Enrique el Navegante
Joan Oliver i Torrents
En mí artículo anterior, publicado en LA MIRADA ACTUAL, 23-6-2010, indicaba, “La Escuela de Sagres, enigma que deberíamos estudiar y clarificar, y Portugal, fueron imprescindibles para los descubrimientos… La Escuela de Sagres y posteriormente la Escuela de Navegación Portuguesa tienen mucha ascendencia mallorquina….”
Trasladémonos, por un instante, al final de la Segunda Guerra Mundial. Las dos grandes potencias, EEUU y Rusia, quieren dominar el mundo bélico, nuclear y planetario. Para conseguirlo buscan a los mejores científicos e ingenieros en armamento, en navegación aérea, en química, en energía nuclear, en matemáticas, en astronomía, etc. La mayoría son contratados en Alemania, al ser ésta la nación con mayores conocimientos en estas ciencias.
El resultado de aquel esfuerzo económico y científico, lo disfrutamos hoy: Naves que llegan a la Luna, que nos informan de Marte, de Júpiter, satélites que ayudan a predecir el tiempo o posibilitan las comunicaciones actuales. Son algunos de los beneficios que aportan. Programación e inversión, igual a resultados.
Visto este ejemplo reciente, situémonos a principios del siglo XV.
En el reinado de Joâo I (1385-1433), el “Infante Dom Henrique el Navegante”
(1394-1460) quiso hacer de Portugal la primera potencia marítima, dadas las necesidades que tenía su país:
1. Portugal había acabado su reconquista siendo la primera nación europea que tenia delimitada su frontera.
2. Su expansión peninsular no era posible, pues ésta debería producirse a costa de Castilla y el Tratado de Alcañices, firmado por Dionisio I de Portugal y Fernando IV de Castilla, la impedía.
3. Tiene necesidad de trigo.
4. Precisa tierras nuevas para el cultivo de la caña de azúcar.
5. Gran demanda de esclavos para trabajar en los molinos de azúcar del Algarve.
6. La sociedad europea demanda especias orientales, oro y plata.
7. El avance turco bloquea las rutas mediterráneas y hay que buscar nuevos itinerarios.
El Atlántico era diferente
Anteriormente la navegación se había desarrollado en el Mediterráneo. El Atlántico era diferente y poco conocido. Se necesitaban nuevos datos científicos - información cartográfica, naval, meteorológica, geográfica, etc.- naves apropiadas con instrumentos idóneos para navegar en el nuevo mar, y, sobre todo, marinos preparados para surcar el Océano.
Para dar solución a estos problemas y hacer de Portugal la primera potencia marítima, el Infante don Enrique, fundó La Escuela de Sagres, donde se formaron los grandes navegantes portugueses que engrandecieron el mundo conocido.
El Infante don Enrique era el gobernador de la Orden de Cristo, heredera de la Orden del Temple, y disponía de su enorme capital. Empieza a construir la “Ciudad do Infante”, en 1416, a 5 kms. del Cabo de San Vicente y a 30 del puerto de Lagos.
Pronto se convierte en centro tecnológico de la navegación, de la cartografía y observatorio geográfico y naval.
Para organizar, dirigir y llevar a buen fin, este proyecto, contrato, con mucho esfuerzo y gran recompensa económica, a “mestre Jacome de Malhorca”
Según Duarte Pacheco, “el Navegante mandou à ilha de Malhorca por un mestre Jacome, mestre de cartas de marear, na qual ilha primeiramente se fezeram as dictas cartas, e com muitas dadivas e mercês ho ouve nestos reynos, ho qual as ensinou a fazer aquellas de que os que em nosso tempo vivem aprenderam”.
El Infante don Enrique buscó, a su organizador y director, en el “centro del conocimiento cartográfico y náutico” del siglo XIV y XV, que era Mallorca, con su famosa Escuela de Cartografía. Por ello no es aventurado afirmar que, la Escuela de Sagres, posteriormente transformada en Escuela de Navegación Portuguesa, es hija científica de la Escuela de Cartografía Mallorquina.
Cartógrafos mallorquines
“Mestre Jacome de Malhorca” reunió, en Sagres, a cartógrafos mallorquines, a sabios astrónomos, a navegantes, a matemáticos, a constructores navales y toda clase de hombres preparados en cuestiones náuticas, para poner las bases que posibilitaran el conocimiento de las costas africanas y los descubrimientos posteriores.
Así pues, los inicios de la cartografía portuguesa, también, son mallorquines.
Los avances científicos portugueses se vislumbran ya en 1426, cuando descubren y estudian las corrientes de Canarias y adoptan la carabela como el navío más adecuado para sus expediciones. Es dato contrastado que los navegantes mallorquines llegaron a las Islas Canarias el año 1342, siendo “Rei de Mallorques” Jaime III (1315-1349). Como también lo es que los tres primeros obispos, de la primera diócesis canaria, la “Diócesis Teldencis”–Diócesis de Telde-, fueron mallorquines.
La calidad científica de ”mestre Jacome de Mallorca”, es reconocida y sumamente valorada. Baste anotar lo escrito por Alfredo Marques Pinheiro; “... e do carácter inovador em termos geográficos, desta escola do Infante (a que, pessoalmente, preferiríamos talvez chamar escola de Jaime de Maiorca ...)”, que nos expresa su sentir más íntimo, ante la importancia de la aportación de “ Jaime de Maiorca”, prefiriendo el nombre de “escuela de Jaime de Mallorca”, al dado, por muchos historiadores, de “escuela del Infante” a la de Sagres.
Hasta hace pocos años se creía que “mestre Jacome de Mallorca” y Jafudà Cresques eran la misma persona. Así está descrito en infinidad de libros y trabajos. D. Jaume Riera, investigando en el Archivo de la Corona de Aragón, ha podido comprobar que Jafudà Cresques había fallecido en 1410. Ello hace imposible, que en 1416 pudiera ser contratado por el Infante e ir a Sagres. El Sr. Riera ha demostrado que “mestre Jacome de Mallorca” no es la misma persona que Jafudà Cresques o Jaume Ribes.
Ello no obstante, la identidad de “mestre Jacome de Mallorca”, precisa investigarse.
Otra referencia a Sagres y al interés de Cristóbal Colón en ir a continuar su formación, junto con la influencia mallorquina, en ésta Escuela, lo tenemos en lo escrito por D. Miguel Massuti Alzamora, “... Jafudà Cresques o Jaume Ribes era el mestre mallorquí que explicava a l´escola de Sagres l’art de navegar i del qual rebé les ensenyances Colom, el descobridor d’Amèrica. El primer que el va identificar encertadament fou l´historiador mallorquí Gabriel Llabrés i així ho fa constar Reparaz en el seu estudi en portuguès sobre <>. L’art de navegar, en el qual es perfeccionà Colom a l’acadèmia de Portugal, no devia esser altre que la Ciència Lul.liana...”. Fijémonos en que Cristóbal Colón perfeccionó su arte de navegar en la escuela de Sagres, y la ascendencia luliana de la misma.
Lo anterior nos confirma el por qué de la llegada del nauta a Portugal y que lo hizo en instituciones de influencia científica mallorquina.
Decía en mí anterior artículo: “Cristóbal Colón fue a Portugal, “voluntariamente”, en busca de la información que le podían proporcionar La Escuela de Sagres, La Escuela de Navegación Portuguesa y los marinos portugueses, surcando el Océano Atlántico”.
No fue un hecho fortuito, como indican muchos historiadores. Fue un acto voluntario y buscado de propósito.
Los movimientos dados por el Almirante, los habían dado, anteriormente, otros mallorquines. El Almirante los dio sólo, acompañado de franciscanos, de genoveses y conversos con casa y negocios en Mallorca, pero siempre siguiendo la estela de otros mallorquines.
Si a la “evidencia constatada” de que el idioma materno del nauta, era el catalán, vamos añadiendo “evidencias científicas e históricas” que demuestran que sus andaduras fueron precedidas por científicos mallorquines, formaremos un nuevo puzzle, que nos acercara, cada día más, a la verdadera patria chica del Descubridor, que no es italiana y si la mallorquina.