Julia Sáez-Angulo
El
artista búlgaro Kristio Nikolov, afincado en España, expone 18 iconos pintados
sobre piedra en la Fundación Vela Zaneti y está patrocinada por el Ayuntamiento
de la ciudad de Léon. La muestra, que permanecerá abierta hasta finales de
agosto de 2013, fue inaugurada por Juan Pablo García concejal de Cultura de la
citada ciudad castellana.
Imágenes de la Virgen madre de Dios, la
Teotocos, del Cristo o Pantocrator, de los apóstoles de Oriente y Occidente,
respectivamente Pedro y Pablo en un abrazo simbólico, san Jorge… son algunas de
las representaciones que ha llevado el artista búlgaro, artífice paciente de
una iconografía cristiana ancestral que va más allá de la significación
bíblica. La espiritualidad del icono habla de tradición y paz a través de los
siglos.
Algunas de sus piezas son refinadas miniaturas sobre piedras semi preciosas, como las cabezas de los apóstoles Pedro y Pablo.
Con pigmentos naturales como el temple
de huevo –la pintura más resistente al cabo de los siglos-, el pan de oro sobre
ágata, pizarra o granitos, Kristio Nikolov (Plovdiv, Bulgaria, 1959), uno de
los artistas más conspicuos del género, ofrece verdaderas obras de arte que
condensan una espiritualidad suprema.
Bulgaria, junto con Rusia y Grecia constituyen
las tres mejores escuelas de iconos. Sus respectivas capitales albergan grandes
museos de iconos que hablan de una tradición pictórica acendrada, en la que
cada color, forma y alusión tiene un significado concreto y cerrado.
En San Petersburgo se encuentra el
célebre icono de la Santísima Trinidad de gran Andrei Rublov, en la que tres
personajes pintados como espíritus con alas (a la manera de ángeles)
representan a la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Es un icono
cabeza de fila de muchos de los que iban a venir más adelante. Es de esperar
que algún día Nikolov represente esa Trinidad Santa de Rublov.
Para pintar un icono, según la
tradición oriental, el autor
ha
de estar lo más puro posible y para ello ha de hacer oración y ayuno antes de
comenzar a pintar las imágenes sacras. Además ha de permanecer en silencio para
concertar su atención y maestría en lo que pinta.
Kristio Nikolov, que actualmente reside
en la localidad soriana de Ayllón, es uno de los hacedores de iconos más
cotizados. Su anterior exposición tuvo lugar en la iglesia románica de san
Miguel junto a la plaza mayor de Ayllón.
Cuando residía en Madrid, Nikolov
expuso durante varios años en el Rastrillo navideño que ayuda a la institución
Nuevo Futuro, presidido por S.A.R. doña Pilar de Borbón. Fueron numerosos los
personajes de la nobleza y la aristocracia madrileña los que adquirieron sus
obras.
El deseo del artista búlgaro es que
cada persona guarde consigo un icono particular y privado que le acompañe
siempre. Puede ser una representación de Cristo o de Santa María, pero también
del santo del que lleva su nombre.
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