una u otra manera, a pocas décadas que se cuenten.


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