domingo, 2 de julio de 2023

Crónicas veraniegas I. CARMEN LASTRA. De tertulias, coros, canciones, poemas, cab, sangría blanca, gentrificación y amigos

Mesa y tertulia en Aravaca-Moncloa



Julia Sáez-Angulo

Fotos: Adriana Zapisek y Ana Vivas

3/7/23.- Madrid.- La pregunta quedó en el aire: ¿habrá más coros que tertulias en Madrid? Ciertamente, en la capital de España abundan las tertulias y los coros, a juzgar por lo que se ve, se oye y se comentaba en casa de la pintora Carmen Lastra, en medio de una merienda/cena, ¡cómo no! en la que se hablaba de lo divino y lo humano, sin solución de continuidad. 

El evento social tuvo lugar en Aravaca, ese barrio extremo residencial de Madrid, camino ya de la sierra, unido en distrito a Moncloa. La anfitriona nos recibió con variedad de quesos, jamón, regañás y cab de frutas, que Ángel se apresuró a calificarlo también de sangría blanca, más veraniega que la de vino tinto.

Ana Vivas, Rafa Trías Alberdi, Piluca Lastra y Ángel Barbero llegaban, después de cantar en el célebre coro Matritum Cantat, para una boda en la ermita de la Virgen del Buen Camino -Cofradía de Carmen-, en Aravaca, muy reconstruida después de su destrozo en la Guerra Civil del 36. Allí vieron a Cuchi de Osma, le sacaron foto, elegante invitada a la ceremonia nupcial. Fundado el coro en 2003, y dirigido por Javier Blanco, sus intervenciones son de las más cotizadas en foros sacros y profanos. Quienes lo conocen bien, dicen de su director que es capaz de detectar quién es, en el más mínimo desfallecimiento de voz en un coro de 300 voces. “Todos lo admiramos y tememos al mismo tiempo, por eso nos estudiamos a fondo las partituras antes de acudir a los ensayos”, confiesa uno de sus seguidores a los que no hablamos y bebemos mientras escuchamos.

        Los coros acaban envidiando al rosario de la aurora, donde cada uno canta por su lado, comentaba uno a la para que lo imitaba.

“Cuidado con el cab (en mi colegio lo llamábamos así, pero cuando no llevaba alcohol), porque entra con facilidad, pero se sube pronto a la cabeza”, nos advierte Carmen Lastra, al tiempo que nos llena los vasos. Ana y yo fuimos notando sus efectos, a medida que, sin perder la razón, notábamos una risa floja, que se traducía en hilaridad, sin chiste alguno por medio, ante el asombro de los asistentes. Doy fe de que Carmen, Mario y Rafa no bebieron una gota, porque tenían que conducir, y esto vino en favor de los beodos.

Canciones napolitanas y recital argentino

Dado que estábamos entre cantantes o cantores, pedimos que se arrancaran de modo individual con alguna pieza y Ángel lo hizo por napolitanas en italiano, a las que acompañó la pintora Adriana Zapisek, pues le salió de pronto su segundo apellido “di Benedetto” y su buen italiano como lengua materna. Carmen Valero, experta en el repertorio de Rita Pavone, no se lanzó como intérprete, si bien acompañó las canciones y romanzas, que Ángel lanzaba al aire, porque conocían bien la letra.

    Pedimos a los argentinos Mario Saslovsky y Adriana, que cantaran alguna milonga o tango argentino, pero Mario optó, como buen rapsoda, a recitar intensos poemas de sus compatriotas Rafael Obligado sobre el payador Santos Vega y de José Hernández, autor de “El gaucho Martín Fierro”, poemas que aplaudimos con fervor. Seguidamente Mario, buen narrador porteño, contó la anécdota de la presencia de la cantante Mercedes Sosa, oronda y prima donna, rodeada de sobrinos, cuando fueron a un asado en su finca bonaerense. Mario es maestro en preparar los asados y enseña a los españoles a hacerlos como Dios manda. Se desespera cuando el estado del horno no es como a él le gustaría, pero acaba encontrando el resultado sabroso.

Rafa, educado y cortés, hablaba poco, circunstancia que yo aproveché para utilizar su turno de participación en la tertulia.

    Entre cantos y conversaciones se sucedían los suculentos platos de ensaladas y carnes. Impertinente o poco finos, los invitados protestamos ante los platos grandes como mesas, y la anfitriona se apresuró a sacar medianos, más manejables, para darnos gusto. Carmen Valero, solícita, nos fue sirviendo a todos, sin tomar nota de los que repetían. Carmen Lastra supervisaba todo, para que no faltara de nada.

    Llegó el postre: picotas en palillos/ bandera, sobre hielo y melón cortado, amén de una tarta de moka.

    Como en toda buena tertulia o reunión que se precie, se habló de lo divino y lo humano, como he apuntado. Así llegamos a la regeneración de los barrios capitalinos degradados, casi siempre por la presencia de los artistas que los regeneran en estética, es lo que se conoce como la gentrificación de en las ciudades. Alguno desconocía la palabra, y alguna, siempre pedante, la explicó junto a la RAE, como “proceso de renovación de una zona urbana, generalmente popular o deteriorada, que implica el desplazamiento progresivo de su población original de marginados, por parte de otra de un mayor poder cultural o adquisitivo”.

    No hay mejor ocio que una buena reunión de amigos. Es el rato más grato de la vida, unido al ágape y un buen anfitrión o anfitriona. Este fue el caso, en casa de Carmen Lastra. Echamos de menos a Guía Boix, que no pudo venir y a Juan JiménezLinda de Sousa, esta excusó su asistencia por cansancio en pleno post-operatorio, pero nos tranquilizamos al saber, que ella tiene siempre “una mala salud de hierro”.

“Estoy feliz, porque he estado justo con los amigos con los que yo quiero estar”, nos dijo Carmen Lastra de despedida.



4 comentarios:

  1. Merienda-cena con la creme de la creme que rebosa "arte y cultura" por todos sus poros.En una exclusiva villa a medio camino entre Madrid y la sierra,una apacible y glamourosa forma de vida ,propia de artistas e intelectuales.El verano comienza y hay que disfrutarlo así,al más puro estilo"Dolce vita"
    Me encanta el reportaje y sus fotos de película.
    Feliz Verano.

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  2. el coro , un extraordinario conjunto de voces privilegiadas , resultó un regalo para los oídos delicioso .CUCHI DE OSMA

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  3. Que bien te lo pasas Julia y compañia. Viva el verano y la amistad. U. Abrazo. Antonieta García de León

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  4. Disfruten, queridos amigos, de tan buenas tertulias, al modo horaciano, porque unen el buen comer y el buen beber... y el espíritu humanístico. Es también grato para mí saber que nuestro tango y nuestras tradiciones gauchas tienen allí un lugar. Nuevos saludos,
    Raúl
    Es París ciudad de tango
    y lo es también Nueva York:
    pero que es también Madrid,
    eso lo aseguro hoy.

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