Las Flamenkass en un
espectáculo de cabaret flamenco en Casa Patas
Julia Sáez-Angulo
Cantan y bailan flamenco como el que más, pero también actúan,
interpretan y transmiten su arte con gracia, salero y hazmerreír, con amor y
humor en un espectáculo chispero, pícaro y gracioso de cabaret que despierta la sonrisa y
el aplauso en el escenario del Café Cantante de Casa Patas en la castiza calle
de Cañizares.
Todo conlleva un argumento: “La Pimentona sigue de gira con
su troupe. Después de pasear sus artes por un cabaret de Estambul, por un penthouse neoyorquino y por un cuartito
andaluz, las “Flamencas” regresan -del más allá- a la casa que, paso a paso,
quejío a quejío, callo a callo montaron –para más gloria de sus glorias- en un castizo
barrio de Madrid. Y allí las recibe la Polilla, portera, regente y heredera de
la casa que, por mor de la crisis, quiere poner a la venta. Ay. Ay. Aaaay.
Amalia Hornero es la Pimentona; Julia Murillo, Malas Hierbas
y Pepa Chacón, Urraca. Las tres sobre el escenario dan vida a las tres
Flamencas que bailan y suspiran, al tiempo que se quieren, se aborrecen o se
recomponen.
La Pimentona se sienta y cruza las piernas.
-¿Donde has visto una flamenca que cruce las piernas?- le reprocha Malas Hierbas.
Las flamencas se despatarran se abren de piernas, cubierta por las batas de faralaes para hacer de palmeros como Dios manda.
La Pimentona se sienta y cruza las piernas.
-¿Donde has visto una flamenca que cruce las piernas?- le reprocha Malas Hierbas.
Las flamencas se despatarran se abren de piernas, cubierta por las batas de faralaes para hacer de palmeros como Dios manda.
El papel de la Polilla queda reservado a Ludy Ruiz, que
tiene mucho remango y el Toro, al pianista Pablo Rubén Maldonado, gitano de
pura raza y bella estampa que luce su largo rabo bajo el traje negro. La coreografía
es de Joaquín Ruiz. La dirección es de La Hornero y lleva cante, baile,
zapateado, bulerías, palmas, desplante, jaleo… y lunares grandes en las batas
de faralaes, negro sobre rojo, rojo sobre negro.
Da gusto ver a Las Flamenkass actuar en un espacio amplio
como es el escenario del Café Cantante de la Fundación Casa Patas, un lugar de
solera para el Flamenco, después de haber visto su actuación en espacios más
recoletos de otros cafés. Las Flamenkass tienen gancho, garra, gracia y
experiencia.
El local está bien adornado de cuadros y fotografías
alusivas al mundo del cante hondo, al Flamenco en su más puro estilo. La
entrada cuesta doce euros. (Casa Patas. c/ Cañizares, 10, 1º D.)
Julia Sáez y Maldonado
Julia Sáez y Maldonado
Fotos: Juan Jiménez
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