“Peregrinaje”
Clara Janés
Editorial Salto de Página
Madrid, (90 pags.)
Clara janés
Julia Sáez-Angulo
16.11.2020 .- Madrid .- Después de leer el soberbio ensayo “Ética y estética del Mediterráneo” escrito por Clara Janés en la “Revista de Occidente” del pasado julio-agosto, llega a mis manos su poemario “Peregrinaje” en el que la autora hace un recorrido de la vida con sus avatares de tiempo, espacio y encuentros personales.
Clara Janés (Barcelona, 1940) es una de las poetas más conspicuas de nuestro panorama lírico español. “Peregrinaje” sigue en línea con sus anteriores títulos “Rosas de fuego”, “Arcángel de sombra”, “Los secretos del bosque” o “Río hacia la nada”.
Las reflexiones de la autora se hacen tan clarividentes e intensas que destila filosofía, en el sentido de cuestionarse sobre los porqués de la vida y su razón última, un tanto melancólica o desesperanzada. “Luego/ nos espera un lecho/ de colinas/ y el despertar de la niebla/ a las formas indecisas”.
Viaje de Holan a Italia
“El punto de partida de este libro –dice Janés- es un peregrinaje donde Holan sitúa su obra “Toskana”. En ella el poeta se dispone a acudir a una cita con una hermosa mujer, que sucesivamente se excusa y cambia el ligar del encuentro, así de Volterra a San Giminiano, a Siena a Florencia”.
Verso corto y canoro con frecuencia, siempre armonía y ritmo, siempre sugerencia profunda más allá de las palabras a las que lleva al límite de significados. Janés se deja invadir por la moción y el pensamiento que le sugieren las cosas. Una mujer que sabe apreciar y valorar los encuentros y la amistad con los personajes de la cultura.
Vladimir Holan (Praga, 1905 – 1980) es el poeta checo admirado por Clara y Janés, con el que sostuvo una hermosa relación de amistad literaria. El poeta viajó a Italia en 1929, después apenas salió de su país y de su casa en señal de resistencia a la situación social y política de Checoslovaquia.
“Peregrinaje” incluye también al final del libro un texto de Gaetano Chiappini, titulado “La belleza del misterio: voz y silencio”, que abre diciendo: El “silencio” es mirada como perspectiva de camino entre dolor y llamas de muerte en la mínima luz que la belleza proyecta (y en la que es proyectada), encaminando al peregrino a una procesión-viaje bautismal un viaje de purificación y de búsqueda…”.
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