viernes, 3 de julio de 2020

ELMYR DE HORY: OTRO MITO, OTRO PUFO. LA DESMITIFICACIÓN DE LOS ESTAFADORES DEL ARTE. LA ASIGNATURA PENDIENTE


Elmyr de Hory



Jorge Llopis Planas
Perito Tasador Judicial de Arte (CEPTAPA)
Crítico de Arte (AECA)



      03.07.2020.- Madrid.- Desde hace años, creo firmemente que mi responsabilidad como profesional de la investigación artística y cronista con mayor o menor fortuna, también es sensibilizar y explicar sin tapujos que los delitos contra el arte. A los personajes que se desenvuelven en este tipo de delitos les perdonamos la vida, los convertimos en una especie de aventureros rodeados de un halo de misterio y apasionantes peripecias. Nada de eso. Se trata de vulgares maleantes y estafadores y en algunos casos relacionados con crímenes sangrientos, ya que no se olvide. El arte es dinero, y por dinero se mata si es necesario.

Los delitos del arte, precisamente por su alcance y entorno los hacen especialmente suculentos en el menú de la leyenda. La progresia bienpensante siempre los ha situado en una categoría Light de pícaros cuyas víctimas son únicamente aquellos que lo merecen: Los ricos y poderosos, satisfaciendo así su complejo de clase alimentado por la envidia. Pero no debemos olvidar que Los crímenes contra el arte afectan al legado del autor y su obra y al patrimonio cultural de todos. Digamos que la Opinión Pública otorga ingenuamente al falsificador un papel contradictorio: Por un lado es un estafador, pero a la vez es el artista frustrado pero genial. Y esto parece disculparle ante el mundo y San Lucas, patrón de los artistas. También se ha dicho que la vanidad de los grandes maestros se incrementaba varios enteros cuando se enteraban que eran falsificados. Otra gran mentira redentora.

Si hablamos de falsificadores de arte, por ejemplo, el primero que nos viene a la memoria es el húngaro Elemér Hoffmann, alias Elmyr de Hory (1911-1976). Probablemente el más conocido, pero que la realidad al cabo de los años nos demuestra que fue un fraude en si mismo, como artista y hasta como falsificador.

Todo en Elmyr de Hory es un engaño .El gran culpable o si prefiere el creador del mito Elmyr de Hory, fue el escritor Irving Clifford que escribió su falsa biografía “Fake“ (1968) . En 1970 Francoise Reichenmbach filmó “Elmyr, the true picture” y Orson Welles le dedicó “F de Fake” (1974). Para rematar el asunto y en mala hora, Joaquín Soler Serrano entrevisto en 1976 en aquel magistral programa A Fondo. Todo ello y más nos ha llevado a asumir que el tal Hoffmann ha sido el mayor falsificador de la historia con mas de 1.000 obras “colocadas” en importantes colecciones de arte y hasta museos.

En mi opinión el ensayo definitivo sobre la realidad de este vulgar estafador Elemér Hoffmann, es la recientemente descubierta “Desmontando a Elmyr” (Ed. Sloper, 2018) del periodista Diego Feliu. La gran aportación de Feliu ha sido seguir el hilo de la biografía a Hoffmann (Elmyr) a través de los expedientes judiciales y documentos de los abogados relacionados con este estafador en su proceso de extradición solicitado por Francia en 1974 por falsificación y uso de sellos oficiales, y no por falsificación de arte, delito que no contemplaba el Código Penal español de entonces.

Elmyr de Hory fue un vulgar estafador que formó parte de un entramado en el que estaban personajes tan siniestros como el egipcio Fernand Legrós y el canadiense Real Lessard . Este trío de trapaceros del arte, acabó como el Rosario de la Aurora, como suele suceder en las turbulentas y vulgares trifulcas de mariquitas. Si a esto añadimos su peripatética muerte en diciembre de 1976 al más puro estilo Marilyn a base de barbitúricos ya tenemos servido el mito del Gran Falsificador: Alternativo, sofisticado y gay, pero un falsificador y delincuente al fin al cabo.

En el ensayo de Diego Feliu se apunta claramente que la falsa biografía de Irving y la película de Wells  fueron el detonante de una campaña de imagen de Hoffmann para consagrarlo como artista y de paso promocionar libro y película, a partir de las supuestas obras maestras de la falsificación realizadas por el húngaro y que han culminado con varias exposiciones, la primera en 1971 en  la Galeria Hupburn de Londres, en 1973 en la Galeria Orfila de Madrid  y  la más reciente en Madrid en 2013 en el CBA bajo el titulo de ”Proyecto FAKE”  donde pude apreciar, que además de un pintor muy vulgar, era mal copista.

¿Pintó algo Elmyr de Hory? Desde luego parece que no y menos 1.000 cuadros. Una vida frenética de espadas y huidas no ofrecen el escenario más adecuado. Tampoco las bullangas y grescas entre bujarrones de la peor ralea ofrecen el entorno sosegado prescriptivo para la creación, aunque sea falsa.

Probablemente Fernand Legrós  que era el cabecilla de la trama, tenía un extenso taller de “artistas”, entre ellos Lessard y en el que Hoffmann simplemente firmaba y reproducía documentos de autenticidad y certificados como indicaba su extensa ficha policial de los años 40 en Francia como eso: falsificador de documentos y estafador documental. Probablemente el infeliz de Hoffmann en su paranoia narcisista se creyó sus mentiras y el personaje creado por Irving, Wells, Reichenmbach y hasta Soler Serrano y quiso tener cierto reconocimiento de su obra hastiado de formar invariable de ese trío de fulleros del arte. Probablemente Lazlo Elymiere, Joseph Elementer Dory- Boutin, Von Horry, Tarde de Hory, Raynal Elmyr  y así hasta 15 alias más, pero Elmyr para sus amigos de la JetSet nacional e  internacional de la Ibiza de los 70, Hippy y consentida que lo amparó, mimó y jaleó hasta la cursilería como a su mono de feria particular.
        Lo que está claro es que Elmyr de Hory fue un fraude en sí mismo.


4 comentarios:

  1. Artículo…ejemplar casi…Peroilustrado falsificaciones arte….con o sin cobertura de la MAFIA ROSA…..más sectaria que la mafia política….

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  2. Artículo…ejemplar casi…Peroilustrado falsificaciones arte….con o sin cobertura de la MAFIA ROSA…..más sectaria que la mafia política….

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  3. Cierto, valiente y contundente en estilo

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  4. Magnífico articulo. He leído y conservo el libro de Diego Feliu que mencionas y me pareció un trabajo necesario y muy útil para desmontar al estafador.

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