L.M.A.
01.03.14 .- MADRID .- María
Tecla Portela Carreiro ( (Tomiño, Pontevedra, 1956),
aprendió a leer en verso con los libros en papel biblia
que su padre había regalado a su madre cuando eran novios. Quizás por eso tiene
pasión por el libro no sólo como contenido sino también como continente. Le
gustaban las matemáticas y las ciencias, pero el lenguaje y los conocimientos
humanísticos formaron su propia estructura desde siempre. Como también siempre
se nutrió de la cultura popular: las costumbres, el refranero, la cocina
tradicional y todo tipo de labores relacionadas con la vida doméstica. Al mismo
tiempo, leía a los clásicos españoles y portugueses, aunque no sólo.
Nació en Galicia y
creció al lado de la frontera, lo que le dio una visión de contraste que le
gusta resaltar. Dice que fue educada con fuertes referencias y una enorme
coherencia, y lo reconoce como una de las grandes suertes que le cupo recibir.
Su cercanía y lazos
familiares con Portugal los recibe “antes de nacer”. Y acabaron siendo
fundamentales en su vida y en parte de su obra, en la que cuenta como tal sus
muchas traducciones y sus estudios sobre los más diversos aspectos de la
cultura portuguesa.
Estudió Derecho y
Ciencias de la Información. Suele decir que el Derecho le completó una
estructura que había recibido de las matemáticas, y que la usa permanentemente.
Por el contrario, a las Ciencias de la Información llegó por su gusto –casi
malsano- por las noticias y el conocimiento de la realidad, que, en los últimos
tiempos –dice que por la deriva de los acontecimientos y por efectos de la
edad- se ha atenuado bastante. Y vuelve a los autores de siempre, españoles y
portugueses.
Reside en Madrid desde
1980, aunque con frecuentes desplazamientos. ¡Sus primeros versos
publicados lo fueron en “Voces Nuevas” de la editorial Torremozas (1988),
editorial en la que, más tarde, publicaría –entre otras cosas- su poemario
“Fueron los pinceles” (1993), una reflexión contemplativa de los cuadros de
Velázquez. En Ediciones Libertarias verían la luz “Cabe mí” (1998), un pequeño
poemario canto a la lengua castellana a través de sus preposiciones. Tiene
algunos libros inéditos y poemas sueltos que publica en revistas o como
colaboraciones. Y sigue impartiendo conferencias, muchas de ellas publicadas,
así como textos de arte, introducciones, artículos, ensayo y relatos cortos.
Su poesía, no siendo
propiamente religiosa, está impregnada de una fuerte religiosidad y de un
profundo y exaltado amor a la Historia, al paisaje y a las raíces. La creación
artística la deslumbra siempre. Nunca esconde su pasión por la palabra. Puede
llegar a ser irónica (lo que se trasluce mejor cuando escribe prosa, por lo
demás, casi siempre poética), pero, en los últimos tiempos, deja aflorar la
desilusión y el pesimismo. “Van conmigo –señala- pero en mis poemas no solían
aflorar. Y no me gusta que lo hagan, porque la poesía debería ser algo, en
cierto modo, trascendente, que profundice o que eleve, pero nunca destructivo,
y si destruye tiene que ser para construir o para aventurar otro camino… Debe
llevar siempre una luz, aunque, paradójicamente, no sea fácil de vislumbrar.”
HUELE A BARRO
COCIDO
Huele a barro
cocido. Huele a teja
(A.Carvajal)
Huele a barro
cocido, huele a teja,
huele a trigo
segado y a barbecho,
huele a nardo y a
rosas con helecho,
huele a juncos y
a sombra que se aleja…
Ronco se oye el
piar de una corneja
y hay un bronce
que suena ya deshecho;
se hace noche la
tarde en el repecho
de la torre y del
tiempo que nos deja.
Vuelve cerca el
perfume de la jara,
vibra un tiemblo
de horas y embeleso
-¿qué tristeza
metal ya nos separa?-
Brotan tiernos
revientos de cantueso,
brota eterna
nostalgia que me azara:
Sabe a ocasos perdidos. Sabe a beso.
(In Voces
Nuevas
Edit. Torremozas, 1988)
CRISTO EN CASA DE
MARTA (cuadro de Velázquez)
¿Qué pensamientos
sazonas,
ausente,
en tu almirez,
pretendida Marta?
¿Qué preocupación
adoba
la plata en
escama de tus peces,
sabrosea tu aliño
de guindilla,
condimenta de
pulcritud tu preparado?
Nada,
ni el señalado
aviso de los años,
parece traerte a
ello.
¿Eres tú Marta
o se ausenta tu
alma, María,
afanado tu
quehacer,
macillo y
almofariz,
en cotidianos
cuidados?
¡Cuántas veces,
Marta,
cuántas,
te ausentarás
soñando ser María!
Y cuántas,
cuántas Martas
quisieran tantas
veces ser Marías
contemplando al
Amado
sin afanes que
perecen.
LA COSTURERA (cuadro de
Velázquez)
Remata tu
puntada, mujer,
y muestra la
perfección de tu costura
en la cadencia
inacabada de tus manos.
Levanta del
lienzo tus pupilas
y cuéntanos
qué recuerdos
enhebra,
qué hilares va
soñando,
qué pespuntes
anhela
la aguja de tu
pensamiento…
… qué bordados
quisieran rematar,
en su cadencia
inacabada
esas tus manos.
(In Fueron
los pinceles
Edit.
Torremozas, 1993)
Preposición DE
Vengo yo,
triste amador,
de
amores desconsolado
de amores que no de amor
(Jorge
Manrique)
Vivir quiero conmigo
gozar
quiero del bien que debo al cielo,
a
solas, sin testigo,
libre
de amor, de celo,
de
odio, de esperanzas, de recelo
(Fray
Luis de León)
En el mar de los
sueños,
con la medida luz
del astrolabio
que alcanza la
heredad de tus estrellas,
yo te pienso,
tierra de Castilla,
ocaso de mi
pasado,
promesa de un
devenir
que será ido.
Yo también, por
tus campos,
“voy de vuelo”
a las regiones
ignotas
de la patria
cierta.
Y recorro los
llanos
de tu santoral,
las soberbias
llanuras
coronadas por tus
cirros
y los secos pedregales
de tu raza
mística.
Llevo también
el libro de tu
Historia
entre mis manos
y convierto mis
ojos
en el códice
preciso
de tu Lengua.
Piso, vagarosa,
el solar de tus
ancestros
y las flores de
mi tarde
son para tus
héroes enterrados…
Para ellos recojo
el laurel de mis
asombros,
el tímido brotar
de mis cantuesos,
la hora enamorada
de mis rimas.
Y no regreso ya
de ti.
Soy un triste
amador,
con el poeta,
y desfallece mi
sed
en la defensa de
tus torres,
otra vez sin
testigo
en tus adarves.
Ya no quiero
otros crepúsculos,
ni tañido de
campana
que no sea el de
tu bronce,
ni cuidado de mis
días
que no sea
pronunciarte
en el temple
de tus palabras
escogidas.
Libre de todo
augurio
quiero gozar a
solas
el salmo de tu
paisaje,
la orla de tu
reciedumbre,
sin más presencia
que el silencio
de tus voces…
de todo el bien,
del caminar todo
que, por tus
siglos,
debo al Cielo…
Y no quiero otro
sudario
que la soledad de
tus terrones.
(In Cabe mí
Edic.
Libertarias. 1998)
Extraordinaria muestra de poesía, enhorabuena por la poetisa elegida.
ResponderEliminarDSC
Miembro de AICA
Preciosos los versos de Maria Tecla, y preciosa esta galleguiña/portuguesa,
ResponderEliminarque siga creando, un beso
MANUEL QUIROGA
A obra de María Tecla é marcada pela poética inspirada no belo que o observador comum náo é capaz de ver. Por isso, sua poesia é reveladora, sensibiliza e nos emociona! Parabenizo LA MIRADA ACTUAL pela matéria com esta poetisa especial.
ResponderEliminarQue felicidade, minha querida Maria Tecla ter notícias tuas. Muito mais neste belíssimo mar de letras/poemas que adoro.
ResponderEliminarA seleção dos poemas é uma marca distinta de teu extraordinário bom gosto,
FELICITANDO-TE
pela maravilhosa iniciativa pessoal que eu venho seguindo en tuas excelentes traduções de poetas portugueses.
Bem Hajas
Um coração cheio de saudades e admiração
Luiza Caetano
Querida Tecla,
ResponderEliminarComo continuam a encantar-me seus versos, que possuem a capacidade única de transportar a alma aos campos transcendentes da Beleza e do Amor.
Parabéns!
Beijo,
Fábio Marzano