jueves, 6 de septiembre de 2012




Jean Echenoz, brillante narrador francés en “Relámpagos” con un protagonista genial




Julia Sáez-Angulo

         Un narrador brillante, Jean Echenoz (Orange, 1947), y el  protagonista del libro “Relámpagos” original, genial, Gregor, ambos atrapan al lector en una sucesión de historias y aventuras de un personaje singular, inteligente, extravagante, capaz de todas las invenciones y con una trayectoria compleja debido a su carácter.

         El libro “Relámpagos” ha sido traducido de manera excelente por Javier Albiñana y publicado por la editorial Anagrama en la colección Panorama de narrativas.

El autor, Jean Echenoz es uno de los escritores más cotizados en Francia y en Europa, que tiene en su haber once novelas, todas ellas publicadas por Anagrama. Autor galardonado, Echenoz ha obtenido los premios Médicis, Goncourt, European Literary Prize y otros.

Basada de modo libre en la vida, trabajo y avatares del ingeniero Nikola Tesla (1856 – 1943), “Relámpagos”  es una secuencia de historias desternillantes y melancólicas, una sucesión de relatos que conforman una novela o una novela distribuida en una suma de relatos.

Una narración que habla de aspiraciones, logros y picarescas, de la condición humana en definitiva, con todos sus recovecos para ganar con avaricia o con la ingenuidad del otro. Humor, ironía y parodia para describir a los hombres de hoy la sociedad en que se mueven. Descripciones precisas y sorprendentes como la de las obras de Brooklin en las que trabaja Gregor. Un Nueva York del pasado, que el autor sabe pintar con gracia.

Gregor, un europeo del este que viaja y avanza buscando sus logros, con gran inteligencia técnica y matemática pero no emocional. Un obseso con ciertas manías o paranoias, pero un tipo normal que experimente el ganar y el perder de la vida. Personajes reales como Edison, Westinghouse y otros salìcan la narración donde Gregor se mueve.

“Relámpagos” es literatura en estado puro, una fábula que entretiene y enseña, que ensalza y lamenta con elegancia, que asume algunos acentos oníricos como en la vida misma. Gregor es un personaje inolvidable y una hubiera deseado que tuviera un nombre más singular para definirse, porque traía a la memoria el kafkiano nombre de Gregorio Samsa de la metamorfosis en escarabajo, aunque quizás el autor haya querido igualmente hacer un guiño al autor checo que escribía en alemán.





        




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