M. DOLORES GALLARDO LÓPEZ
Ayer en la Asociación de Pintores y
Escultores (Calle Infantas, 30) Pablo
Reviriego, que recientemente ha
regresado de exponer su obra en tierras sudamericanas, inauguró su exposición de acuarelas de pequeño
formato.
Persona hiperactiva, como él mismo
reconoce, su vida estuvo vinculada durante mucho tiempo al mundo de los
negocios. Esta circunstancia vital no le ha impedido, sin embargo, dedicarse
también a la pintura, concretamente a la
acuarela, desde que en su adolescencia
se trasladó a Madrid.
No estamos ante un pintor con formación académica: el mismo refiriéndose a su pintura suele decir “Hago lo que sé, sin pretensiones” o ”Pinto lo
que me sale de dentro, muchas veces ni siquiera dibujar previamente”. Quizás por
ello sus obras rezuman frescura y lozanía.
Buena muestra de ello es la exposición que ayer se inauguró con unas palabras de Tomás Paredes,
Presidente de la Asociación de Críticos de arte de España, seguidas de otras
del propio Pablo.
Su pintura mantiene varias líneas entre las que destacan los paisajes
aéreos, las tierras áridas, los humedales.
También le gusta hacer apuntes taurinos, marinas,
bodegones, paisajes urbanos, etc. En cuanto a las formas deshace la forma
o juega con ellas y en numerosas ocasiones bordea la abstracción.
Todas las líneas que mantiene su
obra estaban ayer representadas en las
acuarelas de pequeño formato que conforman la exposición.
Obras suyas se encuentran en muchas
colecciones privadas españolas (Ayuntamiento de Madrid, Fundación Camilo
José Cela, etc.) Asimismo su obra está presente colecciones de E.E.U.U.,
Venezuela, Alemania, Portugal, Arabia Saudí, México, Rusia, Holanda, Colombia,
Marruecos, Bolivia, Cuba, Bélgica, Suiza, Italia, Francia, etc.
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