sábado, 14 de noviembre de 2015

México en el Ciclo de Teatro latino Americano en Matadero Madrid

      





Julia Sáez-Angulo

         Somos lo que comemos afirman algunos, entre la ironía y la resignación. Cuando todos pensaban que habíamos desaparecido es el título de un relato escénico que toma la comida, la gastronomía como hilo conductor de la vida, los ancestros, la historia, al comparación, la disputa y el encuentro.

         La obra se inscribe dentro del Ciclo de Teatro Latino Americano en Matadero Madrid, en la sala Max Aub de las Naves del Español, donde seis actores, tres mujeres y tres hombres, tres mexicanos y tres españoles convergen, hablan, cantan, bailan, disputan y se aman al tiempo que preparan la comida en tiempo real ante los espectadores.

         Unos platos que vienen de su madre, padre o vuela, una comida que les une en el recuerdo, el homenaje, la alimentación y perpetuación de la especie…

         Una historia no lineal. Un ritual entre dos regiones, cocina en tiempo real que configura un discurso con respecto a nuestro pasado inmediato y al encuentro, entre dos culturas México-España. Un encuentro que ha tenido su devenir en un conjunto de las peores tragedias, una circunstancia de lo humano. Una celebración de vida.  

         Los actores, narran su historia personal a través de su comida, esta comida que tiene una historia y que es una historia que nos configura a todos los que vivimos esta historia moderna. Se invita al espectador a la mesa de los recuerdos, y a la mesa de preparación, y ahí sucede un viaje que se cocina lentamente a lo largo de 80 min, para conmemorar a nuestros muertos, consignar el pasado y celebrar la vida y el presente. 

         Una producción de 
Vaca 35 Teatro - Fira Tàrrega - Nau Ivanow / Iberescena / México en Escena. Solo cuatro días, del 12 al 15 de noviembre.

         Cuando solo nos queda la comida es el aserto displicente y categórico de algunos. La comida como liturgia, disfrute y placer… La cadena trófica que es lo mismo que decir la cadena de la vida. Con música de fondo s eleva el ritual.





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