miércoles, 23 de agosto de 2017

José María Perceval: "El terror y el terrorismo. Cómo ha gestionado la humanidad sus miedos"








Víctor Morales Lezcano
            23.08.17 ,- No han transcurrido muchas semanas desde que llegó a mi pupitre  ─por gentileza de la editorial Cátedra─  un ejemplar de la última obra de José María Perceval: El terror y el terrorismo. Cómo ha gestionado la humanidad sus miedos (2017).
            Hoy mismo, fecha próxima a los atentados terroristas que han castigado Barcelona y otras localidades de Cataluña, el autor de esta columna ha pensado que la ocasión y el momento aconsejan emborronar unas cuartillas consagradas al libro del profesor Perceval.
El miedo ─según escribió el filósofo alemán Ernst Jünger en 1953─ es uno de los síntomas de nuestro tiempo.  Y Ortega y Gasset, si viviese todavía, añadiría que el miedo es uno de los temas claves del mismísimo siglo XXI. Por poco que se sea mínimamente atento, se observará cuántos habitantes del planeta tierra exclamarán que una afirmación como la de Jünger adolece de ser una generalización gratuita ─cuando parece, en puridad, no ser tan gratuita al filo de la lectura de El terror y el terrorismo…─. Y más allá de que Cataluña haya sido golpeada con el último mazazo “yihadista” que ha hecho estremecernos a todos, José María Perceval ha conseguido sorprendernos, una vez más, por su capacidad para fusionar un registro cómplice entre miedo, temor/ violencia, terror, que desarrolla siempre en términos históricos de ida, vuelta e ida. Sumemos a esta ágil técnica narrativa el arsenal bibliográfico (a veces abrumador) que respalda de cabo a rabo el discurso de la obra a la que me vengo refiriendo.
            Puede resultar paradójico a lectores inquietos, aunque habituados a lecturas “políticamente correctas”, el recurso al haz y al envés que el autor prodiga en los capítulos de su último libro. Y también puede iluminar o disgustar pero no, desde luego, pasar inadvertido. Se trata, por ejemplo ─solo uno entre muchas decenas─ de mostrar la relación entre el poder, el Estado-nación, y la revolución, con mecanismos de control, aparentemente de protección y seguridad, aunque, en el fondo, no exentos de perversa intención dominadora.  Ello, según se desprende de las páginas de Perceval, viene siendo así, hasta alcanzar el “miedo líquido” (Z. Bauman dixit) que la contemporaneidad infiltra al goteo en la aldea global…, aquella aldea de McLuhan.
            El final (¿inconcluso?) del ensayo que nos brinda el autor arroja incertidumbres sobre la supuesta y muy aceptada sabiduría convencional y conveniente para interpretar la vida: el progresismo había prometido durante siglos que los temores del pasado desaparecerían y que los humanos controlarían sus vidas, al mismo tiempo que eliminarían las fuerzas negativas del mundo social y natural. En vez de eso, la incertidumbre es el paisaje del futuro mientras la ansiedad invade las mentes ante los peligros que pueden azotarnos sin previo aviso. (El terrorismo, la recesión económica, la guerra nuclear, y un etcétera pavoroso, a veces; subrepticio siempre, añade el autor de estas líneas).
            El ejercicio intelectual de nuestro colega, y, sin embargo, amigo, José María Perceval ha de ser saludado favorablemente; y no solo por los espíritus libertarios, sino, en general, por aquellos que necesitan practicar el sano ejercicio de la reflexión crítica.
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