viernes, 4 de octubre de 2013

EL CASTILLO DE LA PRINCESA Y DEL PRINCIPE ALQUIMISTA





M. Dolores Gallardo   López

Recientemente ha aparecido El  Castillo de la princesa  y del príncipe alquimista, último libro de relatos de nuestra amiga Julia Sáez Angulo.

La pluma de Julia, tan hábil, vuelve a deleitarnos con esta nueva serie  de relatos cortos. Sin embargo esta deliciosa  obrita, en mi opinión, es muy diferente a todo lo que anteriormente había escrito. Por otra parte el texto se ofrece en a la vez en  español y en inglés.

 Se trata de un conjunto de relatos breves que  se inician con “Ventana ojival” -dedicado a condesa  Clotilde de Outremont- en el que nos encontramos por vez primera  a  la protagonista de esta obrita, la princesa Lhotilde de Somont.

Sobre el conjunto de los relatos se cierne un soplo de una poética melancolía que  lo invade todo, el mismo título de la obra y el de muchos relatos ya lo indica : “Ventana ojival”, “Nevada”, “Roble”, “Floresta”, “Nubes”, “Azul”, “Otoño”, etc.

 Los breves relatos que componen El  Castillo de la princesa  y del príncipe alquimista son de simplicidad sólo aparente: admiten múltiples  lecturas y dejan la puerta  abierta a la imaginación del lector. De hecho conforman una lectura compleja, que va  más allá  de lo que de lo que aparece escrito.

 Los relatos giran en torno a la vida cotidiana de la princesa Lhotilde de Somont, noble dama que, en  la hermosa campiña alemana, habita  un magnífico castillo que ha resistido el  paso de los siglos   todo tipo de vicisitudes. La princesa vive allí con su esposo, el príncipe alquimista y sus hijos.

 Junto a la princesa  y el microcosmos que la rodea -su esposo,  su doncella Marie, el capellán del castillo (padre Florián), el paje Martín, los sirvientes-  van apareciendo múltiples y abigarrados personajes así como ciudades -Aquisgrán, Roma- y diversos parajes que mezclados, como en un caleidoscopio, componen un pintoresco y delicioso friso.

Cualidad  destacable de estos relatos es la ATEMPORALIDAD, de ahí los  anacronismos que aparentemente se deslizan en ellos.

 La obra ha sido prologada por escritora lusa María Tecla Portela Carreiro. Los dibujos que la ilustran son obra de Juan Jiménez.

 El libro puede adquirirse en papel y en ebook.


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