viernes, 9 de diciembre de 2011

Joseph Ratzinger/ Benedicto XVI, autor del libro “La bendición de la Navidad”


"La bendición de la Navidad”

Joseph Ratzinger/ Benedicto XVI

Traducción de Roberto H. Bernet

Editorial Herder

Barcelona, 2011 (126 pags)


Julia Sáez-Angulo


Dos libros del teólogo Joseph Ratzinger, hoy papa Benedicto XVI, se funden en un solo opúsculo, “La bendición de la Navidad”, por la complementariedad de su contenido. Se trata de un pequeño libro con las enseñanzas sobre el Adviento y la Navidad. Una mirada interior a la sorpresa y el misterio de que Dios se encarne en hombre.

Un bello librito en pasta dura, con la Anunciación de Fray Angélico en portada y otras numerosas ilustraciones en color en el interior, tomadas de célebres cuadros en la Historia del Arte: Jordaens, Rogier van der Weyden, Giotto di Bondone, Mathias Grünewald, Vittore Carpaccio, Martin Schogaguer y otros.

“Apareció la bondad de Dios nuestro Salvador y su amor a los hombres” recoge el versículo bíblico en el prólogo del libro primero. “Si la Pascua representa desde la perspectiva teológica el centro del año litúrgico, Navidad es la fiesta más humana de lafe, puesto que nos hace sentir de la manera más profunda la humanidad de Dios”, dice el prólogo del segundo libro en el opúsculo actual.

El libro de Herder acoge capítulos como: Una conversación de Adviento con enfermos”; “La genealogía de Jesús”; “El árbol de la vida”; “El buey y el asno en el pesebre”; La Nueva Estrella; la luz brilla en la tinieblas; “Y la palabra se hizo carne”.

Ratzinguer habla del nuevo comienzo de la humanidad por el sí de María, “prefigurado y dado de antemano en lo que una y otra vez se convirtió en Israel en un comienzo eficaz: la fe de las madres, la fe de los extranjeros” (referido a los Reyes Magos).

También aborda el tema de la Navidad de San Francisco de Asís, el santo que divulgó la catequesis de los “belenes” por el sur de Europa, recordando la celebración nocturna de los “pesebres” o “nacimientos”.

“Lo que motivaba a Francisco de Asís era el anhelo de cercanía, de realidad, el deseo de tener una vivencia muy presente de Belén, de experimentar de forma inmediata la alegría del nacimiento del Niño Jesús y de comunicar esa alegría a todos sus amigos”, escribía el Papa siendo cardenal.

“Somos demasiado soberbios para ver a Dios. Nos pasa como a Herodes” (…) “Nosotros vimos su gloria”, una mirada retrospectiva del discípulo, que afirma lo que sucedió en el encuentro con Jesús, explica el autor de “La bendición de la Navidad”.


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