domingo, 10 de enero de 2010

Miguel Soler, el inconformista diplomático, expone en el Museo de Huelva


Miguel Soler
Museo de Huelva
Del 13 al 31 de enero

J.S.A.

El artista Miguel Soler expone en el Museo de Huelva una muestra titulada : "Todos callan menos...". La exposición que se inaugura el 13 de enero permanecerá abierta hasta el 31 de enero.
Javier Diaz-Guardiola ha escrito sobre el artista:

A) Un emisor, un receptor, un mensaje. La cadena parece sencilla: alguien debe decirle algo a otro alguien y se lo hace llegar. Pero la situación se complica cuando una distancia insalvable se instala entre uno y otro extremo de este circuito. Entonces entra en juego el medio. A día de hoy, este medio suele ser una compleja tecnología con intereses políticos y económicos en juego. En el siglo pasado, Marshall MacLuhan adquirió gran notoriedad con sus doctrinas sobre la Aldea Global y alertando sobre cómo esa correa de transmisión termina por influir en el contenido del mensaje.

B) Un emisor, un mensaje, millones de receptores. La información se convierte entonces en un suculento negocio del que todo el mundo quiere sacar tajada.

C) Finales del siglo XX en el mundo globalizado: cientos de emisores, un mensaje, millones de receptores. La multiplicación de medios de comunicación (prensa, radio, televisión, Internet...) no garantiza la correcta información del receptor que, sin embargo, acepta su condición de manipulado, pero no puede hacer nada por impedirlo. Se impone la anestesia en los pensamientos.

D) Primera década del siglo XXI: Proliferan las redes sociales, lo que se ha venido en llamar la Red 2.0. Los receptores toman el mando (al menos eso es lo que creen) y comienzan a crear sus propios contenidos, algunos tan superfluos como los de los grandes medios. El resultado: millones de emisores, millones de mensajes, millones de receptores potenciales... Nadie dijo que decir la verdad fuera fácil, que comunicarse fuera sencillo.
Analizar los excesos de un sistema

Miguel Soler nos abre los ojos. Es necesario que nos lo hagan una vez más. Demasiado leed parpadeante ha terminado por confundirnos. Las voces llegan desde todos los flancos y no sabemos hacia dónde girar la cabeza. Nos dejamos llevar más por los brillos y la purpurina que nos prometen determinados mensajes desde los medios que por el contenido acrítico de los mismos. Me siento un cazador cazado. Yo, periodista, teniendo que dar la razón a este artista, cuya labor en buena medida se ha basado en analizar los excesos de un sistema en el que los sistemas comunicativos en los que me inserto y de los que formo parte activa se han ocupado más de controlar a la masa y hacerle el favor a los poderes fáticos que en seguir la misión que les es propia. Su exposición "Todos callan, menos...", en el Museo de Huelva, pone el dedo en la llaga.

Efectivamente, es preciso que todos callen; que nadie diga una palabra más alta que la que marca el mainstream informativo; que cada uno de nosotros asuma que su palabra no tiene sentido, porque no es la del que manda; que todos deben permanecer en silencio... Menos los medios de masas. El show -bussiness, podemos añadir- debe continuar. No entretengan a la corista. He aquí las claves de la propuesta del andaluz. Eso sí: de primera mano. No vaya a ser que sobre mí, periodista, caiga también la guadaña de la manipulación,

Empecemos poniendo las cartas sobre la mesa. En esta cita para el Museo de Huelva te muestras especialmente escéptico y crítico con los medios de comunicación y el entramado político. Siendo yo como soy periodista, ¿por qué crees que soy la persona más indicada para dar a conocer los contenidos de la exposición y marcar las pautas de tu trabajo a través de esta conversación? He optado por elegirte a ti, además de por otros factores, por una cuestión de ética profesional. A un crítico de arte contemporáneo, en teoría, no se le debe cuestionar su partidismo en cualquier texto o crítica que escriba; a un periodista en su trabajo, sí. Por ello, al ser periodista y ejercer como tal en esta entrevista, tu pluralidad va a terminar cuestionando tanto al sistema como a mi propia obra.

Aunque parezca increíble, los textos de mis exposiciones que más ponían en duda la imparcialidad de los medios de comunicación, como "Cuando el mensajero mata", son los que más difusión han tenido en estos mismos. Esto es algo que resulta paradójico, pero, al mismo tiempo, aporta un hecho claro: que son los propios medios los primeros que asumen su imparcialidad.

El título de la muestra es rotundo, como muchos de los tuyos anteriores. ¿Por qué "Todos callan, menos..." y cómo se despliega en la exposición? "Todos callan, menos..." la propia exposición. Las diferentes piezas que aquí reúno intentan aportar al espectador una reflexión, un cuestionamiento de nuestros propios principios para crear un posicionamiento crítico lo más correcto posible, sin influencias mediáticas. Ni yo, ni nadie estamos desposeídos de ideología, y quien niegue lo contrario, está mintiendo. Lo que trato de expresar con esta muestra es cómo, en esta época en la que nos ha tocado vivir, los posicionamientos extremos son irracionales; que puede y debe existir una paleta muy variada de colores. Que no todo es de un tono o de otro.

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