Julia Sáez-Angulo
Los
padre Terciarios Capuchinos fundados por el obispo Fray Luis Amigó, conocidos
como padres amigonianos, celebran su 125 aniversario bajo el lema “Viviendo compasión”. Su tarea de ayuda y
solidaridad evangélica, especialmente con los más jóvenes, se expande hoy por
veintidós países, en su mayoría en America latina y África.
La
conmemoración coincide con la noticia del primer milagro de su fundador Luis
Amigó Ferrer (Massamagrel. Valencia, 1884- Godella, 1934) que ha reactivado su
proceso de beatificación. Monseñor Amigó fue administrador de la diócesis de
Solsona, obispo de Segorbe y fundador del convento de la Villa de Altura. El
papa Juan pablo II lo declaró vernerable.
“Nosotros sabemos que el padre Luis Amigó es santo, “por
sus obras los conoceréis”, pero la Iglesia sigue exigiendo que haya milagros
para poder canonizarlo”, declara el padre Javier Goñi, residente en el Colegio Fundación Caldeiro de Madrid. La congregación de Terciarios Capuchinos también está
llevando a cabo una recogida de firmas en apoyo a la beatificación de monseñor
Amigó.
Fundacion Caldeiro. Madrid
Fundacion Caldeiro. Madrid
El
milagro llevado a cabo por el padre Luis Amigó, que actualmente estudia la
Santa Sede es de la curación de un niño, hijo del ingeniero forestal Rodrigo
Barros y su esposa Nina, que nació con problemas de salud insoluble y tras la
encomienda de la familia al padre Amigó, el niño se encuentra ahora
perfectamente. Florio Tesari es el sacerdote postulador de la causa de
beatificación, tras las valoraciones médicas periciales y encuesta de los
testigos. El arzobispo de Valencia, monseñor Carlos Osoro, sigue al tanto de la
causa.
En la diócesis de Valencia la congregación
cuenta, en Godella, con un colegio-internado para niños y jóvenes con problemas
de adaptación social, así como con otros colegios en Torrent y Godella,
también, donde imparten educación Infantil, Primaria, Secundaria, Bachillerato
o Formación Profesional. Igualmente, la congregación dirige una granja-escuela
en Villar del Arzobispo, un seminario y centro vocacional en Godella, así como
la parroquia Nuestra Señora de Monte Sión en Torrent. La familia amigoniana incluye,
además, varios grupos de jóvenes y seglares.
Desde la
Fundación Caldeiro en Madrid, se lleva a cabo, entre otras, labor con jóvenes
que salen de la cárcel, ludópatas y matrimonios separados.
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