martes, 25 de mayo de 2021

Eusebio López retrata a la Venerable Ana de San Agustín para las Carmelitas de Villanueva de la Jara


Venerable Ana de san Agustín, carmelita. Retrato por Eusebio López


L.M.A.

    26/5/21.- Madrid.- El pintor toledano Eusebio López Muñoz ha realizado el retrato de la Venerable Ana de san Agustín para el convento de Madres Carmelitas de Villanueva de la Jara. La obra titulada “Mirando a Jesús”, esta realizada en técnica mixta (grafito y carboncillo) y mide 46 x 36 cm.

Ana de Pedruja Rebolledo tomó el nombre de Ana de San Agustín (Valladolid, 1555-Villanueva de la Jara 1624) fue una religiosa carmelita española, mística y fundadora del convento de Villanueva de la Jara (Cuenca), la decimo tercera fundación emprendida por  santa Teresa. Ana de san Agustín fue declarada venerable por el papa Pío VI en 1766.

El 3 de mayo de 1575 Ana de Pedruja ingresó como novicia en el convento de carmelitas descalzas de Malagón, en el que profesó tres años más tarde, el 4 de mayo de 1578. En febrero de 1580 acompañó a santa Teresa de Jesús a la fundación de un nuevo convento en Villanueva de la Jara, donde un grupo de nueve mujeres hacían vida eremítica sin sujeción a regla. En 1596 Ana de San Agustín fue elegida priora del convento, encargándose de la construcción de un nuevo edificio conventual con su iglesia. En 1600 fundó un nuevo convento en Valera de Abajo (Cuenca), en la misma provincia de Cuenca, reintegrándose en 1616 a su convento de Villanueva de la Jara, en el que falleció y está sepultada.

    A los cuatro de años de su muerte se inició el proceso de beatificación y en 1776 el papa Pío VI la declaró venerable. Como sucede en otros casos semejantes de místicas y visionarias, Ana de San Agustín escribió su biografía por orden primero del provincial fray José de Jesús María y más tarde de fray Alonso de Jesús María, general de la Orden del Carmen, o, mejor, se la dictó a la madre Antonia de Jesús en 1606 y 1609, biografía de la que corrieron copias manuscritas con la firma autógrafa de Antonia de Jesús y la copia de la carta del general.2 Si no llegó a ver la luz en vida de la biografiada y aún muchos años después, pudiera deberse, como en el caso de Hipólita de Jesús  a la actitud más recelosa y precavida frente a la mística que se había extendido en círculos eclesiásticos en las primeras décadas del siglo XVII, por temor a caer en alumbradismo,  pero tampoco cabe ignorar, en cuanto a su valor literario, la confesión de la propia Ana de San Agustín y su reconocimiento de que había recibido el mandato sujeto al voto de obediencia de referir sus visiones a la hermana Antonia de Jesús, «para que lo pusiese en metro porque no tenía yo habilidad para hacerlo».     Alejado de la retórica barroca, su estilo cercano a la oralidad, resulta así coloquial y directo, apoyándose en comparaciones y ejemplos tomados de la realidad inmediata para describir lo inefable de la experiencia mística cuando no encuentra palabras para hacerlo". (Wikipedia).

    En Villanueva de la Jara se encuentra el Centro de Interpretación de las Moradas de Santa Teresa de Jesús, instalado por la artista hispano mexicana Ana Queral.


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