María Dolores Gallardo, profesora de la Latín en la U. Complutense. (Nocturno en la c/ Martínez Campos. Madrid).
Lola Gallardo, en el salón de su casa
Fotos: J.S.A.
21/12/25.- Madrid.- Lola Gallardo y yo, antiguas amigas, quedamos ayer, 21 de diciembre, para vernos en una comida, celebración de Navidad, en su casa. No lo hicimos por aquello del solsticio de invierno, porque ambas felicitamos y celebramos siempre la ¡Feliz Navidad! Eso no obstaba para recordar que pronto la profesora de Latín en la Universidad Complutense, María Dolores Gallardo (ella misma, Lola para los amigos) publicará su libro titulado “Dioses y héroes romanos”. Anteriomente, Lola publicó un amplio y completo “Manual de Mitología Clásica” (1995) en 486 páginas.
María Dolores Gallardo, como buena profesora, se apresura a explicarme que “las deidades romanas e itálicas en general, no tienen mitología sino religión”. Su próximo libro “Dioses y héroes romanos”, que serán dos tomos, 400 páginas, “en la primera parte, capítulo V. 1" Divinidades individualizadas" está, entre otras, “mi estudio de Angerona. Y como ella es muy precisa y teme mis interpolaciones, se apresura a ofrecerme un breve resumen que dice así:
“En vieja Religión de la época republicana (es la decir anterior al emperador Augusto) existió a los pies del monte Palatino una capilla dedicada a la diosa Volupia (olvidada diosa de época republicana.
Se sabe que en esa capilla hubo una estatua que representaba a una mujer con la boca tapada por una especie de vendaje, llevaba un dedo sobre los labios, como pidiendo silencio.
Se supone esa imagen representaba a la diosa Angerona, divinidad muy antigua de la que no se conservó rastro ni imagen alguna. Como ocurrió con tantas otras divinidades romanas o itálicas.
La festividad de Angerona era el 21 de diciembre, día del solsticio de invierno.
Sobre Angerona hay diferentes hipótesis, la más habitual es la expuesta por G. Dumezil: la vieja Religión de la época republicana de Roma tenía una diosa para proteger al hombre de la angustia que provocaba en el ser humano la progresiva disminucion de la luz solar en los días más cortos del año, los angusti dies.
Dumezil relacionaba a Angerona con otras divinidades de mitos escandinavos y védicos.
Naturalmente hay otras hipótesis muy distintas sobre Angerona, como sucede en tantas otras divinidades de la época republicana que desaparecieron”.
Casualmente ayer, 21 de diciembre, era festividad de la diosa Angerona, pero lo nuestro, de Lola y mío, fue festejar la feliz Navidad. Para corroborarlo, fuimos a ver el belén, casi tamaño natural, en la cercana basílica de la Milagrosa, ya centenaria, a cuya comunidad de religiosas, Lola está muy agradecida.