jueves, 9 de mayo de 2019

El Museo Universidad de Navarra, Ópera de Cámara de Navarra y Colectivo E7.2 estrenan la ópera ‘Oteiza’


PABLO RAMOS, DIRECTOR DE ESCENA DE LA ÓPERA ‘OTEIZA’: “ES UNA OBRA QUE VA A GENERAR MUCHAS PREGUNTAS AL ESPECTADOR”


L.M.A.

Pamplona, 8 de mayo de 2019- Una piedra suspendida, dos muros pétreos y una luz tenue comprenden parte del escenario, en clave onírica, en el que se desarrollará Oteiza, la ópera de Juanjo Eslava que el  Museo Universidad de Navarra, Ópera de Cámara de Navarra y Colectivo E7.2 estrenarán este jueves 9, a partir de las 19:30 horas, en el Teatro del Museo. Las entradas cuestan 12 y 14 euros. Además, a las 18:30 horas, el pensador y ensayista Ramón Andrés ofrecerá las claves de la obra en una conferencia abierta al público. Este miércoles la han presentado a los medios ya en plenos ensayos finales.
En el encuentro, Pablo Ramos, director de escena, ha asegurado que la ópera va a resultar “corta porque va a generar al espectador tantas preguntas que deberá tener tiempo para contestarlas. Se puede asumir ese reto o solo quedarse con la cuestión estético-musical, porque también va a disfrutar”.
Por su parte, el director musical, Nacho de Paz, que también ha participado en el acto,  ha apuntado algunas particularidades de la pieza, como el papel de los altavoces instalados: “Son seis canales que generan un sonido envolvente, como en un cine, a través del cual va cada uno de los instrumentos. El oyente sentirá que los instrumentos hablan a su alrededor”.
Asimismo, sobre la interpretación vocal ha valorado que “solamente Nicholas Isherwood y muy pocos más a nivel mundial podrían hacer. Tiene cuestiones técnicas tan complejas como es el canto difónico, poder cantar dos voces simultáneamente. No es un barítono, un bajo o un tenor, sino todo a la vez. Tiene sonidos graves que parecen casi electrónicos. La obra es extrema, como probablemente lo era el pensamiento estético y la propuesta artística de Oteiza”.
En este sentido, el compositor Juanjo Eslava ha  señalado que “más allá de su ubicación histórica en las vanguardias y el trabajo experimental de Oteiza, lo que se aprecia desde la perspectiva de hoy es un compromiso estético y ético de una profundidad y honestidad inmensas. Resulta sobrecogedor. Un proyecto de este tipo es de gran complejidad y una experiencia increíble”. Asimismo, ha apuntado aspectos que diferencian al único personaje de la obra: “Isherwood interpreta a un ser genérico que está en proceso continuo de constitución. Y en ese proceso contacta con materias primigenias como la piedra, el hierro o la madera y también con emociones y sentimientos”.

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