Julia
Sáez-Angulo
El Museo de la catedral de la Almudena ha sido renovado en parte de sus
colecciones con piezas tan singulares como el Rollo de Esther, uno de los cinco
Megilloth del siglo XVI que existen en Europa, procedente de la Biblioteca del
Cabildo, de Fernández Montaña. También se han renovado diversos textiles
litúrgicos –siempre delicados de conservación ante la luz- como la dalmática de
San Isidro o el frontal de altar del siglo XVII, obra de Luengo, un espléndido
bordado, una gualdrapa que constituye un trampantojo de pintura. Este último
sustituye al anterior de plata que se utilizó en la boda del Príncipe de
Asturias.
Igualmente
se presenta el estandarte de la sacramental de San Justo, neoclásico del XVIII,
bordado en oro y plata por ambas caras, restaurado recientemente y la valiosa
cruz de plata del siglo XV, obra de Fuster, que proceden del fondo de
recuperación tras la guerra civil de 1936. Esta pieza singular ofrece
iconografía de querubines y serafines en el labrado. A estas piezas se añaden
una Pietá de Bayeu, un Crucifijo de marfil la escuela de Miguel Ángel inspirado
en grabados alemanes; dos ángeles lampadarios, donación de Julián Reyzabal,
propietario del edificio Windsor, o un fino y sonriente san Antonio de Padua
del siglo XVIII.
Inscrito en el Organismo Internacional de Museos
“El
Museo de la Almudena está inscrito el Organismo Internacional de Museos, ICOM,
dependiente de la UNESCO y se encuentra en el décimo lugar de los museos
madrileños más visitados. Esta en la red de Museos de la Iglesia”, dice don Jesús Junquera i Prats, secretario
capitular y director del museo.
El
Museo de la catedral contiene una rica colección de objetos litúrgicos y de arte
religioso, que explican la diócesis de Madrid, muchos de ellos donaciones de
los fieles. “Durante la guerra civil de 1936 se perdieron muchísimas piezas
artísticas de la catedral de San Isidro –anterior a la de la Almudena. Primero
se quemó el edificio y después se arrojó un obús sobre el mismo, por lo que se
destruyó el 80 por ciento de lo que
había”, añade el director.
El
Museo de la catedral Almudena se abrió en 2003 en la diócesis de Madrid, creada
por León XIII en 1885 y llevada a cabo por el primer obispo Narciso Martínez
Izquierdo, en tiempos de Alfonso XII. Situado en la fachada norte de la catedral, frente a la fachada sur de
Palacio Real, en el Museo pueden verse numerosos visitantes turistas en la
capital.
Terno en el Museo de la Almudena
Terno en el Museo de la Almudena
Entre
las piezas del museo se encuentran un soberbia colección de mantos de la
Virgen, frontales de altar, cordobanes de Ramón Lapayese, una buen exposición
de rosarios y medallas, así como de vasos sagrados. Una de las últimas
donaciones recibidas ha sido la maqueta de las vidrieras diseñadas para el
ábside por el pintor madrileño Manuel Ortega y Pérez de Monforte, que falleció
recientemente.
Joyas del museo son la gran
Custodia procesional de plata sobredorada, que ya no se saca en la procesión del Corpus
Christi, pues sale la del Ayuntamiento de la Villa, perteneciente al pueblo del
Madrid. El próximo domingo 22 de junio se podrá ver desfilar por las calles
aledañas a la catedral de la Almudena. Otra joya es la Corona Imperial de la
Virgen, obra de orfebrería de plata sobredorada, del taller de Luis Picul
Crespo.
Las cofradías de la Real
Esclavitud, del siglo XVII que cuenta con una custodia de oro y brillantes, y la Corte de Honor de Santa María la Real de la
Almudena, fundada por la Infanta María Teresa de Borbón, hermana de Alfonso
XIII, tienen sus apartados históricos en el museo.
“Este es un museo singular y vivo, muchas de las piezas
pertenecen al fondo del Cabildo de la catedral. Buena parte de ellas son
objetos litúrgicos que se utilizan llegado el momento como las ánforas de agua en Semana Santa. El museo se renueva con los fondos que el Cabildo va recibiendo o bien va restaurando poco a poco. En todo
caso, todas las piezas están inventariadas y catalogadas”, explica Cristina
Torrero conservadora y directora técnica de museo, que hizo en su día la tesis
doctoral sobre la primera iglesia que cobijó a la Virgen de la Almudena Santa María; algunos de los objetos que albergaba pasaron a la catedral.
“El
Museo de la Almudena ha actualizado también buena parte de los elementos de
iluminación, para adaptarse a las mejores condiciones de conservación”, añade
Cristina Tarrego.
Además de las dos salas que acogen las piezas, la visita
al Museo de la Almudena se completa con el recorrido por la sacristía y la sala
capitular, con los mosaicos realizados bajo la dirección de jesuita Marco I
Rupnik.
Es de justicia que se lleve al Museo de la Catedral de Madrid la maqueta de las vidrieras de Manuel Ortega, como lo seria que se repusiesen las vidrieras que ganó en el concurso internacional.La muerte reciente del artista y católico reconocido,harán que cada vez se valore el legado que nos ha dejado. Desde el cielo lo verá.
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