martes, 29 de marzo de 2011
“Arte y Eficiencia”. El sector de la cultura visto desde la empresa
Arte y Eficiencia
El sector de la cultura visto desde la empresa
Beatriz-Muñoz-Seca y Joseph Riverosa (Editores)
Editorial EUNSA
Pamplona, 2011
Julia Sáez-Angulo
Ocho profesores de una escuela de negocios IESE Business School se ha unido para escribir “Arte y Eficiencia. El sector de la cultura visto desde la empresa” sobre la gestión de instituciones culturales. Como colaboradores figuran: Santiago Álvarez de Mon; Adriá Caldart, Francisco Iniesta, Alejandro Lago, Elvira Marco, Philip G. Moscoso, Beatriz Muñoz Seca, Joseph Riverola y Antoni Subirà.
La cultura se hace cada vez más importante dentro del Producto Interior Bruto y el ministerio de Cultura ha llegado a crear una dirección general de Industrias Culturales, que atiende a productos y actividades que conllevan la transmisión de la cultura. Se estima que el valor total de la insdustrias culturales reprsenta alrededor del 7% del PIB mundial (Hinojosa, 2007)
La empresa con frecuencia no está ajena a la cultura, bien como patrocinadora altruista o como maniobra de acercamiento al poder a través de esponsorizar actividades que mejor lo permitan en instituciones de cabecera del Estado. Convienen no ser ingenuos en este campo.
Los editores del libro que nos ocupa comienzan por clasificar en cinco áreas las disciplinas culturales: artes visuales; escénicas, audiovisuales, gráficas y aplicadas. “Sólo algunas actividades como el cine, la televisión o la visita a monumentos históricos forman parte de la cultura de masas”.
“Arte y Eficiencia. El sector de la cultura visto desde la empresa” aborda instituciones de prestigio en el campo de la cultura comola Fundación Solomon R. Guggenheim; el Museo del Prado; el Gran Teatre del Liceu; la Tate Gallery; el Museo de la Cassette; Fundación La Caixa; Teatro Lírico Real...
También se abordan personas en el sector como Javier López-Gil Antoñanzas, amante del arte; Jesús López Cobos, en la dirección de artistas; Valentín Fuster, director e investigador... En suma se trata de gestionar el talento, al tiempo que se destaca la comercialización de las artes como factor imprescindible para cualquier institución cultural.
Quince retos para el sector cultural
Al fina el libro concluye con quince retos para el sector cultural: “Las instituciones culturales se enfrentan a una competencia intensa de los proveedores de bienes y servicios sustitutivos; las instituciones culturales están sometidas a presiones crecientes para estar más orientadas al mercado; las instituciones culturales deben definir segmentos de clientes y priorizarlos, desarrollando propuestas de valor diferenciadas para cada segmento.
El campo de las artes y de la cultura debe aceptar la tendencia general hacia una mayor interacción con los clientes y su participación en la prestación de servicios”; Las instituciones culturales no ofrecen nada a los clientes sofisticados; El proceso de prestación del servicio debe diseñarse con esmero; Las instituciones culturales deben descubrir aplicaciones nuevas e imaginativas para sus capacidades existentes”.
“Es necesario combinar arte y eficiencia; Debe redefinirse el papel de la tecnología; La tecnología puede implicar el alcance del servicio; El genio debe trabajar por el equipo; Las técnicas y prácticas del sector puramente financiero no son aplicables a las instituciones culturales; Las finanzas corporativas sólo son aplicables a las empresas culturales con ánimo de lucro, y Existe una necesidad urgente de un enfoque lógico basado en la evidencia”.
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