viernes, 29 de mayo de 2015

Dolores Redondo: “Mi salvavidas fue Pequeño teatro, de Ana María Matute”




La autora de Trilogía del Baztán ha leído esta tarde el pregón inaugural de la Feria del Libro de Madrid




L.M.A.


La memoria de Dolores Redondo, como la de casi cualquier lector, guarda el recuerdo de una infancia fascinada por las historias que prometen los cuentos y el lento aprendizaje que culmina al poder desentrañar la letra impresa: “Ese fue uno de los momentos más importantes de mi vida: cuando por fin pude leer sola”, aseguró la escritora, esta tarde, durante la lectura del pregón inaugural de la 74ª edición de la Feria del Libro de Madrid. Sobre la trascendencia de aquel momento, que fundó su pasión por la lectura y, simultáneamente, el impulso de escribir, Redondo añadió: “Leer hace el mundo más grande y me hizo consciente entonces de lo pequeño que era el mío: los años oscuros de los setenta en la zona pesquera de Pasajes, donde vivía; leer despertó el deseo de volar a aquellos lugares de los libros, lejanos y fascinantes, y tan vivos que la posibilidad de recrear otras vidas posibles despertó otro deseo, el de escribir, que superó incluso al de leer. Como los deseos verdaderos, este llegaba de muy adentro, de donde se agazapa el dolor y la frustración, y llegó con la mortificación por la torpe ejecución de una joven amante incapaz de satisfacer el objeto de su amor”. La niña convertida en una adolescente que se sentía naufragar encontró, según su propia confesión, un salvavidas en el libro Pequeño teatro, de Ana María Matute, que leyó con diecisiete años. En sus páginas, afirmó, “aprendí a reconocer ese espacio en el que busco la voz que necesito para mi trabajo; lo imagino como un océano turbulento, al que me gusta llamar el mar del norte”.

La autora de Trilogía del Baztán defendió cualquier iniciativa que promocione la lectura “no como una obligación, sino como promesa de libertad; no como una carga pesada, sino como el ariete que derriba los muros de mediocridad de nuestras vidas”. Y añadió: “La lectura es un arma poderosa contra la intransigencia, la violencia y la soledad. Es un paladín de la democracia y de los derechos”.

A nadie se le oculta, afirmó Redondo, la tormenta que atraviesan el sector editorial y las librerías tradicionales y se pronunció de forma rotunda en contra de una de las inclemencias que lo azotan: “La piratería mata. La piratería que roba y que además arrebata el orgullo del trabajo, la esperanza del éxito, los recuerdos y emociones que volcamos en nuestras obras, y nos deja la humillación y la rabia de sentirse maltratado. Dejemos de demonizar al usuario que se descarga un libro y vayamos al reyezuelo que en su isla del Caribe vive como una mosca oronda con nuestro sudor. Y vayamos a ellos a través de sus socios, las grandes compañías de ADSL, que ofertan sin pudor y a cambio de jugosas cantidades los instrumentos para el robo”.

Dolores Redondo no quiso terminar su pregón rindiéndose al pesimismo: “Ferias como esta procuran el encuentro con escritores y editores, correctores y traductores, formando al lector en la importancia de preservar un bien tan valioso como el aire que respiramos de la única manera posible, acercándonos a todos los actores del libro. Se acabaron los tiempos del escritor en su torre, del librero en su oscura tienda, del editor inalcanzable. Nuevos tiempos reclaman nuevas visiones, animadas por el acercamiento y la interacción”.


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