miércoles, 20 de septiembre de 2017

La inteligencia espiritual en los colegios amigonianos









Carlos Sagardoy Azagra


        20.09.17 .- MADRID.- Los Colegios Amigonianos han programado unas jornadas sobre “La inteligencia espiritual”. Durante los días 4 al 7 de septiembre, de 9 a 14 horas, el Dr.   ha desarrollado su ponencia en los colegios Amigó de Pamplona, Caldeiro, San Hermenegildo y EPLA. A ella han asistido la práctica totalidad de los profesores de nuestros centros.
El P. Txetxi presentó al ponente, D. Francesc Torralba. como catedrático, escritor, conferenciante, director, consultor del Consejo Pontificio de la Cultura de la Santa Sede y también como corredor de fondo. Es filósofo y teólogo y le apasiona escribir. Se dedica a la docencia universitaria y dirige la Cátedra de Ética de la Universitat Ramon Llull. Ha publicado más de noventa libros de filosofía. Da conferencias y participa en congresos. Pero sobre todo le importan las personas, sus relaciones y su mundo interior, la vida.
Francesc Torralba en la primera sesión de la mañana trató de clarificar qué es la Inteligencia Espiritual, cómo emerge, para qué me faculta, por qué me debe interesar a mí y qué beneficios aporta. En la segunda sesión, después del receso, explicó cómo aplicar esta inteligencia espiritual en el ámbito escolar, cómo activar y estimular esta modalidad en los niños, niñas, adolescentes y jóvenes. En ello está comprometido, habiendo publicado el libro sobre Inteligencia espiritual en los niños, sobre la pedagogía de la educación de la interioridad.
El ponente nos habló en primer lugar de como se ha transformado el concepto de inteligencia, pasando del sistema binario y simple al discriminatorio. Así, en 1983 Howard Gardner presentó el mapa que explica la realidad, las Inteligencias Múltiples: visual espacial, musical, corporal cinestésica, interpersonal, lingüístico verbal, lógico matemática, naturalista e intrapersonal. Toda modalidad necesita de una estimulación externa y de un entorno favorable, de una esfera de acogida privilegiada como es el aula, garantizando los mínimos de cada modalidad y desarrollando al máximo las capacidades de cada uno.   
En 1990 Daniel Goleman presentó la Inteligencia Emocional, señalando el gran poder que tienen las emociones sobre lo que somos, lo que hacemos y en cómo nos relacionamos, siendo la auténtica clave para ser felices. Ella nos capacita para identificar las emociones de felicidad, tristeza, miedo o ira, gestionar las emociones tóxicas de manera no destructiva y expresar correctamente las emociones tonificantes. De esta forma ampliaba a nueve las modalidades.
Posteriormente, en el año 2002, Zohar y Marshall presentaron la Inteligencia Espiritual, existencial o transcendente. El ponente expuso qué es la inteligencia espiritual y para qué nos faculta, cuáles son los poderes y cómo cultivarlos, qué beneficios se derivan y qué efectos produce la atrofia. El fanatismo es una consecuencia de no haber cultivado su inteligencia espiritual. Distinguió entre espiritualidad, religiosidad y confesionalidad. La espiritualidad es universal y transversal, mientras que la religiosidad supone relación con una realidad fundante, con Dios.
La espiritualidad, dijo, está en todo lo humano, diferentemente desarrollada. Está reconocida en la Declaración de los Derechos del Niños. El Niño tiene derecho a una educación integral, es decir, corporal, mental, emocional, social y espiritual. Es necesario reconocer la inteligencia espiritual y desarrollarla. En países como Canadá, Estados Unidos, Gran Bretaña y Australia, la tienen incluida en sus planes de escolaridad y han demostrado sus efectos beneficiosos en el desarrollo de los niños.
Terminó la sesión enumerando las cinco capacidades básicas de la inteligencia espiritual: capacidad de interrogarse por el sentido de la vida humana; capacidad de tomar distancia de su vida, de sus vínculos o sus roles, para evaluarse mejor; capacidad de asombrarse de la realidad que nos circunda; capacidad de trascender e ir más allá y de tener una curiosidad insaciable y la capacidad de captar lo que une en la pluralidad.
En la segunda sesión, tras el receso, el ponente nos ilustró con ejemplos cómo cultivar en el aula las capacidades espirituales.  Educar a seres humanos es ayudar a hacer de su vida un Proyecto Vital. El profesor, además de impartir su asignatura, debe ayudar a los educandos a aclarar qué proyecto de vida quieren desarrollar, qué les va a colmar de sentido su vida y les va a ayudar a ser felices.  Es en el ámbito de la tutoría y en la adolescencia donde el profesor debe ayudar al alumno en este proceso, teniendo en cuenta sus potencialidades y la ayuda de la comunidad para desarrollarlo. El sentido vital es genuinamente humano, es plural y a veces hay que reinventarlo a lo largo de la vida.
Además de actores debemos ser espectadores y Tomar Distancia. Detenernos y mirarnos a nosotros mismos para analizar lo que somos, lo que hacemos y cómo nos relacionamos, para luego poder mejorar. Analizar la calidad de nuestros vínculos, de nuestros roles y de nuestras creencias. Descubrir los déficits que tenemos y tener la audacia para el cambio y así poder mejorar la calidad de vida de las personas con las que nos relacionamos. Ayudar a los alumnos a que tomen distancia, descubran la realidad y mejoren sus vínculos, roles y creencias. 
Nos habló a continuación de la capacidad de Asombrarnos. Del asombro por las maravillas de la naturaleza o del hombre, que nos produce un placer espiritual. Quien se asombra, se interroga e indaga, siendo el principal motor de los avances científicos. El profesor debe utilizar más el lenguaje interrogativo, el desiderativo o hipotético que el afirmativo, el imperativo o el condicional. Debe suscitar el asombro y las preguntas para luego tratar de ayudarle a encontrar las respuestas.
Por último, se centró en la capacidad de Captar lo Esencial, lo que tiene que haber para que esté esa realidad. La inteligencia espiritual te ayuda a captar lo esencial en tus vínculos, en tu profesión, en tu propia vida, en tu orden, en lo que es esencial en esta vida y lo que puede dejarse para más adelante.
En Conclusión, uno no puede dar lo que no tiene y sólo puede educar en la inteligencia espiritual si es capaz de autoformarse. Además, la inteligencia espiritual no puede desarrollarse en un compartimento único ni es delegable, sino que es transversal y responsabilidad de toda la comunidad educativa, cada uno en su esfera y con las herramientas de que dispone.
Al finalizar hubo un turno de Preguntas. Los profesores, a mano alzada o por escrito, presentaron sus comentarios y observaciones y solicitaron metodologías y técnicas concretas para desarrollar la inteligencia espiritual en el aula con sus alumnos. El ponente fue aclarando las dudas y respondiendo a todas y cada una de las preguntas, facilitando bibliografía específica, describiendo metodologías existentes y exponiendo experiencias personales concretas.  




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