jueves, 4 de junio de 2020

EL MUSEO OCEANOGRÁFICO Y ACUARIO DEL PRÍNCIPADO DE MÓNACO


Víctor Morales Lezcano
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            Aplicarse a la construcción de un itinerario museístico del Mare Nostrum es tarea fascinante al tiempo que ciclópea. Pensemos solamente en todos aquellos museos que albergan urbes como Roma, El Cairo, o Atenas, y, sin duda, nos invadirá de inmediato aquel sentimiento stendhaliano de perplejidad inmovilizadora que incapacitaba al gran novelista francés para realizar una criba selectiva, antes de iniciar algunas rutas que lo transportaron desde Parma a Venecia, o desde el Partenón ateniense a las ruinas de Delfos, como le sucedió a lord Byron en sus periplos helénicos; ello por no invocar el éxtasis de los egiptólogos recorriendo la Ciudad de los Muertos o contemplando la esfinge de Guiza. 
Para no sucumbir por impotencia ante tan olímpica tarea, el autor de estas líneas ha optado aquí por destacar solamente un museo que lo cautivó sobremanera. Se trata del Museo Oceanográfico y Acuario del principado de Mónaco, sito en Montecarlo. Esta joya de la museografía mediterránea fue inaugurada ¾como no podía ser de otro modo¾ por el príncipe Alberto I en 1910. La sede del museo se eleva sobre un acantilado monaguesco. En sus salas se conservan colecciones de fauna y numerosas especies de animales marinos; así como una colección de maquetas variadas de naves que han surcado, o no, las aguas del planeta Tierra; y, por si esto fuera poco, contiene un rico patrimonio artesanal, fabricado con materias primas del mar. En la planta baja del museo está situado el célebre acuario. En sus receptáculos habitan peces de siluetas y colores procedentes de los muchos mares que constituyen el globo terráqueo. Las plantas inferiores del museo (unos dos mil metros cuadrados) se han consagrado a los laboratorios de investigación científica. En la sala de conferencias se proyectan con regularidad documentales de alta calidad estética y científica; todos relacionados naturalmente con el universo de la flora, fauna y arqueología submarina, recreadas por Jacques-Yves Cousteau en sus prodigiosas series audiovisuales.
Cuando los fieles de Tertumed nos reunamos deo volente entre el 22 o 23 de junio y 1 o 2 de julio próximos, se me ocurre pensar que unas pocas sesiones (futuras) de nuestra tertulia se podrían consagrar al patrimonio museístico que albergan, prácticamente, todos los países de las riberas norte y sur del Mediterráneo.
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