domingo, 14 de noviembre de 2021

Charo Mirat y Pancho Ortuño, 30 años de arte y restauración artística en La Casona de Trujillo


Charo Mirat junto al busto de su madre y la copia del "Cordero místico"

Charo Mirat



Julia Sáez-Angulo

13/11/21.- Madrid.- Hace 30 años adquirieron La Casona en Trujillo, un espléndido edificio entre palaciego y conventual casi en ruinas, que paulatinamente fueron restaurando hasta darle una habitabilidad perfecta para albergar su vivienda y sobre todo sus respectivos estudios donde su pintura, con un claro guiño al Barroco, reluce en una constante investigación. 

    Dejaron Madrid, cuando comenzaron a sentir que el arte que se hacía en aquellos 80, estaba derivando a una situación insostenible de búsqueda de lo llamativo, casi el escándalo, aparcando la idea misma del arte. El punto de inflexión se produjo cuando Paloma Chamorro que dirigía el popular programa "La Edad de Oro" de TVE en la cadena 2, propuso que se pintara en uno de sus programas para el espectador. Directo y llamativo...

    "Se acabó el circo. Vámonos", pensó Pancho Ortuño, que había expuesto en la galería Juana Mordó,  no se entendió con su sucesores por falta de rigor y seriedad en los pacta sunt servanda

    Después todo vino rodado, el entusiasmo por la restauración de la inmensa casona con vistas a la redonda de los tejados y linea del cielo de la preciosa y palaciega ciudad de Trujillo, donde los Pizarro y los Orellana forman el presente y la historia española y americana.

    Pancho Ortuño montó una empresa de restauración de patrimonio histórico artístico, que acaban de vender, pero lo decisivo fue que Charo Mirat y Pancho Ortuño volvieron a la pintura de verdad, a la que querían hacer y siguieron su código de honestidad, acercándose al Barroco e indagaron su verdadera técnica que logra efectos pictóricos únicos, muy distintos de los que se logran con la pintura de hoy día.

    Paisajes, bodegones, retratos actuales e históricos, flores y floreros... Charo Castrillo Mirat (Madrid, 1950) regresó a su Salamanca donde había estudiado Arte, para hacer cursos de escultura y se permitió disfrutar con el arte de la tercera dimensión. El retrato de su madre recibe en el vestíbulo y una observa con asombro el gran parecido con la autora del busto.

    "También me ha gustado volver de vez en cuando al Museo del Prado para hacer copias y atrapar el secreto de la pintura barroca", explica Charo Murat, al tiempo que recorremos la casona y nos asomamos a las ventanas balcones y terraza. Trujillo se entrega de lleno a la mirada. Maravilloso.

    Una gran copia del Cristo de Velázquez, mayor que el original figura hoy en la iglesia de San Martín, por donación generosa de Charo Mirat. Una copia del "Cordero místico" de Zurbarán, reluce entre los propios cuadros de Charo.

    Mirat hace una pintura serena y silenciosa, en calma. Contagia. Su reciente exposición tuvo lugar en 2019 en Cáceres, poco antes de la pandemia.

    Pintan con frecuencia el paisaje circundante de Trujillo, en especial la montaña de Santa Cruz (como Van Gohg la montaña de Sainte Victoire en la Provenza), donde la leyenda dice que está enterrado Viriato. Una montaña en pico que reslata en medio de las lomas del valle.

    De la gran Casona, han detraído una parte para un gran apartamento rural de cinco camas, muy bien decorado. Un apartamento que alquilan a visitantes a Trujillo por medio de bnb.

    Charo confiesa que ella se encierra a pintar en la Casona, sale y se relaciona muy poco. Su mundo está en el interior, donde duermen y reviven los muebles y bibelots de la abuela.

Más información

https://lamiradaactual.blogspot.com/2017/05/charo-mirat-la-pintura-y-el-silencio.html

Pintura de Charo Mirat

Trujillo

Alberca de Trujillo (Cáceres)

Julia Sáez-Angulo y Patricia Larrea en Trujillo 

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